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Todos sabemos que la genética juega un gran papel fundamental en la configuración de nuestra apariencia estética. Puede que si tu madre tiene la piel sensible, tú también la heredes, o que si tu padre tiene una melena voluminosa y brillante, tengas la fortuna de que te la traspase. Con lo bueno y con lo malo, el ADN juega un papel importante no solo en las características físicas, sino también en la propensión a padecer ciertas enfermedades.

¿Qué son las varices?

Una de las condiciones que se suelen heredar es la aparición de varices, unos vasos sanguíneos de color morado que se ven a través de la piel y también se sienten a través de palpitaciones. Son simplemente venas vasculares débiles que se expanden como un globo cuando el flujo de sangre por las piernas no es eficiente. El resultado, dependiendo de la gravedad, son unas piernas, –normalmente, la parte inferior– con venas moradas o incluso negras que toman relieve y sobresalen a través de la piel. Se estima que el 40% de las mujeres puede tener esta condición en algún grado y que es una de las mayores causas de inseguridad a la hora de descubrir las piernas en primavera y en verano.

Afortunadamente hay procedimientos medico-estéticos con los que se pueden tratar las varices. Y es que además de la apariencia física, las varices pueden evolucionar hacia una patología con síntomas más graves, por eso es esencial que sean valoradas y controladas por un médico especialista en todo momento.

Los tratamientos más eficaces para combatir las varices

Calcetines o medias de compresión

No es una cura definitiva y solo es aplicable a los casos de varices más leves, pero este método puede suponer un alivio de los síntomas y evitar que las varices se desarrollen a un estadio más grave. Los calcetines o las medias de compresión ayudan con el retorno del flujo de sangre desde las piernas al corazón.

Inyecciones para las arañas vasculares

Esta es la primera etapa de la aparición de las varices. Se trata de inyecciones indoloras de glicerina. Esta produce el colapso de la vena, lo que –aunque pueda parecer terrible por el nombre– ejerce una contracción en la vena que la devuelve a su tamaño normal. De esta forma, las varices dejan de sobresalir de la piel y recuperan el aspecto normal de una vena.

Tratamiento con láser

Quizás sea el más conocido. Los tratamientos con láser funcionan calentando las paredes que se eliminan mediante la absorción del tejido por el propio cuerpo. En este caso, el láser se aplica directamente sobre la vena y luego se sella. La ventaja de esta técnica es que no requiere la entrada en quirófano, sin embargo sí que se suele hacer aplicando anestesia local para eliminar el dolor que pueda provocar la acción del láser. Además, dependiendo del caso, para conseguir los resultados deseados pueden ser necesarias varias sesiones.

Cirugías u otros procedimientos

Es la opción que se reserva para los casos más severos. Son casos en los que se hace fundamental una evaluación individualizada del paciente para saber antes de entrar en quirófano cuáles son las técnicas que se van a aplicar. Durante este procedimiento se puede llevar a cabo la ligadura de venas e incluso la extirpación, por esto es muy importante ponerse en manos expertas. Una buena intervención y las técnicas adecuadas también serán clave en el desarrollo posterior de la enfermedad. Desde Mayo Clinic nos explican cuáles son algunos de los procedimientos más recomendados para tratar las varices.

  • Flebectomía ambulatoria: mediante este procedimiento ambulatorio se consiguen eliminar las varices más pequeñas. "Se entumecen solo las partes de la pierna que se punzan y, mediante pequeños pinchazos en la piel, se eliminan las venas varicosas más pequeñas", apuntan desde el centro. Cabe destacar, asimismo, que en la mayoría de casos no se forman muchas cicatrices.
  • Escleroterapia: consiste en inyectar una espuma o solución en las venas varicosas que las cierra y cicatriza consiguiendo, en pocas semanas, una piel con aspecto más saludable.
  • Procedimientos realizados con catéteres que usan radiofrecuencia o energía láser: "este procedimiento es el tratamiento más utilizado para las venas varicosas más grandes. Un profesional de atención médica inserta una sonda delgada o catéter en una vena agrandada. La radiofrecuencia o la energía láser calienta la punta del catéter y, a medida que se extrae el catéter, el calor destruye la vena, consiguiendo que se contraiga y se selle", explican.
  • Ligadura alta y extirpación venosa: se trata de otro de los procedimientos que más se realizan para eliminar las varices. Para realizarlo, se liga, en primer lugar, una vena varicosa antes de la unión con una vena profunda. "El siguiente paso es quitar la vena varicosa mediante cortes pequeños y, aunque se extrae la vena, esto no significa que impida la circulación de sangre en la pierna. Esto se debe a que las venas más profundas de la pierna se encargan de transportar la mayor cantidad de sangre", exponen los especialistas.