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"Creo que cuando pensamos en looks de boda lo primero que nos viene a la cabeza es el vestido como pieza central. A mi parecer, los accesorios te pueden dar muchísimo juego a la hora de proyectar tu personalidad". Siguiendo esta máxima, Cristina Pérez de Lope, a la que todos conocen como Cris, creó uno de los looks nupciales más especiales que hemos visto hasta la fecha. Esta madrileña que trabaja como directora de marketing se dio el 'sí, quiero' el 5 de noviembre del año pasado con su ya marido, Alan Flom, un controller financiero de Nueva Jersey al que conoció hace cuatro años a través de Tinder cuando ambos vivían en Barcelona. Esta mezcla cultural se materializó en una ceremonia ecuménica celebrada en el patio del madrileño Hotel Orfila en la que las tradiciones de ambas familias (Cris es católica y Alan, judío) estuvieron muy presentes, tal y como explica la novia a Harper's Bazaar.
Para la ocasión, Cris buscaba un vestido de novia con el que pudiera sentirse ella misma y, sobre todo, estar cómoda. Junto a la diseñadora nupcial Laura Viera creó un look protagonizado por las texturas suaves y ligeras y tejidos orgánicos que "no picaran ni apretasen". La novia, que quería "disfrutar a tope del día y no estar preocupada ni entorpecida por cómo iba vestida", optó por un sencillo diseño recto con cuello alto al que aportó un toque muy personal a través de los accesorios: un velo 'mágico' inspirado en dos de las series con la que Cris creció, Embrujadas y Sabrina cosas de brujas, unos mitones de seda, zapatos de tacón sensato de Forte Forte y un ramo en tonos empolvados a cargo de Francis López Yanes, dueño de The Flower Room.
La mayor inspiración detrás de su look de novia fue, sin embargo, la incombustible Kate Moss vestida el día de su boda por John Galliano. "Siempre me ha parecido lo más de lo más", explica Cris. Sobre esa idea de vestido sencillo, ella y Laura Viera crearon el suyo mezclando seda color champán y organza y añadiendo un velo confeccionado a partir de un tejido de un proveedor internacional bordado y teñido a mano. ¿El toque definitivo? Los mitones, claro. "Son sello de Laura y fue uno de los motivos que me llevaron a contactarla, ya que los tenía fichados de una colección suya de 2021", apunta la novia.
Para completar la elección, Cris apostó por un maquillaje luminoso y muy natural, ya que en su día en su día no suele ir maquillada. "Lo mismo ocurrió con el pelo. Soy de las que casi nunca va 'peinada', así que optamos por unas ondas sencillas años 20", detalla. Oscar Ramirez, peluquero, maquillador y amigo de su madre, fue el encargado de ejecutar los deseos de la novia en forma de un look de belleza en el que prima la sencillez. "Mientras Oscar y Roberto, de su equipo, me maquillaban, mis amigas y mi hermana entraban y salían de la habitación para estar conmigo. Mi madre trajo bellinis para todos y el álbum de Lorde Solar Power sonaba de fondo. Fue uno de los momentazos del día".
Otro de los instantes más especiales de la boda fue el momento en el que ella y Alan se escaparon en plena comida para tomar una caña y el postre en FAYER. "Nos regalamos ese parón para asimilar todo lo que estaba pasando", confiesa. Después de la ceremonia y la posterior celebración –baile a ritmo Baby I’m Yours de The Arctic Monkeys incluido–, los novios y sus invitados hicieron una recena improvisada en Hermanos Vinagre en Chueca. "Antes nos habíamos puesto hasta arriba de ostras, jamón y champagne, que trajeron mis primos, dueños del estrella Michelín El Doncel", recuerda Cris.
Para aquellas que quieran pasar por el altar en una celebración tan natural y personal como la suya, la novia tiene un consejo: "No te vuelvas loca con los preparativos. Desde el momento en el que haces tu primera búsqueda sobre bodas en redes sociales, vas a recibir un bombardeo constante de contenido. Este contenido a veces viene bien como inspiración o para descubrir proveedores, pero también hay mucho ruido y afán por venderte cosas que en el fondo nunca has querido. Nosotros decidimos qué es lo que nos importaba y qué es lo que no y eso nos ayudo mucho a decidir en qué volcar nuestra energía y qué ignorar". Además, Cris recomienda saltarse el protocolo y dejar que las cosas fluyan. "Hay mucho 'tienes que' detrás de las bodas y es normal acabar diciendo que sí a tradiciones que puede que para ti no tengan ningún sentido. También es común que los novios se pongan mucha presión porque todo salga perfecto. Al final es un día que pasa volando y siempre hay imprevistos, pero lo más importante de ese día es crear recuerdos. Todo lo demás acaba desapareciendo".
