Un cuadro del expresionista austriaco Egon Schiele fue la inspiración de la que partió Yorgos Lanthimos, director de Pobres criaturas, para imaginar cómo sería Bella Baxter, el personaje protagonista de la película al que da vida Emma Stone. La melena azabache ultralarga y la paleta de colores de la pintura supusieron el punto de partida para que la directora de vestuario del filme, Holly Waddington, comenzara a trabajar en uno de los guardarropas cinematográficos más aplaudidos de los últimos tiempos. La película ha ganado a Mejor Diseño de Vestuario en los Globos de Oro y ha vuelto a repetir hazaña en los Bafta, dos galardones que podrían servir como pistas de lo que ocurrirá en los Oscar.

los mejores looks del vestuario de pobres criaturas
Atsushi Nishijima


Una de las claves del éxito es la mezcla de épocas que confluyen en la ropa que luce Emma Stone (que, por cierto, también está arrasando en la temporada de premios haciéndose con el Globo de Oro y el Bafta a Mejor Actriz). Si bien la película está ambientada en el siglo XIX, no hay ni rastro de los corsés que las mujeres utilizaban entonces definiendo la silueta de la época. En su lugar, Waddington prefirió jugar con los volúmenes, única directriz que le marcó Lanthimos, obsesionado con unos pantalones con muchísimo volumen que acabaron influyendo en las proporciones de todos los looks. Las mangas de cordero sobredimensionadas (no iban a ser tan grandes en un principio, pero a la actriz le quedaban de maravilla) son la gran seña de identidad de un vestuario creado desde cero para la película por un equipo de 40 figurinistas durante 22 semanas de trabajo. El resultado es una mezcla de referencias a distintas épocas históricas que dota a la moda de la película de un universo particular y único.

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Yorgos Lanthimos

La paleta de colores es otro de los puntos fuertes del vestuario, que marca muy bien la evolución del personaje de Bella Baxter. En los primeros minutos del metraje, en los que vive una infancia encerrada en casa, es la asistenta quien la viste utilizando prendas con toques infantiles y looks casi siempre inacabados. Holly Waddington ha explicado que se inspiró en sus propios hijos, que a lo largo del día siempre acababan quitándose prendas por el camino o desabrochando la parte de abajo. Hay guiños a la ropa de bebé y a los genitales femeninos (la diseñadora ha bautizado dos de las blusas como 'la blusa-clítoris' y la 'blusa-vagina'), referencias imprescindibles en un filme en el que el sexo y la liberación sexual son partes centrales de la trama. Esta primera parte de la película terminó rodándose en blanco y negro, razón por la que tuvieron que repetirse algunas de las prendas de vestuario que en un primer momento se habían diseñado para ser rodadas a todo color.

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Yorgos Lanthimos

La explosión de colores llega cuando Bella huye a Lisboa y comienzan los contrastes cromáticos, especialmente, entre el azul y el amarillo. El look formado por chaqueta de mangas azules XXL, shorts amarillos y botines blancos es uno de los más icónicos de la película. Merece la pena destacar que los shorts son unos pantalones de claqué de los años 30 y los botines, firmados por Courrèges en los 60, son un homenaje a la moda inspirada en la ciencia ficción. "Es como una niña de cinco años vistiéndose del guardarropa de su madre", ha dicho la diseñadora. No en vano la propia es Bella es precisamente eso: una niña atrapada en el cuerpo de una mujer.

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En la etapa en París es imposible no referenciar dos estilismos clave de la película: el traje de inspiración masculina adaptado a su estilo (botas victorianas y las piernas al aire, pura Dark Academia à la Bella Bexter) con el que va a la universidad y el "abrigo-condón", como lo ha bautizado la figurinista, una prenda amarilla de látex que marca el comienzo de su etapa en el burdel. "Quería evocar el color que tendría un preservativo de esa época".

Otro de los looks clave y más icónicos del filme es el vestido de novia, que además es el favorito de la mismísima Emma Stone. "Hacerlo fue una absoluta pesadilla", confesó Waddington. Inspirado en un diseño de Vionnet, el vestido representa la cárcel que en ese momento supone el matrimonio para Bella, pero sin recurrir a estructuras evidentes. Es un diseño liviano que, a pesar de eso, mantiene un volumen increíble en las mangas gracias a una mezcla de red de sombrerería, organza, algodón y tul. Una prueba más de la magia que solo Holly Waddington es capaz de hacer.