El verano siempre es azul

¡Del barco de Chanquete no nos moverán, porque este barco es toda su vida!

La Dorada es mucho más que un entrañable bajel, es un recuerdo vívido en la memoria de muchísimas generaciones, un souvenir de su infancia; la imagen de la canícula soñada, con infinitas horas de sol frente a un mar completamente azul. Amigos, confidencias, primeras veces, y un recuerdo de juventud que se queda para siempre.

La serie Verano Azul, una producción de RTVE, fue dirigida por Antonio Mercero y escrita por Carmelo Bernaola. El rodaje empezó a finales de agosto de 1979 y terminó en diciembre del año siguiente, con localizaciones entre Nerja, Motril y Almuñécar.

Un niño protagonista y su amigo regordete y entrañable. Su hermana y la inseparable amiga de ésta, los dos chavales que se pelean por el amor de la hermana y una pintora solitaria de paso en el pueblo. El reparto se completa con Chanquete, un bondadoso marinero que se bate en retira, un lobo de mar varado en tierra dentro de su amado barco: La Dorada. Voilà ! He aquí un reparto mítico y blanco que se convirtió en historia de España con solo una temporada en antena. ¡Pero qué temporada! Un hito televisivo que se grabó fuego en la memoria colectiva.

Quique (Gerardo Garrido), Bea (Pilar Torres), Javi (Juan José Artero), Desi (Cristina Torres) y Pancho (José Luis Fernández).

Una pandilla de amigos subidos a las bicicletas tiene que llevar por fuerza una banda sonora de silbidos; pero no unos silbidos cualquiera, los silbiditos de la melodía introductoria de la serie.

Sonrias y camisetas de rayas, los brazos muy estirados sobre el manillar, dando bandazos entre andurriales rodeados de huerta. Eso es Verano Azul, la serie que marcó que marcó la infancia de un grueso de generaciones (a las primeras por el bombazo de su audiencia, y a las posteriores por las incontables reposiciones).

Entre gritos y zancadas por la playa berreaba Pancho la muerte de Chanquete. La frase conmocionó a la audiencia, pero en cambio otras frases como "demasié pa mi body" pasaron a ser expresiones del momento (si bien algún rezagado en modismos aún no ha puesto los archivos al día y sigue con su uso).

No pintaban demasiado, la verdad; los auténticos protagonistas de la serie fueron sus hijos. Pero el guiño al costumbrismo propio de la época ahí estaba: sentado a la hora de comer, de paseo por la explanada frente al mar o en las riñas familiares que hoy nos parecen tan lejanas como un verano sin posts para Instagram.

¡Lo que dio de sí la serie! Entre otras cosas para tomar un cover de Joan Baez y convertirlo en un himno audiovisual patrio: No nos moverán.

Resulta llamativo que aún hoy existan fanáticos tan entregados como para repasar los enclaves de la serie, pero en Nerja se ofrecen rutas turísticas por las localizaciones del rodaje; además es Tito (el actor Miguel Joven) quien ejerce de guía turístico. La retranca, vaya.