Todas conocemos las consecuencias de esa pequeña reunión con amigos que acabó convirtiéndose poco menos que en la película de Resacón en Las Vegas. Sin embargo, cuando oímos sobre la existencia de peligrosos juegos sexuales, pensamos que se tratan, en su mayoría, de leyendas urbanas. Sin embargo estas prácticas son más frecuentes de lo que parece, sobre todo entre los más jóvenes.

Cada año se producen más de 250.000 embarazos no deseados en nuestro país y alrededor del 47% de los diagnósticos de VIH se producen a través de alguno de estos juegos. Por eso, en el Día Mundial de la Salud Sexual, los expertos de la reconocida marca de juguetes eróticos, LELO, señalan que aunque "innovar en el terreno de las relaciones sexuales juega un papel fundamental para tener sexo pleno y satisfactorio, la línea entre el placer seguro y el riesgo de infección es muy fina". Y más cuando se convierte en una tendencia acompañada por drogas, alcohol y falta de precaución.

1. El juego del muelle

Quizás este sea el más conocido, a veces por el nombre de Ruleta sexual, y también uno de los más peligrosos. Mientras que varios jóvenes se sientan en círculo, desnudos, varias chicas son penetradas durante 30 segundos por cada uno de ellos hasta que solo queda uno. El primero que eyacula, pierde. Y no, el preservativo no forma parte de las reglas. Es decir, no solo existe un alto riesgo de embarazo, sino también de transmisión de enfermedades sexuales.

"Pero además, esta práctica puede tener otras secuelas en los adolescentes, no sólo físicas, sino también psicológicas y sociales. La época en la que se realiza es una etapa de cambio y refuerzo del 'yo'. Por tanto, la gran mayoría lo hacen para destacar entre sus amigos, o encajar en un grupo. No lo desean realmente, y esto hace que después se sientan sucios, utilizados, lo cual afecta negativamente a la autoestima.", apunta la psicóloga y sexóloga María Felipa Gea López.

giphyView full post on Giphy

2. Bareback y Serosorting

Dentro de las prácticas homosexuales, estas son las más llamativas por el alto riesgo al que se exponen sus participantes. La primera hace referencia a tener relaciones sin preservativos, de la que ha derivado el Serosorting, en la que se busca a personas que no están contagiadas por el VIH para poder llevarlo a cabo. Y lo mismo entre quienes sí son seropositivos. Aunque si hay una verdaderamente alarmante, es el Fuck of death, en el que lo que se persigue es precisamente ser infectado.

Sobre esto, la sexóloga explica que las causas se deben, en la gran mayoría de los casos, a la habituación a la prevención: "nos han bombardeado con demasiado 'miedo', cuando, en realidad, lo que hace falta es una prevención de placer y respeto... Apartando los peligros del foco de atención. Tras demasiada exposición a esos miedos, se acaba menospreciando el riesgo", advierte.

3. Chemsex

La droga cobra aquí el protagonismo, y es que consiste en compartir jeringuillas mientras se practica el sexo en fiestas privadas, convirtiendo a sus miembros en blanco fácil del virus del sida e incluso la hepatitis. "Según los últimos estudios alrededor del 47% de los diagnósticos de VIH en España se producen a través de esta práctica", añaden los expertos de LELO. De hecho, durante el consumo de drogas sintéticas los consumidores pierden la percepción del peligro, olvidándose de los riesgos a los que se exponen. "Y no solo eso. Las relaciones sexuales son un factor muy importante de nuestro bienestar personal, por lo que al recurrir a sustancias para satisfacer este terreno puede que a la larga nos lleve a un problema más grave, como es necesitarlas para poder llevarlas a término", señala también Gea López.

4. Stealthing

Esta es, sin duda, la más grave, porque ocurre sin tu consentimiento. Stealthing, que en español significa sigilosamente, se trata de quitarse el preservativo durante las relaciones sexuales sin que la pareja sea consciente de ello. Razón por la cual se ha catalogado como agresión sexual. Algunos, incluso, se colocan rápidamente otro al finalizar el acto, para que la otra persona no se percate de lo ocurrido. Como recalca la experta, "puede tener graves consecuencias en la persona agredida, ya que se vulnera su dignidad, capacidad de decisión y respeto".