Isabel II, esa valiente reina de estilo
De la obsesión por los tonos pastel a la creación de 'bestseller' como el bolso Launer. Ella es el gran icono británico.
“Nunca he podido llevar el color beige, nadie sabría quién soy”. Se estima que su armario contiene 10000 piezas de vestuario y narra no sólo la historia estética de una mujer, sino la de un país y su transformación política en cada década. Ella creó el color block y la etiqueta real inglesa, la exaltación del sombrero como escultura de alta costura y el clasicismo kitsch ajeno al paso del tiempo. El diseñador Sir Hardy Amies fue su gran confidente para el día a día, mientras el couturier Ian Thomas supo adaptar su estilo a los complicados años 80.
La firma de alta joyería británica Garrand lleva el sello de sus piezas favoritas que ayudaron esculpir un estilo tan peculiar como único, nutrido de colores pastel, la extrema coordinación de accesorios y los detalles rococó. Tras esa apariencia “merengue” se esconde una lección magistral de sastrería, quizás ajena a tendencias pero con cierta vocación experimental como el memorable vestido “arlequín” de lentejuelas que le acompañó en el Royal Variety Perfomance de Birmingham en 1999. “Me gusta todo de ella. Nos divertimos mucho juntas, la Reina posee un gran sentido del humor y puede poner cualquier tipo de acento. Le encanta la moda y es experta en tejidos”, declaraba su asistente personal Angela Kelly en su única entrevista hasta la fecha. Una enseñanza que la reina siempre inculca sus ayudantes es la poderosa función de los símbolos y emblemas en su atuendo. El vestido que lució en su coronación en junio de 1953lleva la rúbrica de Mr. Hartnell, fiel amigo de la casa real que primero sirvió a la Reina Madre en los años 40 y posteriormente se convirtió en el diseñador de cámara de su hija. El diseño de la pieza congrega la unión de los diferentes territorios que forman el Reino Unido; se bordaron rosas de Inglaterra, cardos por Escocia, pequeños puerros por Gales y los célebre tréboles de Irlanda.
Sus guantes impolutos, las perlas recurrentes y su apego al bolso Traviata de la firma Launer (gracias a ello aumentaron un 52 por ciento sus ventas en el último año) dejan constancia de su papel icónico -y kitsch, cómo no- en la moda. El próximo 21 de abril, Londres festeja su 90 cumpleaños con una gran exposición en el Buckingham Palace sobre su armario casi centenario. Más de 150 piezas de historia que abarcan desde los disfraces que vestía junto a su hermana Ana en las funciones del colegio a los clásicos twin sets de abrigo o el vestido que Norman Hartnell diseñó para su boda con el Duque de Edimburgo.
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