El primero en atreverse a subir las clogs de Crocs a la pasarela fue Christopher Kane. El diseñador británico las introdujo en su colección de primavera 2017 como guiño al feismo que se ha instalado en la moda y, ¡oh sorpresa!, el experimento funcionó. El calzado que encabezaba las listas de los más feos (aunque muy cómodos, eso sí) pasaba a ser visto con otros ojos.

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Una temporada después, al presentar sus creaciones de otoño/invierno 2017, Kane repitió y volvió a subir otros dos modelos de Crocs a su desfile, esta vez combinados con piel y en tonos muy invernales. Tras él, y concientes de que no había rechazo sino acogida por parte de los compradores, llegó Balenciaga y le dio una vuelta de tuerca a la cosa incorporando una enorme plataforma que... ¿Hacía aún más difícil este diseño?

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Desfile O/I 2017-18 de Christopher Kane. ©Imaxtree

Pues bien, la alianza entre Crocs y Christopher Kane continúa firme y ahora han lanzado una propuesta otoñal que no tiene desperdicio. Se trata de un diseño de animal print de colores, con apliques metálicos y un pompón que, sin duda, hará las delicias de las más fashionistas, y que cuesta 70 euros.

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Modelo O/I de Christopher Kane.

Y es que parece que esta especie de zuecos realizados en croslite, un material técnico que es, entre otras cosas, antibacteriano, ha abandonado definitivamente el sector servicios (medicos, enfermeros...) para el que fue creado hace ya 15 años, y se ha hecho en las estanterías de las tiendas de moda.