Chelsea Clinton, el actor Robert Pattinson o la actriz Scarlett Johansson han admitido haber practicado sexo tántrico alguna vez en su vida. Y, aunque en España no hay datos oficiales, esta práctica está en auge en las sociedades occidentales desde hace alrededor de 10 años. Su origen, sin embargo, está en Oriente, tiene más de 4000 años de antigüedad y es algo mucho más profundo que una mera técnica sexual. Está basado en el Tantra que en sánscrito quiere decir red o secreto. Una filosofía que tiene como fin conocerse más a uno mismo a través de la sexualidad, el amor, la meditación, la alegría, el arte y la belleza.

Hace miles de años, precisamente el sexo era practicado entre dos personas para llegar a la máxima conexión espiritual. Se pensaba que el hombre estaba incompleto hasta que conocía la divinidad carnal femenina. Pero lo fundamental es saber que el sexo es solo una faceta más de este ya, hoy en día, modo de vida.

"El mal llamado sexo tántrico no existe como tal. En todo caso, una persona tántrica podrá experimentar el sexo en diferentes claves. Así, en el encuentro en la cama con un otro tendrá una libertad emocional para poder entregarse al cien por cien en ese intercambio y al tener su cuerpo reconectado con sus emociones y con su sensibilidad, el placer sexual (que siempre es emocional) se presenta más intenso, más comprometido, más relajado. No se trata de posturas, ni rituales, ni de tiempo o duración. Es la actitud tántrica lo que ofrece al practicante sorpresas en el terreno de lo sexual y no al revés", aclara Rocío de la Escuela de Tantra en España.

De hecho, desde esta escuela insisten en la necesidad de aclarar bien este punto para "no alejar a niños ni personas de cualquier índole de esta filosofía de vida por el desconocimiento que hay al respecto".

Hoy en día el rango de edad del 60% de los alumnos que asisten a sus cursos va de los 25 a los 40 años, pero también hay gente de edades más avanzadas así como menores, ya que su oferta abarca también a niños desde los 8 años. "En este caso, los resultados en su nivel de atención y gestión emocional son asombrosos y se revela en la supremacía escolar que obtienen con respecto a sus iguales".

"Tantra en realidad de lo único que habla es de meditación, de mindfulness. Su particularidad y lo que tanto llama la atención de este camino de conocimiento del ser es que al contrario de otras corrientes espirituales que promueven la soledad y el retiro del mundo, el Tantra lleva la meditación al ámbito del compartir en intimidad en lo cotidiano, en el cuerpo y las emociones", destaca Astiko, maestra de Tantra desde 1990 y fundadora de Tantra With Astiko.

Sus cursos son impartidos por diferentes ciudades de la geografía española, fundamentalmente en Madrid y Barcelona, y abarcan desde el tantra en pareja hasta la conexión con el niño que llevamos dentro pasando por comprender la diferencia entre tener un orgasmo y ser orgásmico, entre otros.

Se trata de técnicas sexuales saludables, incide Rocío de la Escuela de Tantra de España. "Que un hombre pueda estremecerse de placer por el roce en, por ejemplo, la cara interna de su brazo o que pueda separar el orgasmo de la eyaculación o, en el caso de una mujer, que pueda llegar a un orgasmo en pareja en menos de cinco minutos son beneficios de una actitud tántrica, y no por eso lo llamamos sexo tántrico". Todo esto, la excitación previa asociada al comienzo de un encuentro sexual aquí no es fundamental. La erección y la eyaculación pasan a un segundo plano ya que lo que importa es la conexión con la otra persona, ese amor y esa energía que fluye sin tapujos y libremente entre los dos.

"Lo esencial es que puedas relacionarte con el otro desde tu centro con verdad y amor. Es importante que primero te conozcas y te enamores de tu propio potencial de energía, de tu individualidad", como bien dice Astiko.

Y es que al igual que en otras filosofías y formas de meditación orientales, el saber qué queremos cada uno de nosotros, conocer nuestro cuerpo, nuestra mente y lo que sentimos así como la forma en que lo sentimos, es clave y es lo que hace que las personas que lo practiquen estén en paz consigo mismas.

Pero, tal y como explican desde la Escuela de Tantra de España, "a diferencia del yoga y las técnicas como theravada, vipasana o mahayana que estimulan el sistema parasimpático, el Tantra estimula el sistema simpático, es decir, aumenta su capacidad de estar alerta, pero en calma mental".

Cualquiera, por lo tanto, puede unirse a esta práctica a través de cursos como los que imparten desde estas escuelas donde, es cierto, la mayoría son parejas. "Los españoles cada vez buscan más compatibilizar la vorágine del día a día con la calma mental. Creo que es una necesidad humana actualmente. La gran mayoría busca obtener una mayor capacidad de disfrute sexual para ellos y sus parejas. Otros un mejor rendimiento en sus capacidades generales y muchos de los que completaron nuestro curso traen a sus hijos para que puedan gozar de una mayor capacidad de aprendizaje y una mejora sustancial en sus relaciones interpersonales".