Les gustan las mujeres inteligentes, pero sólo de boquilla. A la hora de la verdad, huyen despavoridos, las temen, les intimidan. Al menos eso sostiene este estudio de las universidaddes estadounidenses de Buffalo, Luterana de California y Texas: un coeficiente intelectual alto es un plus que las hace más atractivas, pero a la hora de verdad, si tienen que entrarles, pedirles una cita o imaginárselas como pareja, ellos se acobardan.

Les gusta la idea de tener una novia inteligente, en teoría, pero todo cambia si se les plantea la posibilidad que pueda ser real. A la hora de la verdad, según dicho estudio, les da miedo que su pareja sea más inteligente que ellos.

La investigación se centró en 151 universitarios (hombres y heterosexuales) y constó de dos partes. En la primera, se les instó a imaginar que, tras un examen, conocían las notas de un grupo de mujeres y las suyas propias. Los resultados revelaron que la mayoría de ellos veía más atractivas a las mujeres que habían obtenido mejores calificaciones que ellos, frente a las que habían sacado peores. El 86% afirmó que se sentiría más atraído por alguien más listo.

Pero luego vino la segunda parte del estudio. Los expertos simularon una situación real, así que pasaron de la teoría a la práctica. Los 151 hombres hicieron un test de inteligencia y se les reunió en un mismo lugar con las mujeres que también lo habían hecho. En ese momento se leyeron en voz alta los resultados en el CI de todos de todos los participantes. Se les pidió que evaluaran otra vez a las mujeres, pero esta vez ellos calificaron a las más inteligentes como las menos atractivas, las que tenían menos posibilidades de acabar saliendo o formando una pareja.

Todos los hombres del estudio contaron que se sentían menos masculinos ante las mujeres más inteligentes que ellos. "Su mera presencia ya fue suficiente para que ellos se sintieran amenazados y notaran cómo su masculinidad bajaba, así que dejaban de sentir atracción por ellas", explican los expertos sobre el estudio.

En la otra cara de la moneda de esos hombres que se sienten amenazados por las mujeres inteligentes, están los sapiosexuales: las personas que siente una fuerte atracción por la inteligencia de otra. Da igual que se trate de hombre o mujer, ellos se fijan en el intelecto. De esta forma, la sapiosexualidad como orientación sexual se da entre quienes consideran la inteligencia como la característica sexual más atractiva de un individuo.

Al sapiosexual le excita la erudición de la otra persona, una conversación culta y distintas muestras del elevado nivel intelectual. Quizá porque al final, el cerebro es el órgano sexual más importante de todos, según la psicóloga Diana Rabb, quien también sostiene que los sapiosexuales se toman cualquier tipo de “discusión política, filosófica o psicológica prácticamente como un juego previo”.

Otro dato a favor de que la inteligencia es sexy: a mayor intelecto, mayor libido. Según este estudio de Lovehoney, aquellos hombres que han ido a universidades de "elite" son los que compran con más frecuencia juguetes sexuales. De ahí, la investigación concluyó que los más inteligentes son también los que están más conectados con su lado sexual.