"Esta colección va de encontrar la belleza en todas partes; belleza de cualquier tipo", dijo Miuccia Prada en backstage después del desfile Otoño/Invierno 2023-24 de la marca de su familia que capitanea y en la que desde 2020 codiseña junto a Raf Simons. En realidad eso es algo que siempre se ha esforzado en hacer, buscar lo bello en lo inesperado, en lo que no lo es de forma evidente. Y a su manera, pues precisamente ella ha logrado agotar existencias de piezas calificadas con la etiqueta ugly. Miuccia es capaz de cambiar la percepción. Pero con su última propuesta y junto a Simons, ha encontrado la belleza en lo que de verdad la tiene, en el cariño, inspirados por un lado en el uniforme de las profesiones dedicadas a cuidar a los demás (como médicos y enfermeros) y, por el otro, en el amor. Por eso, las joyas de la corona de la colección son una serie de faldas blancas extraídas de los vestidos de novia y llevadas al día a día, hechas a mano como parte del proyecto Made in Prada Creating Beauty.

prada
Cortesía de Prada

"Los uniformes conectados con el día a día se han percibido generalmente como menores. Se han infravalorado. Así que para esta colección nos gustaba la idea de considerarlos y celebrarlos. Podemos darles importancia porque son prendas importantes, quienes las visten son importantes, la acción es importante. Sus vidas lo son. Y luego está también lo opuesto: tomamos piezas de ocasiones especiales, o creadas para un solo día como un vestido de novia, y las hacemos cotidianas. ¿Por qué deberíamos celebrar el amor sólo un día?", argumenta Raf Simons al respecto de la idea de partida de esta propuesta. Sin embargo, aunque en su versión cotidiana, este uniforme no pierde ni gota de su golpe de efecto, el mismo que tendría una novia entrando a su boda, pues desde la firma han utilizado técnicas tradicionales de la Alta Costura que los convierten en verdaderos tesoros listos para vestir. "La vida real es mucho más enriquecida que cualquier fantasía. Y, por tanto, mucho más importante. Para mí, el significado real de lo que hacemos es dar importancia al día a día. La vida cotidiana se merece cosas bellas. Porque cada día en la vida cuenta", remata Miuccia.

made in prada creating beauty
Cortesía de Prada
made in prada creating beauty
Cortesía de Prada

Cada una de estas faldas, de seda o de lana, se borda con el motivo favorito de la diseñadora, el —como dicen desde la marca— "tótem afectivo" por excelencia, las flores. Estas llevan presentes en el imaginario Prada desde el primer desfile de la italiana, y reaparecen cada cierto tiempo de forma estratégica (en el Resort 2020, en microestampado de estilo Liberty; en el invierno de 2019, XL, de colores y bordadas en las faldas). Ahora, lirios, petunias, jazmín y tulipanes hechos a mano de satén duquesa, popelín, gazar, organza y chiffon, cuelgan, bordadas, en faldas midi con vuelo, moviéndose al paso de quien las lleva, o en cortes mini, también cosidas en relieve y cubiertas en algunos casos por un velo de organza que simula, de nuevo, al de la novia. En un ejercicio estilístico que une a Prada y a Simons en perfecta armonía, estas se combinan con jerséis de cashmere y zapatos de tacón chupete, adornados también con motivos florales en relieve. Un look hecho con cariño para hacer sentir bien a quien lo viste (el concepto perfecto en la era del lujo silencioso que, para Miuccia y Raf, lejos de ser una mera tendencia, es una forma de vida), que devolvió a los asistentes al desfile —y a la industria entera, por extensión— la ilusión y, como escribió la famosa periodista Cathy Horyn al salir de la Fondazione Prada, también "la esperanza" por el juego de la moda.

made in prada creating beauty
Cortesía de Prada
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Cortesía de Prada