"La gente piensa que no soy tan fuerte porque A, soy mujer y B, llevo un hijab, pero luego se dan cuenta de lo equivocados que estaban". Después de 7 años practicando boxeo, Zeina Nassar conoce muy bien las desventajas de combinar género y religión en el deporte de competición, un ámbito donde la igualdad aún brilla por su ausencia para muchas de ellas.

Todo comenzó cuando Nassar tenía 13 años y tropezó con unos vídeos en Youtube de boxeo femenino. "Primero, pensé que el boxeo era demasiado peligroso y que era un deporte solo para los hombres. Pero esas mujeres me inspiraron y quería probar algo diferente a un deporte de equipo", cuenta sin tapujos, mientras anuncia el lanzamiento de Nike Pro Hijab bajo el lema El deporte es para todos.

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¿Qué es lo que te enamoró del boxeo?

Además del entrenamiento, las peleas. Es muy interesante (y emocionante) cuando no sabes nada sobre tu oponente. En los primeros 10 segundos trato de descubrir sus fortalezas y debilidades. Nunca los estudio antes de la pelea. Me gusta que me sorprendan y poder medir lo preparada que estoy para ello. En las competiciones es donde demuestro todo lo aprendido en los entrenamientos. También juego al baloncesto, pero en el boxeo es donde pongo en juego mi propia fuerza.

¿Qué te dijeron tus padres cuando decidiste ser boxeadora?

Primero se sorprendieron, pero hablaba de ello todo el tiempo y los convencí de sus beneficios. También saben que cuando quiero algo, hago todo para lo que sea necesario para conseguirlo. Eran escépticos, pero siempre confiaron en mí. Para mi madre todavía es difícil verme siendo golpeada, pero mi padre sabe que así es como debe ser. Mis amigos también se sorprendieron y se burlaron de mi idea de ser boxeadora, pero ahora están muy orgullosos de mí y piensan que es genial.

¿Y siempre llevas el hijab?

Siempre, si hay hombres. Y nunca falta en mis competiciones.

¿Alguna vez has pensado en quitártelo?

No, nunca.

¿Y te lo han pedido?

Sí, me pidieron que me lo quitara durante una competición. Me dijeron que en algún momento tendría que decidir entre el boxeo y el hijab. Pero yo siempre he tenido muy claro que no necesito elegir, y simplemente seguí haciendo lo que quería. En 2013, las reglas de competición cambiaron por mi culpa. Eso fue, definitivamente, un paso en la dirección correcta. Mi respuesta a los comentarios negativos siempre fue la misma, "siempre me verás con mi hijab".

¿Has tenido menos oportunidades por ser mujer y/o musulmana?

Menos oportunidades no, pero sí que he tenido que demostrar mi valía con más frecuencia y hacer todo dos veces mejor que el resto. La gente piensa que no soy tan fuerte porque A, soy una mujer y B, llevo un hijab. Si quieres tener éxito, tienes que darlo todo. Después, la gente comenzó a darse cuenta de que se trata de mi rendimiento y nada más. Muchos de los que me ven antes de competir sueltan algún comentario estúpido sobre mí, pero después de la pelea se acercan y me dicen lo increíble que creen que soy.

¿Qué falta en el mundo de los deportes en relación con la religión y las mujeres?

Confianza y respeto.