Como ya adelantaba Benjamin Franklin, “la felicidad humana, generalmente, no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”. Y no se equivocaba, pues desde el principio de los tiempos, hombres y mujeres han buscado incansablemente la fórmula de la felicidad. Sin embargo, como explica la coach y autora de Slow Life, Alejandra Rodríguez, casi siempre se busca en lugares donde, simplemente, no está. “Tener dinero, un buen trabajo, el niño más listo del colegio o vestir a la moda son aspectos que creemos que nos traen felicidad, pero realmente no es así. Hay que aprender a distinguir entre satisfacción y felicidad”, explica.

En este sentido, recalca la importancia de dedicar parte del día a entrenar la felicidad. O lo que es lo mismo: a entrenar la mente para poder acceder a ella. “Parece increíble, pero aunque las preocupaciones cambian de una mujer a otra, el fondo siempre es el mismo: nuestra felicidad depende de lo que logremos, de lo perfectas que seamos o de la imagen que demos, y esto se va trasladando de la adolescencia a la madurez, convirtiéndose en una carga y presión constantes”, asegura Rodríguez. De hecho, aunque suene contradictorio, todas las grandes enseñanzas sobre la felicidad se basan en dejar de buscarla fuera y empezar a construirla de piel hacia dentro. “La paz interior que nos permite ser felices es la misma que nos permite disfrutar del proceso de vivir y de aprender de cualquier situación, incluso de esas que no producen satisfacción”, explica la coach.

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Felicidad no es igual a éxito

Los grandes logros no siempre traen consigo la felicidad, y eso es algo que Alejandra Rodríguez trata siempre de enseñar a sus seguidores. “Es común preguntarse por qué un actor o actriz famoso ha llegado a padecer depresión, y no nos damos cuenta de que una cosa no está relacionada con la otra”, señala la experta. Una puede tener todo tipo de lujos y, sin embargo, sentirse incompleta. Algo que solo puede solucionarse nutriendo el espíritu. “Diariamente escuchamos mensajes publicitarios de todo tipo, pero ninguno de ellos hace referencia a la nutrición del espíritu y su relación con la felicidad porque no es tan rentable”, añade. Mente, cuerpo y espíritu son tres partes de un todo que, según apuntan las distintas técnicas de coaching, necesitan ser alimentadas (y entrenadas) por igual. En el caso del tercero, según Rodríguez, existen cinco pasos imprescindibles para conseguirlo.

Cinco claves para entrenar la felicidad

  1. Autoconocimiento: “Conocerse a uno mismo es básico para descubrir qué es lo que hay que mejorar y la mejor manera de hacerlo”, dice Alejandra Rodríguez. Para ello, es recomendable dedicar unos minutos del día a la meditación.
  2. Consciencia trabajada mediante la atención plena y la espiritualidad. Un ejercicio que puede aprenderse a través de disciplinas como el yoga.
  3. Gratitud: “No hay felicidad sin gratitud”, sostiene la coach. En este sentido, recuerda la importancia de observar lo que nos rodea y agradecer todo lo bueno que nos acompaña en el día a día, aun cuando no somos conscientes de ello.
  4. Gestión emocional para no dejarse llevar por los primeros impulsos. Si hay algo que se repite en las personas infelices es el mal manejo de las propias emociones y pensamientos. Como dijo Buda una vez, “Ni tus mayores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”.
  5. Cuidado del cuerpo a través de una alimentación saludable y ejercicio. De esta manera, se guarda una coherencia entre el bienestar físico y mental, permitiendo así el equilibrio espiritual.