Hija de reyes y hermana de reinas (Margarita de Dinamarca y Ana María de Grecia), Benedicta de Dinamarca, la segunda hija de Federico IX de Dinamarca y la princesa Ingrid de Suecia, cumple 80 años el próximo lunes convertida en una de las piezas clave de la monarquía. De hecho, hace un año se convertía en regente del país durante la operación de espalda de su hermana Margarita y un viaje a la India del entonces heredero, el príncipe Federico. Ahora, la princesa celebra sus 80 años y para celebrarlo ella misma ha colaborado en la organización de una exposición, titulada Vestidos de princesa, que recorre algunos de los looks más destacados de su vida como royal, desde su vestido de novia a sus vestidos de fiesta más espectaculares.
La muestra puede verse hasta el mes de septiembre en el Kongernes Samling Koldinghus, museo del que ella es patrona. La muestra está compuesta por más de 20 vestidos, muchos de ellos firmados por Jørgen Bender, el diseñador que vestía asiduamente a las mujeres de las casas reales de Suecia, Noruega y Dinamarca, y que fue el encargado de crear los vestidos de novia de las tres hermanas, la reina Margarita, la princesa Benedicta y la reina Ana María.
Fue aprendiz del diseñador Holger Blom, y a su muerte se quedó con su taller. En la década de los años 60, la reina Ingrid se convirtió en su clienta y de ahí nació su relación con la realeza. Entre los vestidos que se muestran se encuentran los diseños escogidos por la princesa para algunos de sus cumpleaños más destacados, diseños de noche, un look premamá y su vestido de novia. Además de ofrecer una visión de la detallada artesanía de Jørgen Bender, la exposición también repasa tres décadas de historia de la moda, ya que los vestidos seleccionados fueron creados durante el período de 1968 a 1999.
La princesa Benedicta: un amor no aprobado y un hondo compromiso con la Corona
Nacida el 29 de abril de 1944, todos esperaban la llegada de un varón tras el nacimiento de la princesa Margarita en 1940. Pero la princesa Ingrid dio a luz una niña (la tercera llegaría dos años después) y la monarquía puso en marcha la maquinaria para abolir la Ley Sálica. Benedicta se crió en el Palacio de Amelienborg y cursó estudios en internados británicos y suizos. Su gusto por la moda quedó patente desde joven, cuando cursó estudios de moda y diseño en Copenhague.
Con 22 años, Benedicta conoció al que sería su marido en la boda de Beatriz de Holanda, un príncipe alemán que no gustaba nada, teniendo en cuenta la ocupación nazi de Dinamarca solo dos décadas antes. No en vano, ella era la segunda en la línea de sucesión al trono. La boda fue aceptada a cambio de que él renunciara a la nacionalidad alemana y viviera en Dinamarca. Tras el nacimiento del príncipe Federico, hijo de la futura reina Margarita, la pareja pudo irse a vivir a Alemania, donde nacieron sus tres hijos, que no forman parte de la línea de sucesión al trono.
A pesar de vivir en Alemania, Benedicta nunca dejó de cumplir con sus compromisos reales, de hecho cuando su marido murió repentinamente en 2017, ella estaba en Dinamarca y tuvo que regresar de urgencia a Alemania. Desde entonces, se convirtió en el mejor apoyo de su hermana mayor, sobre todo cuando enviudó solo un año después. Ahora, su país celebra las ocho décadas de una de las mujeres más elegantes de la realeza europea.
