La boda de Lady Di y el Príncipe Carlos: así fue su enlace
Desde el ramo de la novia hasta el vestido, la boda más recordada de todos los tiempos estaba plagada de detalles que siguen siendo fuente de inspiración.
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Han pasado cuatro décadas desde que el 29 de julio de 1981 Lady Di y el príncipe Carlos se dieron el 'sí, quiero' en la catedral de San Pablo de Londres, el escenario perfecto que acogió a los más de 2.000 invitados que presenciaron el enlace. Fue una boda de cuento de hadas y también fue bautizada como la boda del siglo: un total de dos millones de personas salieron a las calles de la ciudad londinense para ver la comitiva nupcial y más de 750 millones de personas siguieron el enlace por los canales televisivos y la radio.
La foto de los novios besándose en el balcón de Buckingham Palace dio la vuelta al mundo y fue portada de los principales periódicos británicos. Los medios transmitieron el sentir de los ciudadanos a la perfección: sin lugar a duda, había unanimidad en que Diana de Gales era la mejor candidata para el príncipe Carlos y ella rápidamente se convirtió en un icono de estilo, elegancia y saber estar, lo que enseguida le hizo ganarse la admiración de los ciudadanos y fue apodada como 'la princesa del pueblo'.
Sin embargo, lo que en un primer momento parecía ser un cuento de hadas no terminó como tal, pues el divorcio llegó en 1996 pero el paso del tiempo no ha 'envejecido' todo lo que rodeó a aquel evento 'real' que nadie quiso perderse. Desde el estilo de la novia –o todas las demás veces que Lady Di se vistió de novia más allá de su boda– a los looks de las invitadas, pasando por la decoración, las flores y otros muchos detalles, la boda del entonces heredero a la Corona británica y la joven tímida proveniente de una familia noble que pasaba a formar parte de la Casa Windsor sigue siendo a día de hoy una fuente de inspiración para muchas novias. Una boda que, pese a haberse celebrado hace más de 40 años, promete ser eterna, tal y como demuestran estas imágenes.
El ramo en cascada
El ramo de Lady Di fue uno de los detalles más recordados de su look. La novia llevaba un llamativo ramo de casi un metro de longitud compuesto por flores cultivadas en Gran Bretaña con orquídeas, rosas, gardenias... Aunque durante un tiempo parecía excesivo, ahora está de vuelta y se ha convertido en el favorito de las novias que quieren que las flores sean protagonistas en su look.
El impresionante ramo sobre la falda del vestido
Oda al volumen
Mangas abullonadas, encajes, lazos, volantes... el vestido de novia de Lady Di marcó época e inspiró a todas las novias de los años 80. No había miedo al volumen y a los detalles hiperbólicos. Y ahora estos parecen haber vuelto de la mano de diseñadores como Christian Siriano, que no teme al volumen y a esas novias que quieren volver a ser princesas de cuento.
Un vestido de auténtica princesa
Las damas de honor
Sarah Armstrong-Jones, la hija de la princesa Margarita, fue una de las damas de honor de Diana. Sus vestidos estaban inspirados en los de la novia.
El cortejo compuesto por las damas y damitas de honor
Invitadas que marcan tendencia
La Reina Madre, con su tocado de plumas, fue una de las invitadas más elegante de la ceremonia.
Un carruaje de cuento de hadas
Un maquillaje natural
En su boda Lady Di no quiso renunciar a su esencia: apenas unos labios color coral, los pómulos marcados y un suave maquillaje de ojos para su gran día.
Coronas de flores para las damitas
Las pequeñas acompañaron durante casi toda la ceremonia a Diana, e incluso se asomaron al balcón con ella, su marido y la reina Isabel II. Sus cabezas estaban adornadas con coronas de flores de vivos colores, un toque alegre que llevaba el sello de Lady Di.
Confidencias en el balcón
Aunque la armonía no duró muchos años, Lady Di y el príncipe Carlos se mostraron cómplices y relajados el día de su boda, regalando bellas instantáneas como esta.
Un anillo para la historia
Una joya sobresalía en la mano izquierda de Diana de Gales el día de su boda: su anillo de pedida, una sortija de oro con un zafiro ovalado rodeado por diamantes que ella misma eligió entre una selección de anillos de la joyería Garrard. Años más tarde, el príncipe William se lo regalaría a Kate Middleton para su compromiso, una joya que también se ha convertido en la favorita de la duquesa de Cambridge y que luce a menudo.
El beso en el balcón
Diana de Gales y el príncipe Carlos olvidaron besarse tras su votos matrimoniales, así que lo compensaron dándose un beso en el balcón, que después emularon Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, Kate Middleton y el príncipe William y Meghan Markle y el príncipe Harry. Sin saberlo, dieron comienzo a una nueva tradición.
Una tarta de cinco pisos
Aunque hubo casi 30 tartas nupciales, la principal tenía cinco pisos y llevaban las iniciales de los novios y los escudos de armas de las casas del príncipe Carlos y la Casa Spencer.
La foto de familia
La imagen recoge a los Windsor y los Spencer, viejos conocidos, juntos. Un documento que deja ver como los trajes de las invitadas han soportado el paso del tiempo: el vestido de flores amarillas de la princesa Ana, el vestido de falda plisada de la princesa Margarita o el verde estampado de la hermana de Diana no han perdido actualidad.
La madre del novio
La reina Isabel II recurrió a uno de sus colores fetiche para la boda, el azul. Un sencillo traje plisado de líneas rectas que combinó con un sombrero adornado con flores a juego y un bolso del mismo color, guantes blancos y un collar de perlas de doble vuelta.
La reina Isabel II recibiendo al padre de la princesa Diana
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