Cuenta la leyenda que en 1903, el empresario Salvador Echeandía Gal quedó embelesado por el olor a heno recién cortado que emanaban los campos del pueblo asturiano de Pravia. Tal fue su obsesión con este aroma que decidió reproducirlo en el laboratorio que tenía en su droguería de la madrileña calle del Arenal, Perfumerías Gal. Tras años experimentando, la famosa pastilla de jabón Heno de Pravia se puso a la venta en 1905. Desde entonces, este jabón de color verde como el heno fresco envuelto en un papel amarillo del color del heno seco ha estado en los baños de media España (por no decir de España entera) compartiendo hueco privilegiado y perenne con otros inventos cosméticos de principios de siglo que siguen presentes en los neceseres y bolsos actuales. La vaselina de cajita rosa de la misma empresa, la crema Nivea de lata azul, los polvos de talco de Ausonia o el bote de laca Nelly son algunos de los productos cosméticos pioneros más queridos por los españoles. Tanto que décadas después de su nacimiento, cuando la oferta es infinita y el mercado está lleno de jabones, bálsamos labiales, hidratantes o fijadores capilares entre los que es difícil elegir, muchos se siguen decantando por los cosméticos de toda la vida. ¿Son más efectivas las formulaciones de siempre o las seguimos comprando por costumbre y nostalgia?

"Estos productos son cosméticos sencillos con los que el consumidor se siente seguro. Los compra porque los conoce, sabe que le funcionan, no tiene grandes expectativas y quizás por eso no le decepcionan", apunta Cristina, ingeniera química especializada en cosmética al frente de la popular cuenta de Instagram Cosméticos al desnudo. Para la farmacéutica especialista en Dermofarmacia Gema Herrerías, además de la "confianza en los resultados por su reputación y por la recomendación de boca en boca", la nostalgia juega un papel decisivo en su éxito. "Estos productos a menudo están vinculados a recuerdos y tradiciones familiares y su elevada concentración de perfume pueden evocar emociones y sentimientos. La conexión emocional con ellos puede ser tan poderosa como su rendimiento real en términos de influir en nuestras decisiones de compra", asegura.

Esa memoria olfativa es, en palabras de Héctor Núñez, farmacéutico especializado en industria cosmética más conocido en internet como Cosmetocritico, una de las principales razones por las que seguimos eligiendo cremas y ungüentos que nos transportan a lugares, personas y tiempos pasados. "Si te das cuenta todos estos productos no han cambiado su perfume porque el aroma, aunque forme parte de la sensorialidad de un cosmético, nos evoca recuerdos", reflexiona. En su opinión, sin embargo, en materia cosmética cualquier tiempo pasado no fue mejor. "Todo en esta vida evoluciona y lo hace para mejorar. En cosmética se han creado nuevos ingredientes que ofrecen mejores resultados o sensorialidades mucho mejores", afirma. Y pone un ejemplo: los jabones sólidos de toda la vida de saponificación presentan un pH elevado que no es el más adecuado para la piel. Así, aunque pastillas como la del famoso Heno de Pravia cuya historia daba comienzo a estas sigan presentes en las estanterías de nuestros baños, actualmente existen mejor opciones. "Los detergentes sintéticos suaves con la piel y que pueden formularse a un pH cutáneo nos permiten crear limpiadores, ya sean líquidos o sólidos, mucho más respetuosos", cuenta.

La farmacéutica Gema Herrerías concuerda: "No confío en una mayor eficacia de estos productos clásicos respecto a las fórmulas actuales. Las formulaciones actuales tienden a ser más complejas y están respaldadas por avances científicos y tecnológicos que permiten una mejor comprensión de la piel y sus necesidades. Estos productos a menudo contienen ingredientes activos más avanzados y específicos para abordar preocupaciones particulares de la piel, como el envejecimiento, la hidratación o la protección solar", razona. Eso sí, los cosméticos de toda la vida cumplen su función cuando se trata de cubrir las necesidades básicas de la piel.

"Hemos evolucionado en texturas, acabados en piel (como el tacto seco) e incluso en ingredientes, pero al final nuestra piel sigue necesitando lo mismo que necesitaba: limpieza, hidratación y protección solar", apunta la autora de Cosméticos al desnudo. Y continúa: "Por eso creo que hay productos que funcionaban bien y lo siguen haciendo, pero son productos básicos y funcionales, nada excepcional". Ella, por ejemplo, se declara consumidora de la vaselina clásica de Gal "porque cumple su función, es económica y no me irrita ni pica como algunos bálsamos que llevan mentol".

Para la doctora Andrea Huerta, dermatóloga en la Clínica Dermatológica Internacional, "los cosméticos de toda la vida pueden tener fórmulas adecuadas, aunque sean más antiguas". A pesar de la mala fama que hoy día tienen los parabenos, presentes en muchos de estos productos, "lo cierto es que son los mejores conservantes que existen a día de hoy", asegura la experta. Y lo argumenta: "Se llevan utilizando muchos años y sabemos que son seguros: tienen una tasa de alergia de contacto muy baja y no se ha demostrado que actúen como disruptores endocrinos (moléculas capaces de alterar nuestras hormonas)". Eso sí, los perfumes tan característicos de estos productos y una de las grandes razones de su éxito, sí son más problemáticos: "Son una de las principales causas de alergia de contacto y deben evitarse, sobre todo, en pieles con alguna patología como la dermatitis atópica".

Si bien hay división de opiniones entre los expertos acerca de si la efectividad de los productos de antaño justifica su éxito durante décadas y su actual presencia en nuestros tocadores, queda claro que su mayor baza para continuar compitiendo en el mercado hoy día pasa por retrotraernos al baño de la abuela cuando la visitábamos por Navidad, los paseos al atardecer después de un día de playa o a la visita a la peluquería para hacernos el peinado de la comunión o la graduación. Razones suficientes para desembolsar, una vez más, los pocos euros que cuesta el jabón de Heno de Pravia, el aftersun de Ecran o un bote de laca Nelly.

Los cosméticos de toda la vida favoritos de los expertos

Los cuatro expertos en dermatología y cosmética consultados para este reportaje nos dan su opinión sobre algunos de los productos más imperecederos de nuestros baños y neceseres.

Nivea de lata azul

La farmacéutica especialista en Dermofarmacia Gema Herrerías destaca el "efecto de hidratación duradera en casos de piel seca y la facilidad de la Nieva de lata azul para transportar el envase en viajes". El farmacéutico Héctor Núñez concuerda con ella en su principal uso en zonas de piel muy seca "si te gustan ese tipo de texturas". Y la autora de Cosméticos al desnudo asegura que su textura untuosa es idónea para tratar zonas deshidratadas como los talones agrietados.

Nivea : Crema hidratante para todo tipo de pieles

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Crédito: DR

Vaselina Gal

"La vaselina es un básico para labios sensibles. Funciona muy bien combinar la manteca de karité con una fina capa de vaselina en los labios ya que al ser parcialmente oclusiva potencia la hidratación", detalla la ingeniera detrás de Cosméticos al desnudo. Para Gema Herrerías, esta vaselina merece la pena por su "versatilidad para múltiples usos, desde hidratación de labios hasta protección de pequeñas rozaduras en los muslos o el pecho de los corredores".

Gal : Vaselina Neutra Perfumada

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Crédito: DR

Jabón Heno de Pravia

El principal atractivo de este jabón es su aroma, el mismo que atrapó a principios de siglo a Salvador Echeandía Gal y que, desde entonces, perfuma muchos de los baños que hemos pisado. "Su fragancia clásica de toda la vida trae recuerdos familiares vinculados al aroma del hogar", destaca Herrerías.

Heno de Pravia : Jabón de Tocador en Pastilla

: Jabón de Tocador en Pastilla

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Crédito: DR

Aftersun de Ecran

El autor de Cosmetocritico no es partidario de recomendar el uso de aftersun porque puede sustituirse por una crema hidratante, pero sí reconoce atesorar en su baño otros productos clásicos. "Los compro por nostalgia o porque el olor me recuerda a personas que han formado parte de mi vida, pero no porque sean mejor que otros que existen en el mercado. En mi caso son la crema de manos Atrix, el gel Moussel de Le Grain y el Agua Dinamizante de Clarins".

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Crédito: Amazon

Polvos de talco de Ausonia

"En el caso de los polvos de talco de Ausonia, puedo apuntar que son de ayuda para prevenir irritaciones y roces en áreas propensas a la humedad, como axilas y pies", explica Herrerías. Y Héctor Nuñez añade: "Son perfectos para los meses de más calor (yo también los uso) para aplicar en las zonas del cuerpo en las que por sudor y oclusión pueden irritarse, como debajo del escote o el interior de los glúteos o las ingles".

Ausonia : Ausonia Polvos de Talco 200g

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Crédito: DR

Laca Nelly

"La laca Nelly tiene una fórmula clásica y sencilla y si solo buscas fijación cumple su función", cuentan desde Cosméticos al desnudo. Gema Herrerías subraya otra ventaja más: "Tiene un efecto duradero a pesar de no dejar un residuo pegajoso y se elimina fácilmente con el cepillado".

Nelly : Laca Normal

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Nelly : Laca Normal

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Crédito: DR