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El paso de los años es una de las realidades que más se aprecian en nuestra piel dando lugar a la pérdida de firmeza, a la aparición de arrugas y a la perdida de volumen. Y aunque pensemos que esto comienza a darse a partir de una edad más madura, la realidad es que a partir de los 20 años la tasa de producción de colágeno de nuestro organismo empieza a disminuir de forma gradual. "Cuando nos damos cuenta, suele ocurrir que nos hemos confiado demasiado y la piel empieza a denotar que los años no han pasado a balde y se aprecian los signos del envejecimiento", cuenta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD. Pero, ¿cuáles son las zonas más afectadas o en las que mayor estragos causa el envejecimiento de la piel? El surco nasogeniando, la zona del cuello, la papada y la frente, principalmente.
¿Qué es el colágeno?
Antes de entrar en materia es importante saber qué es el colágeno y cuál es su función dentro de nuestro organismo. El colágeno es una proteína que ayuda a mantener la piel saludable y joven gracias a su contribución a la estructura de la dermis. "Es el componente principal de los tejidos conectivos en el cuerpo, como la piel, los huesos, los tendones, los cartílagos y los ligamentos y proporciona resistencia, elasticidad y firmeza a esos tejidos", afirma Marta Agustí, formadora técnica en Pure Skincare. Asimismo, el colágeno crea un especie de andamiaje que mantiene la piel firme y ayuda a prevenir la aparición de líneas de expresión y arrugas, al tiempo que retiene la humedad favoreciendo la hidratación de la piel.
Pero la falta –o ausencia– de colágeno en la piel no es motivo de alerta. Gracias a los avances de la industria cosmética, actualmente disponemos de un amplio abanico de productos que, gracias a sus fórmulas, aceleran la renovación de las células y ayudan a que la piel sintetice de forma natural más cantidades de elastina y colágeno. Por su parte, Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour añade que con el paso de los años, nuestro organismo produce menos colágeno. Por ello, para compensarlo, debemos utilizar productos que reconstruyan y estimulen la síntesis de nuevo colágeno en la piel, en lugar de aplicar el colágeno directamente.
¿Cuáles son los cosméticos más eficaces para reconstruir el colágeno?
Por tanto, para reconstruir el colágeno debemos darle a la piel los activos pro-colágeno que necesita, es decir, aquellos que ayudan a generar el colágeno por sí mismo. ¿Qué ingredientes conseguirán hacerlo? Los retinoides, la vitamina C, los péptidos y neuropéptidos, el bakuchiol y los ácidos exfoliantes.
La vitamina C
La vitamina C contribuye en la formación de nuevo colágeno gracias a distintas enzimas que ayudan a estimular la regeneración de la piel al incentivar la actividad de las células que la componen. "La aplicación continuada de productos con vitamina C, idealmente en concentraciones superiores al 10%, da como resultado una piel más firme, tersa y de tono uniforme", cuenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.
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Los ácidos exfoliantes y el bakuchiol
Aunque ambos renueven y mejoren la cantidad de colágeno de la piel, existe una ligera diferencia entre el bakuchiol y los ácidos exfoliantes. "Mientras que el bakuchiol activa vías moleculares que incrementan la síntesis de colágeno en los fibroplastos, los ácidos exfoliantes eliminan células muertas, promoviendo la renovación celular y estimulando la producción de colágeno para mantener la piel saludable y firme", añade Natalia Abellán, directora técnica de Ambari.
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Los péptidos
Los péptidos, al ser similares a las proteínas, brindan una solución efectiva y visible contra la flacidez, las arrugas, las líneas de expresión o la pigmentación, entre otros. Pero, dentro de los péptidos, destacan algunos como los neuropéptidos por su capacidad para modular la comunicación entre las células de la piel, influyendo en la producción de elastina y colágeno. "Al aplicarlos, impulsan la actividad de la piel mediante órdenes cerebrales, restaurando el poder que tienen las pieles jóvenes", apuntan desde Perricone MD.
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Sin embargo, además de los neuropéptidos, existen otras cadenas de aminoácidos que contribuyen en la regeneración de colágeno. Una de ellas son los péptidos de diamante que, según explican desde Omorovicza, "fomenta la reparación del ADN, al mismo tiempo que colabora en la producción de colágeno y elastina y combate los efectos del estrés celular y extiende la vida saludable de las células cutáneas mediante una liberación prolongada".
