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Limpiamos el rostro tanto por la mañana como por la noche (a veces haciendo una doble limpieza), usamos todas las cremas y tratamientos necesarios y, cuando pensábamos que podíamos estar orgullosas de nosotras mismas por llevar a cabo y mantener una correcta, completa y ordenada rutina de cuidado facial, de repente vemos que algo no funciona: aparecen granitos o puntos blancos, rojeces, irritaciones, descamación... Y es que, a pesar de que lo hagamos todo bien, el problema quizás sea otro: la toalla que usamos.

¿Qué consecuencias tienen las toallas para la piel?

Aunque cambiemos las toallas una o dos veces por semana y creamos que las mantenemos limpias, las toallas son un foco de gérmenes y bacterias, y no solo por el polvo, sino por los restos de maquillaje, suciedad y tratamientos como las cremas hidratantes, los sérums o aceites faciales que se depositan en ellas, sin contar todo lo que pude hacer la humedad que retienen. "A través de las toallas de baño se pueden contraer infecciones cutáneas que se transmites por omites, es decir, cuyo agente infeccioso es capaz de sobrevivir durante un tiempo determinado en la superficie de un objeto inanimado como puede ser la ropa", aclara la dermatóloga Mª Reyes García de la Fuente.

¿Qué solución recomiendan los especialistas?

La solución a esto, es más que evidente, cambiar las toallas con cierta asiduidad. No obstante, "Las recomendaciones en cuanto al cambio varían según el clima de la zona y la época del año, Aunque el consenso y el sentido común dicen que lavar una toalla cada 3-4 días es lo adecuado", afirma Román Barabash Neila, dermatólogo y académico de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Por su parte, la firma Resorè salió a la luz con Rosie Huntington como imagen y unas toallas antibacterianas como producto. Están hechas a partir de este tipo de materiales, el Silverbac y el sostenible Tencel Lyocell, que "funcionan para descomponer los gérmenes y los olores, deteniendo la propagación e incubación del 99,9% de las bacterias y los potentes irritantes de la piel en la toalla que pueden dañarla", ha señalado la marca en un comunicado.

¿Qué beneficios tienen estas toallas?

Es decir, estas toallas destruyen casi el 100% de las bacterias para reducir la propagación de microbios que causan muchos problemas importantes de la piel. Cuentan con su propia tecnología para mantenerse limpias y eliminar las bacterias que inflaman la piel sin necesidad de lavarlas muchas veces para evitar las bacterias, al contrario que las toallas tradicionales. Al tener que lavarlas con menos frecuencias se gasta menos agua, pero también se pueden lavar en ciclos más cortos y con agua fría. Además, su packaging es biodegradable.

En definitiva, se trata de unas toallas antibacterianas y ecológicas, "toallas limpias y saludables que combaten las bacterias, se secan rápidamente y rejuvenecen tu piel" dicen en la página web de la firma, "también son increíblemente suaves, absorbentes y duraderas. Unas toallas que puedes usar tantas veces como quieras, sin tener que lavarlas con tanta frecuencia como antes", añaden. Son ideales para todo tipo de piel, en concreto destruyen la bacteria que causa el acné, rejuvenece y mantiene la piel hidratada.