El maquillaje es, muchas veces, el mejor recurso que tenemos para vernos con buena cara y hacernos sentir bien cada mañana o darnos la confianza necesaria para una cita importante. Pero no siempre maquillarse es sinónimo de ofrecer nuestra mejor versión. Hay errores que nos pueden echar años encima y que hay que tener muy en cuenta antes de entregarnos al ritual del mismo. Estos son algunos de ellos:

- Productos en cantidades industriales. Es una fantasía hipnótica ver cómo las youtubers utilizan productos y más productos, pero la mayoría ni los necesitas ni son buenos para tu piel. Si estás al tanto de las últimas tendencias en belleza, sabrás que hay productos en pleno hype ahora mismo, pero ten claro que no los necesitas todos. Ni mascarillas, ni brumas, ni tónicos, ni prebases, etc…A menos que estés completamente segura de su efectividad, menos es más en cualquier rutina de belleza.

instagramView full post on Instagram

En cuanto a la cantidad de productos que aplicas sobre tu piel, salvo que esta sea un lienzo en blanco terso y liso, ni lo intentes. Apuesta por consistencias lo menos densas y pesadas posibles (cuanto más ligeras, mejor). De la misma manera prioriza productos en crema antes que en polvo (el polvo se suele asentar sobre los surcos del rostro). Si tienes la piel madura, sé todo lo prudente y comedida que puedas.

- Corrector. Olvídate de aplicarlo al estilo youtuber dibujando formas geométricas que cubren prácticamente toda la cara, incluido el entrecejo, la frente y las comisuras de los labios (así no Kim Kardashian); haciendo especial hincapié sobre la zona de las bolsas (ahí no, en todo caso justo por debajo). Y menos rematar la jugada con la técnica del baking
–aplicar polvos translúcidos, sueltos o compactos, para que el producto se fije mejor–, pues lo único que conseguirás es que se te marquen las líneas de expresión porque el contorno se cuartea. ¿Cómo lo aplico entonces? La mayoría de expertos coinciden en que justamente basta hacerlo en el lagrimal y justo al final del ojo (en lo que sería la V externa, una parte que además es justamente muy interesante de iluminar, incluso hasta la sien, porque con el paso de los años suele despigmentarse). Muy poca cantidad basta, y extiéndelo a golpecitos con los dedos.

Recuerda que la zona de alrededor del ojo es mucho más delicada y fina que la piel del resto del cuerpo. Además, las glándulas sebáceas de esta zona solo se encuentran en pequeñas cantidades, por lo que la película hidrolipídica está menos equipada para jugar su tradicional papel protector contra los agentes externos y el estrés. Dado que soporta aproximadamente unos 10.000 pestañeos al día, el contorno del ojo es la primera zona que sufre el cansancio y los síntomas de envejecimiento creando ojeras y bolsas poco estéticas e indeseadas. Todos estos factores contribuyen a su especial sensibilidad, sobre todo cuando se enfrenta a una mala técnica de maquillaje.

- Base de maquillaje. Déjate de esponjas y brochas, a poder ser. Y eso de probar a ver cuanta cobertura tiene una base dándole capa sobre capa, NADA: cuanto más producto apliques, más se notarán tus imperfecciones. Puede parecer que el efecto máscara es una buena idea porque lo tapa todo, pero NO. Además, huye de las bases mate. Apuesta por formulaciones fluidas, hidratantes y acabados satinados. Este tipo de foundations son las que garantizan un resultado más natural porque paradójicamente son más agradecidas con la piel que presenta irregularidades.

- Polvos. Entiéndase como deja de matizar tu rostro como una loca para que no te salgan brillos. Los brillos no son el enemigo. Y la mayoría de productos en polvo que hay en el mercado utilizan ingredientes como talco, mica y sílice, que garantizan un acabado impecable durante varias horas, pero no hacen más que resecar innecesariamente porque absorben la humedad (en este caso prueba mejor con sprays fijadores). Deja de aplicar también iluminadores y coloretes en polvo cerca de los ojos. Si quieres conseguir un resultado óptimo y un efecto buena cara, apuesta por las texturas líquidas o cremosas, y difumínalas siempre justo sobre la parte superior del hueso de los pómulos, haciendo movimientos hacia afuera.

- Ojos. Opta por lo sencillo y no los cargues demasiado. Evita perfilarlos en exceso, especialmente para no hacerlos más caídos. Huye de la raya demasiado negra en la línea de agua, si bien, en todo caso, nunca es tarde para probar con el perfecto cat-eye de Alexa Chung. Eso sí, abusa todo lo que quieras de la máscara de pestañas y no descuides nunca tus cejas. En general, si tienes que aplicar sombras hazlo sobre el párpado móvil y no sobre el párpado fijo o el arco de la ceja, a menos que domines el arte de potenciar el ojo a golpe de pincel. Descuida el corrector, y nada de colores demasiado vibrantes o metálicos y con purpurina porque si no están magistralmente aplicados solo conseguirás marcar las arrugas. Un buen punto de referencia es apostar por tonos parecidos a tu piel con los que iluminar tu mirada.