Nunca vio Verano Azul. Tampoco merendaba sentada ante el televisor disfrutando de Barrio Sésamo —como hacíamos casi todos en nuestra infancia allá por los ochenta—. Salía del colegio e iba directa a la tienda de ropa que sus padres tenían en Torrejón de Ardoz. Allí se sentaba durante horas en el bordillo de la acera viendo cómo pasaba la gente, intentando descifrar sus vidas. Cuando el sol se ponía, entraba en la trastienda para finiquitar los deberes. Su sentido de la responsabilidad, siendo tan pequeña, le granjeó la confianza de sus progenitores. Nunca le pedían las notas. Ella, a cambio, sí que les pedía dinero. Pero para formarse: mecanografía, inglés, informática avanzada... Soñó con ser matemática, aunque la (por entonces) poca salida profesional le hizo matricularse en Ciencias Económicas, donde todo comenzó...
Antiguo Colegio de Mínimos, sede de la Facultad de Económicas en Alcalá de Henares, 1996. Una de las estudiantes busca el baño más alejado y se introduce vestida con un look punk/roquero bastante rompedor: mallas negras desgastadas, camiseta de AC/DC rasgada, botines de 'chúpame la punta' y cazadora de piel con tachuelas; el pelo, también negro, ensortijado y brillos metalizados sobre el rostro. Minutos más tarde, se abre la puerta del aseo y, como si de un espejismo se tratase, reaparece la estudiante con un estilismo completamente opuesto: un dos piezas sastre en tweed, blusa blanca, 'stilettos' rojos de diez centímetros, el pelo pulcramente recogido en una coleta y la tez nude, casi sin maquillar. No ha entrado y salido de la puerta de Lluvia de estrellas ni Bertín Osborne la está esperando al otro lado. Es Pilar Rubio (Madrid, 1978) quien —con alma de roquera aunque casi disfrazada para la ocasión— sale disparada hacia el cercanías que la lleva a la capital. Cuando llega a Madrid tiene que pillar dos autobuses más y un metro. ¿Su destino? Otro casting más para ejercer como modelo en una campaña publicitaria. "Me pasé los primeros años de la universidad de aquí para allá, me cambiaba corriendo sin que me viera nadie porque me daba vergüenza, salía a hacer el casting y volvía a las clases. Así un día tras otro. Era realmente agotador y toda una aventura. La gente cree que vienen a ofrecerte trabajo a tu casa, y no. Tienes que salir, luchar, patear la calle, ir a un casting, a otro casting, rodar cortos, publicidad, hacer muchas cosas... y eso al final te va dando tablas".
Hoy, casi tres décadas después, Pilar ha llegado al estudio de fotografía enfundada en unas mallas negras, botas Yeti de pelo y un plumas. Como casi en un paralelismo de su vida, entra en el camerino y al salir luce un top de algodón, falda y cinturón de piel de Maison Alaïa. Mira al objetivo y su mirada azul acero hace detener ese tiempo en el que iba de casting en casting hasta conseguir lo que es hoy, toda una profesional experta ante la cámara. Presentadora, actriz, modelo, "mamá comunicadora con alma roquera", como ella misma describe... Sin duda, su espectacular belleza y carisma llamaron la atención rápidamente abriéndole las puertas del mundo de la moda y la publicidad, pero Rubio no se conformó sólo con ser un rostro bonito. Su versatilidad, talento, ambición y determinación la llevaron a explorar nuevos horizontes convirtiéndola en una de las figuras más queridas de la pequeña pantalla.
HARPER’S BAZAAR: Lleva 28 años encadenando un trabajo tras otro: de El precio justo, con Carlos Lozano, a Lo que necesitas es amor, con Pedro Rollán, pasando por Six Pack o Sé lo que hicisteis. Actualmente lleva adelante cuatro programas: Make Up Stars, Discovering Canary Islands, El Desafío y El Hormiguero... No tiene tiempo para el aburrimiento...
PILAR RUBIO: [risas] Me lo paso muy bien, pero también curro mucho. Hubo un momento que me dije: '¿Cómo voy a vivir toda la vida de esto si nunca sabes si vas a tener trabajo?'. No tienes una estabilidad, pero claro, me veía terminando la carrera y trabajando en una oficina de ocho a tres y... no, eso no. Necesito vivir en este pequeño caos controlado que tengo, poner mi energía en el aquí y el ahora, no soy de hacerme pájaros en la cabeza. Pero sí, curro muchísimo. Hay quienes critican lo que me pagan por salir cinco minutos en pantalla, según ellos, sin saber lo que hay que prepararse, estudiar y todo lo que sacrificas.
HB: Ha sido elegida la mujer más sexy del mundo hasta en dos ocasiones, presentadora de la cultura popular, estrella en nuestro país, envidiada por muchos, adorada por otros... y ha continuado siendo usted misma. ¿Cómo se logra eso?
PR: Porque lo que tienes que hacer es tomártelo como tu parte profesional, pero tu parte personal tiene que estar muy alejada de eso. O sea, yo necesito llegar a casa, desconectar y rodearme siempre de la gente que ha estado a mi lado toda la vida. Sigo teniendo mis mismas amigas, mi mismo núcleo, y entonces... nada cambia. Cuando quedo con ellas nunca hablamos de trabajo, sino de nosotras como personas, de lo que nos ocurre a nivel sentimental, de nuestras aventuras... ¿Por qué va a tener que cambiarme mi trabajo?
HB: Se habla mucho de su vida personal, pocas veces de usted, de su carrera, su empatía o su lucha por seguir al pie del cañón. ¿Ha pensado alguna vez que eso es injusto?
PR: Bueno, que despiertes interés, creo que no es malo. Es algo positivo, porque no creas indiferencia. Que la gente pueda opinar de tu vida, lo veo hasta normal, porque somos personajes públicos. ¿Que me afecte? Quizá me habría afectado si hubiera sido más joven, pero ya con 45 años centro mi energía en lo que me importa. Soy más madura en ese sentido y no me dejo influenciar por esas cosas ni me afectan para nada, sobre todo de gente que ni conozco. Tienes que estar en paz contigo misma. Que hablen de mí, que se inventen cosas, me da absolutamente igual. A veces es como si hablaran de otra persona, me río muchas veces con mis amigas porque me dicen: 'Tía, ¿te ha pasado esto?'. Y yo, 'no, pero oye, mira, qué curioso'. O sea, tengo para escribir una telenovela. El 95 % de las cosas que dicen son mentiras.
HB: ¿Y no le suele afectar?
PR: ¿Sabes lo que me afecta? Que esos rumores vengan de mis compañeros de profesión, a los que yo considero compañeros, y creo que a mí me tendrían que considerar también como lo que soy, compañera. Tendrían que tener un poco de respeto y no están siendo justos en ese aspecto. Eso es lo que me duele, de la gente que no conozco me da igual, pero de mis colegas no lo entiendo y me sienta regular. Oye, no puedes hablar de mí como un personaje extraño que no conoces, ¡pregúntame!, ¿no? Si yo no quiero contarte, vale, pero hablan con una ligereza...
"Es necesario como mujer seguir trabajando. Ni la maternidad ni tu pareja te obligan a hacer algo, simplemente yo necesito expresarme trabajando"
HB: ¿Compañeros actuales, quiere decir?
PR: Compañeros de cadena y de profesión. Yo no soy una celebrity, soy una trabajadora como ellos, una comunicadora que trabaja en televisión, y ya está.
HB: ¿Cuándo se hizo adulta?
PR: Cuando tuve a mi primer hijo y vi que no podía pensar sólo en mí. Tienes que hacer todo lo mejor y ser tu mejor versión para esa persona, porque eres la responsable de su existencia. Ahí ya cambié muchas cosas de mi vida. Ahora que tengo cuatro hijos, a veces salgo y cuando llevo un rato afuera, veo que no pinto nada ahí y me voy a casa.
En 2012, Pilar conoció al futbolista sevillano Sergio Ramos, y un año después, Rubio anunció que estaba esperando su primer hijo, Sergio. Vinieron dos hijos más, Marco y Alejandro, y una boda épica y multitudinaria en junio de 2019 en la que no faltaron los Beckham, Luka Modric, Florentino Pérez o Naty Abascal, entre más de 300 invitados. Un año más tarde, llegaría el último hijo, Máximo Adriano. Desde entonces, la pareja y sus cuatro pequeños viven en la finca La Alegría, a 25 kilómetros de Sevilla.
HB: ¿Ha tenido que renunciar a algo en su vida para lograr sus propósitos?
PR: Renuncio a mucho tiempo en familia, porque me paso horas preparando cosas, estudiando y rodando fuera de casa. He tenido que renunciar a dormir muchas veces en casa porque no vivo en Madrid y mi trabajo está en Madrid. Lo gestiono bien, pero me gustaría poder dormir todos los días en mi casa con mi familia. Pero también creo que es necesario como mujer seguir trabajando. Ni la maternidad ni tu pareja te obliga a hacer algo, simplemente yo necesito expresarme trabajando. Llevo 28 años luchando por esto y ahora no voy a decir que no. No lo voy a dejar, el día que lo deje es porque realmente estoy convencida de que ya estoy cansada, pero de momento intentaré compaginarlo. Pero sacrificas mucho, no puedo ser mamá 24 horas sin salir de casa. No puedo estar en dos sitios a la vez. Ya lo siento, qué suerte las mujeres que pueden, pero no es mi caso.
HB: Su caso y el de muchas mujeres...
PR: Que si estoy en Sevilla y tengo que ir a Madrid o Los Ángeles, cojo un avión y listo. Yo me autogestiono, soy independiente y eso me hace ser feliz y sentirme segura de mí misma. Vivo donde haga falta. Si me tengo que ir a Arabia o a China a vivir, me da igual. Ya tengo mirado los vuelos nocturnos y en seis horas estoy en Madrid. Para mí no hay fronteras. De momento, estoy con mis hijos y con mi marido donde tenga que vivir, que es lo más importante.
"Vivo donde haga falta. Si me tengo que ir a Arabia o a China a vivir, me da igual. Para mí no hay fronteras"
HB: ¿Cuál es el mayor pilar de su vida?
PR: Mi marido, él es mi apoyo y el padre de mis hijos. Tenemos una familia muy bonita, con mucho amor. Pero, ¿esto que son los años cuarenta? ¿Que debemos estar todo el día juntos? ¿También Sergio me tiene que acompañar a votar o cómo es la movida? Yo alucino, es retrógrado y machista. Y no tengo por qué justificarme ni dar explicaciones de mi vida privada, porque no vivo de ello. Si quiero decir algo, será de manera orgánica, porque me dé la gana. Si no, no tengo por qué. Pero los rumores sobre la separación son mentira, total y rotundamente. Insisto, totalmente. No hay nada de eso, creo que han visto que eso tiene tirón y han dicho, pues vamos a seguir hablando de ello. Que digan lo que les dé la gana, porque se empeñan en que estamos mal aunque insistamos en que estamos bien. Para mí es como si hablaran de otra persona o de otra pareja, me afectaría si un día mintieran con que soy traficante de armas. ¿El resto? Me da igual.
HB: ¿En qué momento vital se encuentra?
PR: En el más bonito en que me puedo encontrar, un momento tranquilo, un momento de paz.
Peluquería y maquillaje: Beatriz Matallana. Producción: Beatriz Martínez Velasco. Asistente de fotografía: Raúl Gandolfo. Asistente de estilismo: Samuel Sanz.
