Hay días en los que parece que todo se derrumba, momentos en los que una llamada telefónica altera tu sistema nervioso, horas en las que el corazón acelera su ritmo. Las circunstancias extraordinarias que atraviesa el mundo han hecho que el número de personas que tienen ansiedad haya aumentado y tan solo en España, la cifra se cuantifica en 12 millones de personas.
Una de cada nueve personas sufre ansiedad en nuestro país. El acelerado ritmos de vida de las ciudad, las circunstancias personales o laborales y ahora, la pandemia, son tan solo algunos de los factores que han hecho incrementar notablemente este porcentaje.
¿Qué se entiende por ansiedad?
La ansiedad hace referencia a una preocupación y tensión extrema que se prolonga en el tiempo. Se trata de una sensación negativa visionaria de la fatalidad, la relación del presente con un futuro cercano en el que todo se plantea como terrible. Cuando esto ocurre, las neuronas del tronco cerebral se activan con mayor intensidad de lo habitual y la adrenalina se libera de las terminaciones nerviosas actuando sobre el corazón, la respiración y sobre los vaso sanguíneos hasta lograr un latido mayor del corazón.
Los ataques de ansiedad se confunden a menudo con los de pánico, que pueden darse aisladamente o como parte de la ansiedad. Estos últimos hacen referencia en cambio a cortos espacios de tiempo en los que se presenta dificultad para respirar, palpitaciones o incapacidad para articular palabra. En el caso de los ataques de pánico, su duración es momentánea mientras que, la ansiedad en cambio puede llegar a ser parte de la vida de una persona y dificultar su vida diaria en tres entornos diferenciados: el físico, el psicológico y el conductual.
Además de los síntomas físicos como las palpitaciones o las náuseas, un ataque de ansiedad puede presentarse a menudo en pensamientos negativos, en deseos de huida, nerviosismo extremo o sentimientos de ser juzgado.
A nivel conductual, además, también se manifiesta en situaciones como el distanciamiento. Cruzan la calle para evitar a las personas, solo salen de casa cuando se encuentran tranquilos y a menudo buscan excusas para evitar situaciones sociales.
¿Qué hacer para disminuir un ataque de ansiedad?
Lo primero será respirar lentamente. Se debe aspirar aire desde el vientre y exhalar en ráfagas cortas y aguas repitiendo el proceso hasta que la frecuencia cardíaca comience a disminuir. También la meditación ayuda a aprender técnicas de auto control y relajación necesarias para controlar los niveles de ansiedad.
Además, si el nivel de ansiedad es tan alto que forma parte de los que dificultan la vida diaria, consultar a un experto será siempre la opción más acertada. Buscar asesoramiento, en programación neurolingüística y en terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ser útiles para controlar los síntomas de ansiedad.
