La belleza nos deja, en ocasiones, peculiares tendencias que son seguidas por mujeres de todo el mundo. Esto ocurre más menudo de lo que imaginamos y, entre todas ellas, hay una de esas corrientes que movilizan a muchas creadoras de contenido: el Dry Brushing. Posiblemente te has fijado que al compartir su rutina diaria, varias expertas en el sector cepillan su cuerpo en seco con un cepillo de cerdas naturales antes de meterse en la ducha o en algún otro momento del día.

Desde Harper’s Bazaar, y con la intención de resolver todas las dudas acerca de esta práctica que puede hacerse en casa, hemos contactado con una doctora experta para conocer todo acerca del Dry Brushing. ¿Debemos aficionarnos a esta tendencia?

¿Qué es el Dry Brushing?

“La técnica del Dry Brushing (cepillado en seco) consiste en cepillar la piel, generalmente con movimientos ascendentes, siguiendo un poco el retorno venoso por el cuerpo”, cuenta la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic. Eso sí, este cepillado se realiza con la piel seca, por lo que hacerlo antes de meterse en la ducha es la ocasión perfecta para llevarlo a cabo.

¿Cómo hacer correctamente el Dry Brushing?

El cepillado en seco en la piel del cuerpo debe hacerse en el sentido venoso, es decir, desde fuera hacía el interior. “No sólo así, sino también en el sentido linfático, ya que este masaje no solo busca una activación a nivel de la piel superficial, sino también mejorar la circulación sanguínea y la circulación linfática”, añade la doctora Jiménez. Además, la experta cuenta que con este tipo de práctica ocurre igual que con la endermología, es decir, se va a producir una salida de las endorfinas positivas a nivel cerebral y una sensación de bienestar.

En cuanto a cada cuánto tiempo se debe cepillar el cuerpo en seco, la recomendación de los expertos es como máximo dos veces en semana: “Y mejor si es solo una puesto que el recambio celular tarda 28 días. Entonces con acelerar la retirada de células muertas una vez a la semana, como mucho, sería más que suficiente. Obviamente aquellas pieles que son de una evolución más lenta, cuando nuestro metabolismo va bajando sobre todo con la edad o aquellas pieles que son mucho más finas, estaría contraindicado realizar esta práctica”, segura la doctora Jiménez.

Ithyes Cepillo exfoliante para el cuerpo

Cepillo exfoliante para el cuerpo

Ithyes Cepillo exfoliante para el cuerpo

Ahora 15% de descuento
8 € en Amazon

Beneficios de practicar el Dry Brushing

El objetivo principal del Dry Brushing es exfoliar la piel y estimular el sistema linfático, lo que conlleva a la eliminación de toxinas. Además, se cree que puede reducir la apariencia de la celulitis al romper los depósitos de grasa debajo de la piel y mejorar la circulación en estas áreas.

La doctora Elena Jiménez nos cuenta: “Por un lado tenemos la sensación de bienestar tras el cepillado debido a la activación del sistema nervioso. Por otro la eliminación de células muertas y, en tercer lugar, una cierta estimulación que se va a producir a nivel circulatorio y linfático, aunque no tan notable como si se hace un tratamiento en cabina”.

Desventajas del Dry Brushing

Poner en práctica este tipo de tendencias como el cepillado en seco no está exenta de peligros y advertencias. Con esta técnica se debe tener cuidado con la presión que se ejerce o la capa de piel que retiramos, pues podemos generar el efecto contrario al que deseamos, que la piel aumente de grosor. O, incluso, facilitar las infecciones.

“Hay otro peligro también. Es muy importante que el cepillo esté completamente limpio, ya que las células muertas sirven o pueden producir el crecimiento de algún tipo de bacterias e incluso algunos parásitos microscópicos como pueden ser los ácaros. Si no se limpia correctamente y a fondo esos cepillos, los ácaros pueden crecer dentro del cepillo y cuando realizas el Dry Brushing, esos ácaros se van a mover tanto por el cuerpo como por el aire y te puedes volver alérgico”, concluye la doctora Elena Jiménez.

En definitiva, practicar el Dry Brushing puede ayudar a exfoliar la piel e incluso hacer un masaje linfático con el que mejorar la circulación del cuerpo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta técnica no debe hacerse más de una vez por semana y, sobre todo, no debe ejercerse una gran presión sobre la piel.