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Irina Linovich con manta de Céline.

Hace unas cuantas temporadas Kenzo protegió del frío a los invitados a uno de sus desfiles masculinos con unas cálidas mantas que causaron verdadero furor entre los asistentes a aquel show. Tanto que se convirtieron en una de las prendas de la temporada junto a una propuesta similar de Kim Jones para Louis Vuitton que muchos hombres se lanzaron a llevar a modo de poncho, tal y como nos viene enseñando hace varios inviernos Christopher Bailey en Burberry (sí, hablamos de aquellas capas personalizadas que todos le quisimos copiar en su momento a Olivia Palermo). Hoy la propuesta sigue vigente de la mano de firmas como Céline y Calvin Klein. Aunque también de Vuitton, cuya manta en colaboración con Supreme está siendo uno de las más buscadas del momento.

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Ahora bien, tanto Phoebe Philo como Raf Simons lo que proponen es que carguemos con sus frazadas en la mano, o nos la echemos discretamente sobre el hombro, no que nos las enrollemos al cuello o nos cubramos totalmente con ellas para protegernos del frío. Un truco de estilismo que bien han copiado en sus respectivos catálogos de otoño tanto Zara como Mango a propósito de sus bufandas extragrandes con flecos.

En el caso de Céline, Phoebe ha sustituido por completos los pañuelos por sus mantas de lujo elaboradas en lana, cachemira y mohair, que de su desfile de otoño-invierno 2017 se trasladaron enseguida a la calle durante las pasadas Semanas de la Moda a pesar de costar 750 euros la pieza. Ya veremos si la idea de Simons para la primavera 2018 cala de la misma forma. Este último lo que propone en realidad son unas colchas de algodón a modo de accesorio definitivo. Algo con lo que ya ha probado suerte Demna Gvasalia en Balenciaga a propósito de sus chals tipo edredón (igual que Mulberry, cuyas icónicas capas vienen este invierno en versión acolchada).

Lo que no sabemos si llegará a imponerse con fuerza es la apuesta personal de Karl Lagerfeld en Chanel. Una suerte de mantas térmicas de aire espacial inspiradas en aquellas desarrolladas por la NASA que suelen llevar los astronautas además de formar parte de los kits de emergencia de toda ambulancia. En su caso en lugar de plástico retroreflectante el tejido es enguatado y tornasolado, y si bien seguramente no sirven para combatir la hipotermia, tienen pinta de abrigar lo suficiente como para ejercer las funciones de abrigo.

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