Pierre Cardin: hasta el infinito y más allá
El 2 de julio, Pierre Cardin (1922-2020) hubiera cumplido 101 años. Amante de las apariciones públicas, su concepción del diseño se adelantó a su tiempo y su nombre estaba asociado no solo a la ropa sino también a muebles, complementos, vajillas y todo tipo de licencias. Repasamos la impresionante vida de este creador que nos dejó un impecable legado.
Fue una pieza fundamental en la carrera espacial de la moda, abanderando la vanguardia futurista entre los cincuenta y los sesenta; diversificó su nombre en licencias –tantas como pudo alrededor del globo– y se lanzó a la creación de vestuario escénico.
Hijo de unos terratenientes italianos, Pierre Cardin (el apellido original llevaba tilde) y sus padres huyeron del fascismo y se instalaron en Saint-Étienne primero y en Vichy después. El joven Pierre se empeñó en ser actor, sin mucho éxito; salvo que del periplo sacó una sólida amistad con Jeanne Moureau, y tras vadear las dificultades actorales aún consiguió hacerse un hueco en mundillo como diseñador de vestuario escénico para Vittorio de Sica o Jean Cocteau.
Pierre Cardin empezó a trabajar a los 14 años hasta convertirse en un auténtico icono de la moda. Pasó por Paquin, por Schiaparelli y por Dior, y en 1950 fundó su propia casa. La carrera especial le pilló en activo y surfeó la ola con pericia, entregando sin descanso colecciones consagradas al futuro y a la vanguardia. Se empeñó en democratizar el producto y hacer extensible a un mayor número de gente su talento con las líneas de prêt-à-porter, y lo consiguió.
Cardin fue punta de lanza en un modelo de negocio que extendió ad libitum la concesión de licencias (más de 600 repartidas en 100 países, de corbatas a sartenes) pero que le ayudaron a mantener el control de su firma, como también fue punta de lanza en la conquista del gigante asiático: él ya viajó a China en 1957 para dar buena cuenta de su trabaja ante la clientela asiática. Auspició la carrera de Paco Rabanne y la de Jean-Paul Gaultier, y hasta se hizo en halagos con el trabajo de Simon Porte Jacquemus, de quien afirmó en su día que tiene una visión muy personal (algo imprescindible para triunfar en estos lares).
El 29 de diciembre de 2020 este diamante del mundo de la moda nos dejó a los 98 años, dejando un importante legado artístico y empresarial. Esta es su historia.
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