A pesar de que Laura Viera se dedica a diseñar y crear desde cero vestidos de novia en su madrileño atelier ubicado en el barrio de las Salesas, cuando le llegó el turno a ella estuvo a punto de comprarse uno ya hecho. "Me costaba tanto decidir cómo sería mi vestido que cuando vi en la tienda Liberty de Londres un vestido blanco de volantes precioso de the Row casi opto por llevármelo y tirar por el camino más corto", confiesa a Harper's Bazaar. Por suerte no lo hizo y decidió llevar sus propios diseños tanto en la ceremonia civil, que tuvo lugar el 25 de septiembre de 2020, como en la celebración al día siguiente rodeada de los suyos en su Sevilla natal.

"Para la ceremonia civil tenía claro que llevaría el traje pantalón Elliot, de una de mis colecciones. La parte de arriba es más ablusonada y el pantalón es culotte y me lo hice en color crudo en lugar de beige", cuenta. La novia completó su primer look nupcial con una coleta caída y unos pendientes grandes dorados que compró hace años en Seúl y que la han acompañado en numerosas ocasiones especiales. El toque final lo pusieron un sencillo ramo de margaritas, regalo de su madre, y unas sandalias de tiras negras de Zara.

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JACOBO CAMPOS
Laura Viera decidió llevar un traje blanco de su marca en la ceremonia civil.

Al día siguiente, Laura y Alberto celebraron su amor en Casa Guardiola. Para la ocasión, la diseñadora apostó por llevar dos vestidos en uno. "Quería algo que se transformara y que fuera muy ligero. Para la ceremonia llevé un diseño oversize más romántico y luego me quité ese primer vestido confeccionado en crepé de chine de seda transparente con mangas abullonadas y me quedé con un diseño que definía más mi figura. Adoro los slip dress y tenía que ir con uno el día de mi boda, así que aposté por hacerme uno en crepe de seda al biés. El primero de los diseños estaba repleto de detalles: desde los tres lazos que cerraban la espalda hasta la cintura terminada en pico como si se tratara de un corsé, la falda con volumen o el encaje de algodón que brotaba del puño fruncido de las mangas y llegaba hasta los nudillos.

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La diseñadora optó por un vestido dos en uno: un diseño oversize romántico para la ceremonia y un slip dress.

La novia eligió un moño trenzado para completar su look. "Dudaba si llevar un moño alto porque lo suelto llevar en el día a día, pero al final me decanté por un recogido más romántico acorde al look". Una diadema dorada hecha a mano por el joyero sevillano Manuel García Calvo puso el punto "sofisticado y angelical" al peinado. En cuanto al maquillaje, a cargo de Julia Hidalgo, Viera apostó por la naturalidad. "No me suelo maquillar mucho y además soy muy clara de piel, así que quería muy soft".

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La diseñadora apostó por un moño de bailarina trenzado.
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Detalle del ramo y el velo de la diseñadora.

Además de unos aros pequeños de oro con una perla de Suárez y un ramo de flores en tonos rosas y granates de Victor Márquez, el último complemento que la novia lució durante la celebración fueron unos zapatos de la diseñadora china Shirley More. "Estuve viviendo en Shanghái un par de años y solía comprarle a ella los zapatos. Para mi boda le encargué unos mules de tacón con punta de piel de potro gris muy claro con strass y el talón de piel de serpiente gris claro que iban anudados al tobillo. Me los envió en plena pandemia desde Shanghái a Madrid", recuerda Viera.

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Detalle del vestido y los zapatos de la diseñadora.

Precisamente en la ciudad china fue donde Laura conoció a su marido Alberto. "En esa época trabajaba para Inditex y me trasladaron a la oficina que tienen allí. A él también lo había trasladado su empresa. Nos conocimos a través de unos amigos en común y en seguida supimos que había algo especial. La verdad es que estando tan lejos de España, me hacía sentir como en casa".

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El vestido se cerraba con varios lazos en la espalda.

¿Qué consejo daría ella a las futuras novias? "En cuanto a la organización de la boda, que tomen las decisiones según su instinto, que decidan lo que realmente quieren pero que no se angustien con la perfección, al final son doce o catorce horas que vas a compartir con la gente que más quieres y eso ya lo hace muy especial. Además, pasa tan rápido que es mejor vivirlo con mucha ilusión".

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El slip dress que la diseñadora lució durante la fiesta.