Crecer sintiéndote diferente es algo que imprime carácter. Eva Longoria (Corpus Christi, Texas, 1975) recuerda cómo de niña, al subirse en el autobús para ir a un nuevo colegio, pensó que nadie se parecía a ella; su piel, su pelo y sus ojos eran mucho más oscuros. "Siempre digo que soy 'texicana', porque soy una mexicana en Texas", cuenta riendo vía telefónica la intérprete que ha hecho de sus raíces su seña de identidad. Aunque hace un par de meses viajamos a Los Ángeles para llevar a cabo las fotos de esta sesión, teníamos pendiente una conversación con nuestra estrella de portada, premio Cinema Women of the Year 2023 de esta cabecera.
Todos conocemos a Eva por el inolvidable personaje de Gabrielle Solís en Mujeres desesperadas, el papel que a principios de los dosmil la convirtió en una celebridad. Pero lo cierto es que desde entonces no ha dejado de crecer. "Decidí crear mi productora hace ya casi dos décadas porque deseaba tener un mayor control sobre mi carrera. No quería esperar a que me hicieran una audición o me dieran una oportunidad. Quería crear mis propias oportunidades", sostiene. Actualmente, la directora y productora no sólo cuenta con el reconocimiento de la industria del cine, sino que además se alza como una de las personalidades más comprometidas social y políticamente. Ya se trate de sostenibilidad, desigualdades o empoderamiento femenino, ella siempre está dispuesta a alzar su voz. Pero si hay una causa que especialmente le toca de cerca es el apoyo a la comunidad latina. De ahí que, tras varios documentales, su debut como directora de un largo de ficción con Flamin' Hot: La historia de los Cheetos picantes (Disney+) sea una reivindicación en este sentido. Su película plasma la trayectoria de Richard Montañez, el conserje de Frito Lay que sirviéndose de su herencia mexicana inventó los famosos Cheetos picantes, el snack salado más vendido en Estados Unidos y un fenómeno de la cultura pop mundial.
HARPER'S BAZAAR: Su estreno como cineasta es toda una declaración de intenciones. ¿Queda mucho por hacer en lo que respecta a la comunidad latina?
EVA LONGORIA: Sí, sobre todo en los medios de comunicación. Sólo somos en 5% en televisión y cine, a pesar de que formamos el 20% de la población estadounidense. Y detrás de la cámara, aún menos. Así que estamos gravemente representados. Tener la oportunidad de contar la historia de Richard Montañez en mi primer largometraje fue un privilegio, pero también necesario. Necesitamos más historias y más narradores de nuestra comunidad.
HB: ¿Cuál fue el principal desafío al que se enfrentó con este proyecto?
EL: En el momento en que empecé a dirigir más en serio, hace ya 12 años, tuve que superar que la gente pensara que era sólo una cara bonita. Sé de cámaras, de objetivos, de planos. Sé de movimiento, de composición y de montaje. Conozco todas estas cuestiones y soy buena además. Así que el mayor reto fue demostrar que sabía lo que hacía ante todos los que pensaban que yo era únicamente una actriz.
HB: ¿Recuerda la chispa que despertó su interés por la dirección?
EL: Creo que siempre he sido una productora y directora de corazón. Cuando me mudé a Hollywood, desde el minuto cero me fascinó lo que pasaba detrás de la cámara. La gente piensa que soy una actriz que se ha desarrollado como directora y productora, pero yo creo que siempre he sido una directora y productora que cayó en la actuación.
Hoy es uno de esos cálidos días de principios de octubre en los que flota en el aire la ilusión de un verano eterno, de modo que nuestra protagonista disfruta de un día de playa con su hijo Santiago (de 5 años) en Marbella. La productora, casada con el empresario José Bastón, ha hecho de este rincón de la Costa del Sol su happy place. "Mi íntima amiga María Bravo vive en Marbella así que durante los últimos 20 años he venido aquí de vacaciones. Me enamoré de este lugar y durante bastante tiempo estuve buscando la casa perfecta, ¡y ahora por fin la he encontrado!", exclama. Entre este nuevo hogar y el rodaje de La tierra de las mujeres, la esperada serie basada en la novela homónima de Sandra Barneda para Apple TV+, en la que trabaja junto a Carmen Maura, últimamente Eva ha pasado más tiempo en nuestro país que en Estados Unidos. "Me moría de ganas de rodar y vivir en España, y la verdad es que ha sido una experiencia única. Empezaremos la segunda parte muy pronto", avanza.
Con su carisma, determinación y un atractivo que transciende lo físico, Eva estaba llamada a erigirse en un referente. Por eso, L'Oréal Paris, la marca de belleza número uno del mundo, la nombró su embajadora en 2005. Muy pocos días antes de esta entrevista, la actriz voló a París para participar en el desfile de la firma, donde compartió pasarela a los pies de la Torre Eiffel con otras portavoces icónicas como Andie MacDowell, Hellen Mirren o Kendall Jenner. "Formar parte de una marca que celebra el empoderamiento, la inclusión o la sororidad es un honor y también algo refrescante, porque no hay muchas casas que defiendan esos valores. L'Oréal Paris recuerda a las mujeres que deben valorar su vida más allá del maquillaje y del color del pelo. Apreciar lo que vales en tu trabajo, en tus relaciones, en tus amistades. De eso trata el eslogan 'Porque tú lo vales', de conocer tu propia valía en la vida", señala.
Durante su escapada a la Fashion Week parisina tampoco faltó al show de su amiga Victoria Beckham. "Victoria es un regalo. Es uno de los seres humanos más leales, bellos y amables que conozco. La respeto, admiro y aprendo de ella constantemente. Me impresiona como madre, como mujer de negocios, como esposa, como persona. Y creo que tiene muchísimo talento. Estoy muy orgullosa de todo lo que ha conseguido con sus diseños", enuncia. Para Eva, las mujeres de su vida son un pilar fundamental. "No podría lograr ni la mitad de cosas que hago sin ellas animándome, alentándome, dándome su opinión y sus consejos. La hermandad y el sistema de apoyo que tengo a mi alrededor realmente contribuyen a mi éxito", proclama.
Aunque ahora sus días transcurren entre rodajes, galas benéficas y eventos de moda su infancia dista mucho de este entorno. Nacida en una familia humilde de origen mexicano y raíces asturianas, la intérprete se crio en un rancho en el sur de Texas. A pesar de que no tenían muchos recursos, Eva siempre se sentirá muy agradecida por la educación que recibió de sus padres. "Crecer en la naturaleza y rodeada de animales fue maravilloso. Solíamos cultivar nuestras propias verduras, cogíamos los huevos de nuestras gallinas y ordeñábamos la leche de las vacas. Mi padre nunca nos dejaba comer comida rápida porque decía que la tierra nos daría todo lo que necesitábamos".
De pequeña era una niña atlética que adoraba los deportes, por ello acabó licenciándose en Ciencias de la Quinesiología. "Quería dedicarme a la medicina deportiva y tratar lesiones. El movimiento del cuerpo es algo que me sigue fascinando", manifiesta. Nunca llegó a ejercer como tal, y cuando ya tenía una sólida trayectoria en el sector del entretenimiento, a los 38 años, se graduó con un máster en Estudios Chicanos y Ciencias Políticas. También quiso ser modelo, pero su altura era un hándicap. Tras acabar sus estudios universitarios, Eva participó en un concurso de talentos en Los Ángeles donde no pasó desapercibida. La fichó un agente y siguiendo su consejo se mudó a la Ciudad de los Sueños para asistir a castings, lo que compaginaba con un empleo temporal de headhunter. Después llegarían Mujeres desesperadas (2004), Vidas al límite (2005) y La sombra de la sospecha (2006). Aquello era imparable.
HB: Aparte de su carrera en el cine y la televisión es conocida por estar siempre intentando cambiar las cosas. ¿De dónde saca la fuerza y la energía?
EL: De mi madre. Crio a cuatro niñas, una con necesidades especiales. Aunque trabajaba a jornada completa, tenía la cena sobre la mesa cada día a las seis de la tarde. Siempre estaba allí: cada partido de baloncesto, cada ensayo musical, cada baile de animadoras. Siento como si la hubieran clonado cuando yo crecía. Era un taxa humano. Nos llevaba a mis hermanas y a mi a cualquier parte, por toda la ciudad. No sé cómo mantenía todo en orden en su cabeza. Así que cada vez que miro mi vida, creo que no estoy haciendo lo suficiente. Ella es un ejemplo maravilloso.
HB: Usted también concibe ser madre como su mejor papel. ¿Cómo vive esta faceta?
EL: No sé si me encanta la maternidad en general, adoro ser madre específicamente de Santi. Es un niño de ensueño, lleno de amor y bondad. Es divertido, aventurero y curioso. Disfruto viéndolo crecer cada día. Su mente, su cuerpo, todo. Él es el centro de mi universo.
HB: ¿Qué le pide al nuevo año?
EL: Normalmente soñamos con tener más tiempo libre, pero en el sector llevamos muchos meses de huelga. Así que mi deseo es volver al trabajo, ser productiva y seguir haciendo algunas historias increíbles.
Peluquería: Ken Paves (Rouge Artists). Maquillaje: Elan Bongiorno (Rouge Artists). Manicura: Kimmie Kyees (The Wall Group). Producción: Beatriz Martínez Velasco. Producción local: Kathleen Howes (Be Good Creators).