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2016: será el año del retorno de la logomanía
En la próxima primavera, los directores creativos parecen llevar como bandera ese lema de “estoy con mi marca”. Una labor rotunda de branding y con calado pop que reinterpreta los logos de siempre, los captura del pasado o simplemente deja que la caligrafía original haga todo el trabajo.
En la próxima primavera, los directores creativos parecen llevar como bandera ese lema de “estoy con mi marca”. Una labor rotunda de branding y con calado pop que reinterpreta los logos de siempre, los captura del pasado o simplemente deja que la caligrafía original haga todo el trabajo.
Loewe
Nuevo era, nuevo logo. J.W. Anderson dejaba claro en el 2014 que no sólo asumiría las riendas de la firma española, sino que la reinventaría desde su ADN. “Mi intención era reducir el tamaño y limpiarlo. Reescribirlo manteniendo el tramado original pero dando un giro nuevo. Me encantaba la “O” de Loewe y trabajé junto al estudio M/M Paris sobre esa idea”. En su colección P/V 2016 su gran acierto no sólo firma las etiquetas, sino que salta a un primer plano.
Lanvin
El desfile que sería la despedida de Alber Elbaz tras 14 años al frente de la firma francesa, seguía celebrando la feminidad como el primer día. Sus clásicos vestidos “regalo” son un homenaje a la Ciudad de la Luz, donde el nombre de célebres calles se mezclan con el de su creadora, Madame Jeanne Lanvin.
Moschino
“Muchas de las proezas que realizó Franco Moschino hace décadas son ahora un motor de la cultura de calle”, señalaba su director creativo Jeremy Scott a la salida del desfile. Entre chocolatinas Hershey’s y rosa Barbie, brillaba el nombre y el logo del maestro italiano. “Me encanta el poder de la iconografía dentro de una marca, pero como todo en la moda, tienes que saber usarlo y hacerlo en el momento adecuado”.
Louis Vuitton
El famoso damero de la firma traspasa los bolsos y baúles en manos de Nicolas Ghesquière. Un chaleco más propio del punk que de una firma de alta costura adquiere una nueva lectura con su clásico monogram y las iniciales de su fundador.
Emilio Pucci
Massimo Giorgetti se aleja del clásico glamour heredado por Peter Dundas para reinventar a la nueva mujer Pucci. La rúbrica original de Emilio se convierte en protagonista sin más elementos que la propia piel femenina.
Gucci
Alessandro Michele escarba en los archivos de GG para crear su fantasía vintage. La caligrafía inicial de la firma es un ingrediente más para alcanzar su ansiado Renacimiento en clave 70s.
Lacoste
Los ochenta, las próximas Olimpiadas de Rio de Janeiro y la gráfica de las banderas fueron el motor de inspiración para Felipe Oliveira Baptista. En esa odisea deportiva, el logo del cocodrilo deja paso a una versión más directa interpretada desde la década que le inspira.
Paco Rabanne
Tras su colección de debut, Julien Dossena ya ha cumplido con la herencia de la firma para dirigirla hacia un nuevo futuro. Un horizonte que revisa la sensualidad desde los 70 deportivos a motivos de la cultura nativa americana. Cierto guiño al space age de su fundador se percibe a través de un nuevo logo, más propio de una carrera de coches que de la firma que vistió a Barbarella.
Anya Hindmarch
¿La fiebre por el logo vista desde la ironía? La diseñadora británica es diestra en ese arte de transformar la cultura pop en piezas de costura. Señales de tráfico o cajas de Kellogg’s fueron algunas de sus últimas proezas antes de crear una colección no exenta de polémica: Sus bolsos con los logos originales de los 80 de Carrefour, Boots o WHSmithno son precisamente un artículo de supermercado.
Kenzo
Vestido suéter (270 euros) en net-a-porter.com
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