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Los gatos dominan el planeta
El efecto Caturday, gatos celebrities o libros en los que nos asesoran cómo dormir convierten a la tierna mascota en un fenómeno viral que factura millones de euros al año.
Existe una isla remota al sur de Japón, Aoshima, que alberga más de un centenar de gatos. El dato sería anecdótico si no contara con tan solo veintidós humanos entre su población. Carece de coches, restaurantes y nunca ha visto un turista más allá de un televisor. Pero el amor por los gatos parece ser la ley que reina en el vecindario. Esta devoción felina es una realidad de lo que acontece a nuestra sociedad y en la que Internet lleva la voz cantante. El usuario de blogspot Sharyn creó Caturday.com en 2005, un tímido blog en el que recolectar historias e información para los amantes de los gatos. Empezó subiendo fotos de su propia mascota y derivó en un diario que con más de 200 usuarios que subían sus Lolcats (un meme de gatos con texto humorístico intercalado) en sábado, y de ahí surgió el término #Caturday, que se extrapoló más tarde a cualquier día de la semana. En la actualidad, este hashtag cuenta con casi dos millones de entradas en Instagram y Twitter. Analizar este portento viral es el objetivo de la muestra que acoge estos días -y hasta el 31 de enero- el Museum of the Moving Image de Nueva York. How Cats Took Over Internet (Cómo los gatos tomaron Internet) destripa el fenómeno, las causas y el soporte desde una mirada crítica hacia un acontecimiento “engañosamente frívolo” que genera millones de visitar al día.
Mascotas de celebrities (o famosas por sí mismas), el citado efecto Caturday, e incluso su propio Festival de Internet Cat Video se dan cita en una muestra que analiza el carácter antropomórfico que este animal ha adquiridoen nuestra sociedad. “Los usuarios de web se quedan como en trance al verlos”, es una de las leyendas que recoge la muestra. Pero, ¿por qué despierta tanto interés este animal y no, por ejemplo, los perros? Jack Shepherd, articulista de The Guardian, tiene una respuesta fácil para ello. “Los segundos buscan desesperadamente nuestra atención, impresionarnos, obtener nuestra aprobación. En cambio, un gato lo hace porque siente que tiene que hacerlo. Sin esfuerzo, de forma espontánea y sin importarle lo que pienses. Y eso hipnotiza”. Si esa fascinación data de más 5000 años como animal de compañía, cuenta con un museo propio en San Francisco y un festival de cat folklore -Kattenstoet-en la ciudad belga de Ypres, no es de extrañar que terminen por conquistarnos.
Pero esa atracción desmesurada no es nueva de este siglo. Ni del anterior. En 1870, el fotógrafo retratista Harry Pointer ya previó el fenómeno con su saga Brighton Cats en la que simulaba captar a mininos montando en triciclo o llevando con sombrero de copa. Una parodia humana que añadía textos divertidos o felicitaciones. Casi 250 años más tarde, su mismo protagonista se mete en la piel de algunas de las pinturas más famosas de la historia. La recién fallecida Susan Herbert, fue conocida por convertir a su animal favorito en una menina más de Velázquez o posar sin reparos como la Olympia de Manet.El libro Cats Galore (publicado con Thames & Hudson) aglutina ahora su obra “más tierna” con otras interpretaciones felinas, como el Nacimiento de la Venus de Botticelli o El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck.
La moda, también ha querido apuntarse a la gatomanía. Miuccia Prada rindió homenaje a su delicada silueta en la colección Primavera-Verano 2010, convirtiéndoseen ese sello no oficial de firmas como Marc Jacobs o Charlotte Olympia. Gracias a la cara de un gatito, la diseñadora del clan Dellal se hizo famosa en el mundo entero. “Fue por casualidad” comenta sobre sus célebres kitty flats. “Quería diseñar un mocasín, pero al cortar la piel, visualicé en los lados del empeine unas orejitas de gato, y decidí remarcarlas”. El resultado fue un éxito de ventas que interpreta cada temporada, este otoño, como homenaje al rock en toda sus vertientes.
Y no sólo inspiran a la moda, sino que la visten. En abril de este mismo año, Karl Kagerfeld revelaba a The Cut el sueldo que su gatita Choupette había facturado durante el 2014. Nada menos que tres millones de euros. Según Lagerfeld, la gatita más rica del mundo. Y su bagaje profesional no tiene nada que envidiar al de una modelo de primera línea: Ha sido portada de la revista Lucky, es imagen de la firma de cosmética Shu Uemura y sus seguidores de Instagram (@choupettesdiary) rozan los 75k. Tal es la fiebre por la gatita de Karl que la cantante Fergie no dudó en disfrazarse de ella este último Halloween. La cara de malhumor de Grumpy Cat (@realgrumpycat) fruto de una patología no ha sido impedimento para ocupar durante 10 semanas la lista de los libros más vendidos que publica el New York Times con Grumpy Cat: A Grumpy Books (Chronicle Books). Lil Bub, la gatita con enanismo que colapsa las redes sociales y visita platós de televisión, posee su propio documental titulado Lil Bub & Friends, que fue premiado en el Festival de Tribeca de 2013. Y esto es sólo es comienzo.
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