El escándalo que protagoniza todos los titulares en los últimos días, referente a las acusaciones de abuso y acoso sexual por parte del productor multimillonario Harvey Weinstein, ha hecho que, de una forma u otra, salgan a la luz otros casos similares que han permanecido silenciados durante muchos años. No es de extrañar que, en décadas anteriores, chicas jóvenes que saltaban a la fama tuviesen que acatar con las normas establecidas y hacer lo que se les pedía (o aguantar situaciones incómodas) como el precio a pagar por conseguir la fama. Porque, ¿qué otra explicación tendría el hecho de que estén saliendo tantos escándalos, acusaciones y denuncias a la luz? El mundo de la fama, el dinero y el espectáculo, no es un camino de rosas para las mujeres y así han vuelto a demostrarlo con un nuevo caso. En esta ocasión, ha sido una ex integrante de las Pussycat Dolls quien, aprovechando la marea de denuncias, ha decidido sacar a la luz la verdadera situación que vivieron las integrantes de la banda cuando saltaron a la fama.
Fue Kaya Jones quien aprovechó la situación para narrar su historia; una historia que, según aseguraba en sus tuits, había intentado sacar a la luz años atrás sin mucho éxito. "Esta es mi verdad. Yo no estaba en una banda de chicas. Estaba en una red de prostitución", afirmaba Kaya Jones en su cuenta de Twitter este fin de semana. "Y Cantamos y fuimos famosas mientras todos los que nos poseían se hacían de oro".
La cantante asegura que esa fue la principal razón por la que dejó el grupo. "La gente se preguntará, '¿era para tanto?' Lo era. Tanto que me alejé de mis compañeras, aparqué mis sueños y rechacé un contrato valorado en 13 millones de dólares. Todas sabíamos que llegaríamos al número 1", asegura. Esta fue una de las consecuencias de años de abusos por parte de mánagers y jefes que, asegura, les obligaban acostarse con algunos hombres.
Una cadena de tuits compartidos en la cuenta personal de Kaya Jones con los que pretende romper el silencio de tantas mujeres alrededor del mundo, y dar visibilidad a esta lacra social llamada machismo (y todas sus consecuencias, por supuesto).
