El número de junio de Harper's Bazaar nos propone regresar al futuro, mirar hacia delante para conectar con las raíces, con los recursos naturales, con todo aquello que nos ha traído hasta hoy y que tiene mucho que decir en lo que nos deparará el mañana. Y nadie como Esther Cañadas para protagonizar esta portada (cuatro, en realidad) que habla de sostenibilidad, de trazabilidad, de sabidura, moda, arte y belleza. Desde una cala recóndita de Ibiza que refleja la luz del sol sobre su rostro, la modelo española más universal posa frente al objetivo de Vladimir Martí para celebrar las segundas oportunidades, los férreos valores, el poder de la artesanía y la fuerza de la naturaleza.

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Vladimir Martí
Esther Cañadas, con chaqueta de algodón con lentejuelas bordadas de DRIES VAN NOTEN.

Como escribe Inmaculada Jiménez en la Carta de la Directora de este número, "Me encantaría que, ahora que está tan de moda hablar de la trazabilidad de la moda, hubiese una etiqueta en la que rezara un simple 100% ESPERANZA. Un simple trocito de tela que, al contacto con nuestra piel, demostrase que otra forma de vivir es posible". Y esas otras formas de vivir se plasman en este número, en el que también es protagonista Adut Akech, la refugiada sursudanesa que creció admirando a una generación de supermodelos que cambió las reglas de la industria. Akech reina hoy sobre las pasarelas y hace gala de su compromiso con el futuro. Junto a ella, Lele Pons, cantante, cómica y autora de la docuserie The secret life of Lele Pons, protagoniza las páginas de este número para presentar su nuevo disco, pura artesanía.

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Vladimir Martí
Esther Cañadas cubre su cuerpo con maxipamela de rafia natural de MIMOKI.

Harper's Bazaar Junio viaja también al origen de la moda, ya que el mayor reto de la industria es la trazabilidad del producto. Hoy, el lujo es un QR en las etiquetas que nos desvela el responsable camino que han recorrido. Y se detiene en la Alta Costura, en cómo cada tejido, bordado, lentejuela o pluma de la Haute Couture desborda sabiduría y artesanía. Y cómo la Alta Costura no solo ha vuelto a rescatar los talleres más exquisitos y las técnicas más sutiles, sino que también ha puesto en valor el savoir faire y su compromiso con él.

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Vladimir Martí
Esther Cañadas, con top y falda, ambos de satén, de MIU MIU.

No podía faltar en este número la última colección (y más madura) de Simon Porte Jacquemus, Le Raphia, una oda al verano que ensalza la belleza de la natural. Y un viaje a través de la sabiduría eterna que se esconde en los talleres de los guardianes de la artesanía Made in Spain. Ellos sobreviven al paso del tiempo preservando las tradiciones y proyectándolas al futuro y Harper's Bazaar los recorre de la mano del interiorista Tomás Alía.

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Esther Cañadas, con vestido de cady de seda de DIOR.

Talleres que, con su sabiduría centenaria, siguen siendo luz y guía. "Todos tenemos una responsabilidad para que el futuro sea posible: ese en el que seamos capaces de crear, de innovar y de andar sobre unas sólidas raíces que nos marquen el sendero y nos permitan sembrar hermosas huellas sobre las que volver a caminar", escribe Inmaculada Jiménez. Feliz regreso al futuro.

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D.R.
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