Suyas son algunas de las vajillas que presentan las propuestas de restaurantes como La Salita de Begoña Rodrigo en Valencia o Superchulo en Madrid. Y suyo es el trazo que tanto caracteriza a esta ceramista valenciana que a partir de ahora vas a desear tener presente en la decoración de tu casa.

Hablamos de Ana Illueca, la ceramista valenciana que decidió hacer de su hobby toda una profesión en la que pone pasión, creatividad y mucho -pero que mucho- arte. En el número 42 de la calle Rodrigo de Pertegás (Valencia) encontramos el estudio que comparte junto con su compañera de batallas, la también artista Susana Gutiérrez. Ambas han logrado crear un espacio que funciona como muestrario de sus obras, taller de creación e incluso lugar donde impartir las clases de cerámica.

Hace seis años que Ana Illueca dejó su trabajo de creativa en una agencia para dar un salto al vacío, a la nada. Es entonces cuando le tocó reinventarse tanto personal como profesionalmente. Por aquel momento acudía a clases de torno y en vez de ir unas dos veces a la semana como hacía cuando trabajaba, comenzó a frecuentarlas unos cinco días porque tal y como ella misma reconoce "me gustaba y tampoco tenía mucho más en lo que invertir mi tiempo libre".

ana illueca, la artista que pretende revolucionar la cerámica valenciana
© Ana Illueca

Lo que al principio parecía una mera afición, poco a poco se convirtió en su gran pasión y fueron muchos los que se empezaron a interesar por su trabajo. En su palmarés cuenta con más de 40 premios en creatividad (mención especial los 3 EFIS y un SOL), un total de cinco exposiciones de cerámica desde el 2016 y finalista del Premio Artesanía Comunitat Valenciana 2017.

"La cerámica es mi medio para expresarme, mi lenguaje, es el resultado de mis inquietudes, es la que me permite pensar con claridad", reconoce a Harper's Bazaar esta artista especializada en cerámica. ¿Conocemos más sobre Ana Illueca y su maravilloso arte?

¿Quién es Ana Illueca?

Soy de raíz mediterránea. Investigo las raíces de las culturas mediterráneas. Defiendo la pasión del carácter de la vida en la orilla, de la periferia, de la identidad local formada por muchos destinos. Navego hacia el origen de la cerámica, actualizando símbolos, formas, técnicas y pigmentos. Creo piezas que reflejan la convivencia de civilizaciones y culturas a través de los siglos. Amor por lo propio y amor por lo extraño. Doy forma con barro a la luz, a la alegría y a la viveza del mar Mediterráneo.

Mi herramienta es el torno y todas mis piezas se diferencian las unas de las otras porque todas son diferentes. Uno de mis últimos trabajos es la colección Mediterranean Bits que ya ha colgado el cartel de sold out y que surgió durante el confinamiento. Pequeños puntos del Mediterráneo.

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¿Qué significa para ti la cerámica?

Para mí significa transformar momentos, no espacios. El poder de mi cerámica va más allá de transformar espacios. Puede transformar momentos y, con ellos, modificar nuestros sentimientos, nuestras memorias y nuestra energía. No existe una utilidad más alta para un material tan básico como el barro.

Cada forma nace de una mirada interior, de una búsqueda. De identidad, de dignidad, de serenidad, de orgullo. Sólo si sientes puedes llegar a hacer sentir. En la cerámica, las manos son tu cerebro y tu boca. Ellas son las que caminan, las que hablan, las que piensan. Las manos poseen al artista. Y la combinación de diseño y artesanía se beneficia del poder de una verdad: que alrededor del torno, se piensa con las manos.

¿Cuál es tu método de trabajo?

La verdad es que intento no dispersarme mucho, porque al final se me ocurren mil cosas y tengo que frenar. Funciono mucho por lo que yo necesito y lo que a mí me parece interesante para la casa. En el confinamiento fui muy consciente de la importancia que tiene una casa en nuestras vidas. Pienso que lo mejor es tener pocos objetos pero que representen mucho o que tenga mucha presencia. Una vasija que te traslade al Mediterráneo, por ejemplo. Vamos a hacer cosas sencillas pero que tengan cierta conexión conmigo.

¿Nos puedes contar cuál es tu producto estrella?

Uno de mis productos estrella son las tazas DIGNITY que las hago por encargo. Un concepto de desayunar con dignidad. Con esta taza me di cuenta que mis productos son más para los momentos que para las funciones que traen en sí. Ya no es la taza para el café o la leche, sino para un desayuno digno. Diseñar los momentos más allá de que sea una taza de desayuno o del café de la tarde.

Las primeras empezaron por una necesidad de que no tenía tazas y ahora se ha convertido en una de las colecciones más demandadas. Cuando trabajaba en comunicación desayunaba tirándome casi la taza por encima y ahora en cambio le dedico unos 45 minutos al día, es ahí donde reside la diferencia. He encontrado en el desayuno un momento muy creativo donde la cabeza está totalmente vacía y se me ocurren muchas cosas. Genero la pieza porque son ‘los desayunos dignos’.

Las Dignity van siempre con el blanco, con el azul y el amarillo. Los clientes adquieren el concepto, no la taza en sí.

¿Y el trabajo del que te sientas más orgullosa?

Hay unos platos a los que le tengo especial cariño porque supusieron el punto de partida, el pistoletazo a esta nueva profesión que surgió para mí hace 6 años. Las personas se empezaron a interesar por los platos y ahí vi que podía haber algo.

Cuentan seis historias de amor platónico, desde la infancia hasta una edad más adulta o incluso la vejez. Historia autobiográficas o biográficas de otras personas. Fue un momento en el que sacar aquello fue importante para mí y sobretodo convertirlo en una pieza hacia dónde iba a dirigir mi vida y mi futura profesión. Fue un proceso muy bonito. Fueron parte de una reflexión estética de lo que yo quería hacer. No es ni siquiera de los que más hablo o los que más saco en mis redes sociales, pero les tengo auténtico cariño.

Otras de las pirzas que me gustan mucho son las tazas Dignity mencionadas unas líneas más arriba, que aunque sean muy pequeñas, me emociona cuando me mandan las fotografías con ellas. Cuando me dejan entrar en casa de alguien me parece una pasada, pero que además me dejen entrar en su desayuno, ya es LO MÁS. Siempre hago como tandas de 25 piezas y cuando se venden hago las siguientes.

¿Cómo es hacer parte de vajilla de algunos de los restaurantes más punteros del momento?

Los restaurantes me piden piezas especiales y únicas para sus locales. Nosotros lo que podemos aportar es su exclusividad, siempre adaptándonos a la propuesta gastronómica de cada cliente. Para gastronomía yo trabajo con el concepto, pero teniendo en cuenta que va a haber comida en el soporte o el plato, por lo que suelo tirar más por tonos neutros para dar el protagonismo a la propuesta gastronómica.

También colaboré con la agencia CuldeSac para el Festival de l' Horta Turia, confeccionando los coliboles, piezas inspiradas en la huerta y su producto fresco. El 10% de los beneficios de la venta de esta fantástica colección van destinados a la huerta valenciana de la Fundació Assut para apoyar la protección bien natural y su continuación como territorio productivo.

Es normal que mis trabajos con la gastronomía durante un tiempo estén algo parados debido a la situación actual. Ahora mismo la gastronomía tiene otras prioridades, pero les esperamos siempre.

¿Por qué ha llegado el momento de darle el valor que se merece a la cerámica valenciana?

Es hora de poner en valor a los maestros, de visibilizar el conocimiento, la habilidad y la creatividad de esta tierra. Hay una deuda que debemos saldar, un agradecimiento que dar. Y esto nos recordará que podemos sentirnos orgullosos de las raíces que tenemos, de los logros conseguidos a nivel mundial, de la cantidad de referentes que abrieron el camino del diseño cerámico. Hemos normalizado tanto la cerámica que hemos olvidado contarle al mundo el valor que tiene.

ana illueca, la artista que pretende revolucionar la cerámica valenciana
© Silvia Ruiz de la Prada Sanchis

¿Cómo es compartir estudio/taller con la artista Susana Gutiérrez?

Compartir el espacio de trabajo con Susana me permite intercambiar conocimientos, ver otra forma de abordar un proyecto cerámico, hacer flexible el mío y poder ampliar el equipo de forma rápida y fluida. Además, en este momento en mi equipo me acompaña Malen Perret, una gran ceramista francesa con otra forma de tornear, otra visión sobre la cerámica. Es muy enriquecedor rodearte de otros puntos de vista, nos hace crecer rápido.

Por otro lado, compartir un taller implica hacerlo más sostenible en todos los sentidos: gastos fijos, ahorro en el acceso a proveedores, disponer de flexibilidad para moverte y no dejar el taller solo, acceso a mayor número de herramientas, reciclar de forma más efectiva...

ana illueca, la artista que pretende revolucionar la cerámica valenciana
© David Rota

¿Qué significa el taller de la calle Rodrigo de Pertegás para ti?

Este taller es muy amplio, luminoso y en él se percibe el trabajo diario. El tamaño no es casual, es una declaración de intenciones. Una forma de recordarme que la cerámica no es un hobby, es un oficio, que no debo descuidarla, que esto va en serio y que debo pelear por mi obra.

ana illueca, la artista que pretende revolucionar la cerámica valenciana
© Ana Illueca

¿Dónde te gustaría estar dentro de 5 o 10 años?

Mi objetivo ahora sobre el que ya estoy trabajando es intentar internacionalizar el proyecto y para ello es necesario digitalizarlo. Además deseo dar a conocer no solo mi trabajo, sino también el origen de la cerámica valenciana y su valor más allá de nuestra fronteras, llegar al mundo entero. Que se conozca la identidad.