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Que su invitación de boda fuera una cuidada ilustración personalizada de una vieira y un clavel (que, a día de hoy, muchos de los invitados aún tenemos guardada) ya era un gran anticipo del nivel de detalle y mimo que protagonizaría toda la boda de Paula y Diego. La vieira y el clavel hacen, por supuesto, referencia a los lugares de origen de los novios: ella es una pontevedresa que actualmente cuenta con su propia empresa de PR, PE Comunicación, y él, un madrileño dedicado al sector de la publicidad.
La celebración, que tuvo lugar el pasado 19 de agosto, fue todo un homenaje a Galicia, especialmente a través de la gastronomía, pero también gracias al lugar elegido: un enclave pontevedrés tan especial y único como es el Pazo do Mosteiro, un antiguo monasterio femenino del siglo XIII que consta de más de 30.000 metros cuadrados de idílicos jardines y viñedos. "Nuestro objetivo era que los invitados se enamorasen del lugar tanto como nosotros, que comiesen bien y que bailasen hasta que no pudieran más. Y lo conseguimos.", aseguran Paula y Diego.
Como toda novia millennial, Paula no llevó un único vestido de novia, sino tres, y hasta un conjunto pijamero para el final de la noche. Para la firma de la escritura de matrimonio, Paula optó por un vestido lencero con plumas en el bajo y una capa semitransparente. Para su preboda, se decantó por un precioso vestido de Jacquemus y, para la boda, optó por un vestido que compró online en Mango y que llegó a ella un poco de casualidad. "En mi caso, tras muchas pruebas y una larga búsqueda en grandes marcas en el sector de los vestidos de novia y en ateliers de diseñadores, acabé enamorándome de un vestido de Mango que me llegó por correo. En cuanto me lo probé dejé de buscar.", explica Paula.
"Me inspiró mucho Carolyn Bessette-Kennedy en su boda."
Sin necesidad de hacer un gran desembolso, ni de optar por las firmas nupciales más conocidas, Paula encontró en este vestido la prenda que cumplía con todos sus requisitos: "Tenía claro que quería algo de lencero, un vestido que fuese 100% con mi estilo. El satén, la espalda descubierta, el corte estilo años 50 y la inspiración Old Hollywood estuvieron siempre presentes en la búsqueda del vestido perfecto."
Una novia que cambió el velo por unos guantes de tul y que tuvo claro que quería usar todo lo que llevara después de la boda
De la misma forma que el vestido y toda la celebración se caracterizaron por una personalidad única, Paula tampoco quiso ser tradicional con la elección de los complementos y accesorios. Tal y como explica, quiso dejar de lado el clásico velo y añadir un complemento mucho más original: unos guantes de tul que encontró en Zara. "Como complemento estrella, pensé desde un primer momento en unos guantes de tul. No me veía con velo y el guante es algo que me resulta elegante y femenino, pero divertido. Me representa más."
Otro de los grandes requisitos de esta novia era poder utilizar después de la boda todo aquello que conformara su look. "Quise romper con la tradición de “algo azul, algo viejo y algo prestado” y tenía claro que quería volver a utilizar todo lo que llevase ese día, así que todos los complementos son piezas que se pueden lucir en eventos y ocasiones especiales. Los pendientes ya me los he puesto un par de veces desde entonces.", asegura Paula.
Un cóctel alrededor de una piscina de ensueño y una cena en un invernadero lleno de luces y vegetación
El menú de esta boda se dividió entre un cóctel en el jardín, compuesto por 14 entrantes, y una cena sentados que casi parecía un menú degustación. "El catering fue espectacular gracias a Nuria Cervera Chefs y destacaron productos como el pulpo o el bogavante. Todo un viaje por la gastronomía gallega más elevada.", explica Paula, quien, junto a Diego, diseñó cada detalle de la boda, sin contar con wedding planner.
La decoración floral fue otra de las grandes protagonistas de la boda, primeramente gracias al camino de flores de colores que conducía a los novios hacia el altar y, después, decorando la piscina, sobre la que flotaban flores en tonos rosas, rojos y lilas y limones. Una elección que buscaba acentuar el aire de verano que querían transmitir los novios, también a través de los centros de mesa, protagonizados por flores silvestres y frutas.
Dos conjuntos pijameros a juego, sandalias Birkenstock y una actuación estelar: el broche de oro de los novios para bailar (y cantar) toda la noche
El gran momento de la boda de Paula y Diego llegó cuando, después de la cena, para el baile que tendría lugar en una carpa beduina, ambos decidieron cambiarse de look y apostar por dos pijamas de lino a juego, unas sandalias Birkenstock y un lacito, en el caso de la novia, y una gorra, en el caso del novio.
"Para la fiesta decidimos hacer algo divertido (e inesperado) y nos cambiamos ambos de ropa. Escogimos un total look de lino blanco estilo pijamero para los dos, con la frase Just Married bordada a mano en el pecho. Fue todo un acierto ya que pudimos bailar y disfrutar de la fiesta luciendo un look cómodo y original.", explican los novios.
Para rematar la velada, el novio, que además de publicista es batería en el grupo Tiger and Milk, no dudo en coger las baquetas y poner mucho ritmo a la noche interpretando varias de sus canciones. ¿Pueden existir unos novios más cool?