10 colecciones icónicas que 'mataríamos' porque se reeditasen

Hablando de Phoebe Philo y de plátanos, he aquí las señas de identidad de una de sus últimas y más recordadas colecciones para Chloé: la de Primavera 2014. Eso fue antes de que le tomara el relevo Hannah McGibbon (cuya primera incursión sobre esa misma pasarela, la de Primavera 2009, es otra joya que habría que rescatar de los archivos) tras el breve paso por la casa del brasileño Paulo Melim Andersson, y justo después de que abandonara el barco Stella McCartney para fundar su propia firma.

Esta es una de esas brillantes colaboraciones que hasta hace unos años venía firmando el gigante de moda británico TopShop con diseñadores emergentes -como el en aquel momento jovencito Christopher Kane-; por no decir: la más maravillosa de todas. Sí, aquella que desfiló sobre la pasarela en la primavera de 2007 y que nos dejó una serie de minivestidos en colores neón que doce años después nos siguen obsesionando.

La de Nicolas Ghesquière para Balenciaga Primavera 2008 es una de las mejores colecciones de la historia de la moda. No hay más. La misma que si pudiéramos guardaríamos enterita a buen recaudo en nuestro armario a pesar de que básicamente consistía en explorar una misma y revolucionaria silueta de exactamente veintinueve maneras distintas (esto es: en veintinueve estampados de flores diferentes).

Si alguna vez te has preguntado por qué la petaron en su momento las hermanas Mulleavy con Rodarte, he aquí la respuesta. Su dramática colección de Otoño 2008. La misma que puso de moda los vestidos y medias de punto así en plan roto y rasgado, y que subió a la pasarela una memorable línea de zapatos en colaboración con Christian Louboutin que en su momento no se quitaba Victoria Beckham.

Christophe Decarnin fue uno de los primeros diseñadores damnificados por la vorágine del nuevo sistema de la moda. Aquejado de una fortísima depresión que le mantuvo hospitalizado durante varios meses, Decarnin abandonó Balmain en su momento de mayor éxito: cuando la gente se volvía loca por sus camisetas rotas y sus pantalones desteñidos, cuando por fin nos convenció de que nos atreviéramos con sus desproporcionadas hombreras.

De la colección de 2009 son algunos de sus diseños más míticos, entre ellos, unas sandalias de pedrería replicadas con tal precisión por Zara que se convirtieron en virales antes de que existieran las redes sociales.

De Isabel Marant lo hemos querido siempre casi todo . Y es que desde que pisó por primera vez la Semana de la Moda de París, fórmulas extaordinariamente sencillas -como los minivestidos, los shorts, el pantalón de chándal de punto y las botas altas y replegadas combinadas con absolutamente todo, justamente las de la colección de Primavera 2009, decoradas con cadenas, siguen siendo de las más buscadas en las plataformas de reventa- se convirtieron inmediatamente en el look más deseado y copiado del momento. Hasta hoy.

De vuelta a una de las diseñadoras de las que más se habla últimamente, Phoebe Philo, daríamos lo que fuera por recuperar alguna de las propuestas de su primera colección para Céline. Más que nada porque aunaba lo mejor de su legado en Chloé con los atisbos de lo que estaba por llegar en la maison que ahora está en manos de Hedi Slimane.

En otoño de 2010, Marc Jacobs decidió rendirle homenaje a la feminidad con un desfile de Louis Vuitton en el que las curvas fueron las protagonistas absolutas de una colección inspirada en iconos del cine como la Bardot de la que recuperaríamos no todos y cada uno de sus bolsos -para eso ya estuvieron otras como la de verano de ese mismo año o la del invierno anterior- sino todos y cada uno de sus magníficos y voluminosos vestidos (especialmente el que lleva Bar Refaeli en la foto).

Pues sí, solamente por poder conseguir esta mítica sudadera de Bambi (y todas las prendas y accesorios que llegaron después) sin tener que recurrir a la segunda mano ya valdría la pena que en Givenchy revisitaran, aunque ya sin Riccardo Tisci, la colección de Otoño 2013 (de la que, por cierto, también rescataríamos el estampado de flores que decoraba el vestido que llevó Kim Kardashian a la gala del MET de ese mismo año).

Seguramente lo único que podamos permitirnos del homenaje de Karl Lagerfeld a María Antonieta en forma de colección de Primavera 2014 sean los falsos tatuajes vistos sobre la pasarela que poco después sacó al mercado Chanel bajo su división de belleza (los llevaban las modelos en las piernas y dibujaban unas cadenas al estilo rosario).

Eso, o sus medias con cintas y ese capricho de zuecos que de vez en cuando deja caer por Instagram Leandra Medine a modo de recordatorio de lo que ha sido una de las más bonitas colecciones de la casa en la última década.