Eugenia, la elegante novia barcelonesa de 52 años que se casó con un vestido diseñado por ella misma, abrigo de pelo y tocado

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El amor no tiene edad. Y si no, que se lo digan a Eugenia Antequera, una amante de la moda de 52 años que se casaba en una preciosa boda de invierno con su marido, Eduardo, a sus 52 y 57 años respectivamente. La personalidad de esta pareja queda más que retratada con la primera frase que pronuncia Eugenia al hablarnos sobre su boda "Somos seniors con espíritu de juniors eternos", asegura.

La historia de Eugenia y Eduardo parece casi sacada de una película y es imposible no emocionarse al escuchar a Eugenia hablar sobre ella: "Nos conocemos desde la más tierna adolescencia porque somos del mismo barrio de Barcelona. Él siempre ha sido muy amigo de mi hermano mayor y siendo muy jóvenes tuvimos una pequeña relación que no prosperó porque todavía nos quedaba mucho por vivir. Los años, la vida, los cambios de ciudad y las carreras profesionales se interpusieron entre ambos, pero jamás perdimos el contacto ni dejamos de saber el uno del otro. 30 años más tarde, en una tarde de finales de verano, en 2019, volvimos a encontrarnos y nunca más nos hemos vuelto a separar."

"A mi edad, tenía claro que no quería vestirme de novia al uso pues ya lo hice hace 27 años; tampoco quería parecer una millennial ni una doña"

Más allá de su bonita historia de amor, si hay algo que hable de la jovialidad de esta novia es el look elegido, mucho más moderno y rompedor, incluso, que los que llevan las novias más jóvenes. Para su boda civil de invierno, quetuvo lugar el pasado 19 de enero en el Ayuntamiento de Barcelona, Eugenia optó por un precioso vestido cruzado, cuya falda asimétrica caía hasta el suelo por atrás pero dejaba las piernas al descubierto. Asimismo, añadía un tocado tan elegante como especial, de aire años 50 que destaca por una red con brillantes.

Una novia de familia de modistas que diseñó su propio vestido

"Mi mayor inspiración han sido las mujeres de mi familia; todas somos grandes amantes de la moda. Mi madre y mis tías fueron modistas de profesión. Así que necesitaba que mi vestido tuviera el sello que solo las piezas únicas hechas a medida pueden llevar. Descarté totalmente cualquier firma conocida o prenda de cadenas industriales, aunque inicialmente curioseé en sus catálogos y tiendas.", explica Eugenia. Por ello, Eugenia apostó por ir a Gratacós, una histórica tienda de Barcelona en busca del tejido perfecto. Allí dio con una seda blanca perfecta, para después acudir a Maica, modista del taller Entrefils que puso todo su amor en el vestido.

Sobre si tuvo alguna inspiración concreta Eugenia lo tiene claro "Sí, una mezcla de vintage, junto a los primeros años de principios del siglo XX, y también los maravillosos trajes de Alexis Carrington en la serie Dinastía. También lo aderecé con esa tendencia que ahora oímos sin cesar pero que yo visto cada invierno, la estética mob wife", explica Eugenia, dejando ver sus ricas inspiraciones así como su pasión por la moda de ayer y de hoy.

Eugenia también nos habla de los que fueron sus requisitos en la búsqueda del vestido perfecto"Anhelaba volver a sentirme como cuando pasaba las tardes de niña en el taller de mi madre, entre agujas. Tenía tres firmes propósitos: quería tejidos nobles, llevar tocado y ser arrebatadoramente femenina. Y por supuesto, necesitaba ser yo al 200%. Normalmente soy muy peculiar en mi día a día: me gusta mucho mezclar prendas, tengo un punto muy ecléctico y suelo vestir con una buena base de accesorios y enormes mezclas de prendas actuales y vintage".

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Un tocado retro y un abrigo de pelo vintage, los otros dos grandes protagonistas del look de novia

Más allá del vestido, hubo otros dos grandes grandes protagonistas en el look de esta novia madura: el gran abrigo de pelo que, como ella bien dice, cumple con la tendencia mob wife, y el impresionante tocado de estilo retro. El mismo es obra de Lito y Lola, una conocida firma española que destaca por sus tocados, diademas y ramos. De hecho, el ramo de Eugenia también era de esta firma "eran flores preservadas y una réplica exacta fue encargada para mi madre."

Eugenia también optó por unos zapatos de piel plateados que ya llevaban en su zapatero varios años. Respecto a las joyas destacan unos piercings de oro blanco y brillantes que siempre le acompañan, un especial rosetón de brillantes que su padre regaló a su madre cuando hicieron las bodas de plata y el anillo de prometida, el Incontro d’amore de Bulgari.

Eugenia no solo es el mejor ejemplo de que nunca es tarde para casarse, ni para vestirse de novia. También es el vivo retrato de una novia elegante, sofisticada y original y que demuestra que no hay novia más especial que aquella que se mantiene fiel a su estilo.