Infoxicación "es una palabra adecuada en español para referirse a una sobrecarga de información difícil de procesar", explican en Fundéu BBVA. Pues bien, así es como afirman estar la mitad de los españoles durante sus vacaciones, infoxicados. Según el estudio Desco-net-ta, realizado por la tienda de viajes Pangea, el 51% de los españoles encuestados afirma que les resulta difícil desconectar de sus teléfonos móviles durante sus vacaciones.
Las principales culpables de este enganche son las redes sociales. De un tiempo a esta parte, parece que las vacaciones no son tal si no se publican fotos que corroboren que estamos tirados en la playa o disfrutando de un mojito al borde de la piscina. ¿Qué fue de aquellos tiempos en los que ir a la playa suponía dejar atrás durante unas semanas todo lo relativo a la ciudad (incluidos amigos, trabajo y familia)? Pues sencillamente que eso ya es parte de un pasado cercano pero casi olvidado.
Según este estudio, "el 30% de los españoles utilizan el móvil no sólo para hacer fotos, sino también para compartirlas durante las vacaciones siendo WhatsApp, Facebook, Snapchat o Instagram las vías más recurrentes". Sin embargo, este hábito, a simple vista inofensivo, tiene una repercusión inmediata sobre nuestra salud, ya que nos impide descansar por completo y recargar las pilas. Entre los encuestados,uno de cada cinco afirma que lo utiliza para prácticamente todo: subir fotos a redes sociales, hacerse selfies, realizar vídeos en directo, guiarse por las ciudades, etc. Una cifra que se dispara en los millennials y la Generación Z, para quienes ya no se concibe la vida sin conexión, sea cual sea la época del año.
Ante la pregunta de cuáles serían las vacaciones perfectas, el 52% ha contestado que serían unas en las que se deshicieran por completo del teléfono. Eso sí, el 25% advierte que "necesita consultar sus redes sociales constantemente y estar en contacto con sus seres queridos". La segunda causa de esta conexión permanente es el trabajo. Y es que la conectividad ha logrado (para bien o para mal) que la oficina esté dentro del smartphone. Quienes no descansan por esta razón pasan, en su mayoría, los 40 años y ocupan puestos de responsabilidad. Para ellos, las vacaciones no lo son tanto. Además, y ante la eliminación del roaming en muchas compañías, viajar a países lejanos ya no es una solución para quienes quieren desconectar pero por voluntad propia no se sienten con fuerzas para ello.
Los beneficios de apagar el teléfono o dejarlo en el cajón de la mesilla el mayor tiempo posible son muchos. Entre otros, disponer de más tiempo para reflexionar y tomar decisiones sin ningún tipo de influencia externa, fomentar las relaciones personales, disfrutar de más tiempo para uno mismo, dejar la mente en blanco, disfrutar de los paisajes en vivo y no a través de una pantalla y, lo más importante, aprender que al volver a conectar, la vida digital seguirá donde la has dejado sin que haya pasado nada.
