Si te plantas frente al armario y abres la puerta, seguro que te encontrarás con tres cosas: unos pantalones vaqueros (ya sean rectos o no), una camiseta blanca de manga corta y una cazadora de cuero. Y es que estas tres prendas forman una triada de éxito que ha sabido soportar (muy) bien el paso del tiempo. Y más si hablamos de esta última, que en los últimos años ha vuelto con fuerza y reina con mano firme en el street style.
Ni la llegada de otras chaquetas, como la gabardina de cuero (santo y seña de las propuestas para esta temporada de Miu Miu o Hermès) ha logrado apagar la llama de la biker. De hecho, son cada vez más las firmas que apuestan por incorporarla en sus propuestas y añadirle un twist. Versace, por ejemplo, juega a combinarla con cuadros tartán en una especie de ejercicio de patchwork; Alexander McQueen opta por su versión más crop; Saint Laurent, por la clásica, mientras que el Moschino de Jeremy Scott se decanta por una versión muy pop en rosa chicle con la que viste a una Jackie Kennedy millennial. Para gustos, colores todos los modelos.
Son muchos los que hablan de cómo surgió esta prenda, pero casi todos convienen al señalar que su génesis se encuentra en el mundo del motor y en el nombre de Irving Schott. Fue en 1928 cuando comenzó a vender la primera cazadora perfecto, bautizada así en honor a su puro cubano favorito. Para ello contó con la inestimable ayuda de su hermano Jack y juntos crearon Schott NYC, una empresa que “revolucionó el mercado con esta pieza, que ofrecía mucha estabilidad y, al mismo tiempo, protegía del frío al montar en una motocicleta. Era un modelo muy pesado, nada confortable. Su gran innovación fue el cierre, basado en una cremallera lateral inclinada, que permitía regular la temperatura del cuerpo del motorista según su grado de obertura”, explica la Historiadora de moda y Directora Científica del IED Barcelona Pilar Pasamontes. Adquirió, además, mucha popularidad por ser resistente a las grasa de las motos. La influencia de los Schott en la moda ha sido tal que, 90 años después del lanzamiento de esta prenda, se estima que se han vendido millones y han sido muchas las firmas (desde Chanel a Zara) que han lanzado sus propias versiones, contribuyendo a democratizarla.
A partir de ahí la rueda comenzó a girar. El star system hollywodiense jugó un papel importante en el cambio de significado de esta chaqueta. Tras ver a Marlon Brandon en Salvaje, a James Dean en Rebelde sin causa o a Robert Blake en A sangre fría enfundados en una, fueron muchos las que decidieron implementarla en su día a día y pasó de ser la favorita de los 'malotes' a ser una de las más populares en la calle. Así, tan pronto la ha lucido Andy Warhol como cualquiera de los integrantes de los Ramones, pasando por la cantantes Cher y Madonna o la mismísima Meghan Markle, celebridades de estilos cuasi antagónicos pero que han encontrado en esta prenda un nexo estilístico común.
“Ahora mismo, ya la lleva todo el mundo, incluso se lleva en la Alta costura con un vestido de seda debajo”, cuenta la experta la experta. ¿La razón? “Porque es el recurso perfecto. Ideal para estos momentos de entretiempo en los que no hace mucho frío, ni mucho calor. Una chupa de cuero, además, siempre queda bien”, añade. Por eso no hay temporada que en las calles no se llenen de ellas: unas con interior de borreguito, otras con toda una lluvia de tachuelas (y de inspiración rockstar), teñidas en todos los colores del arcoíris... Y tanto en looks de día como de noche. Eso sí, la más versátil sigue siendo la eterna negra a ras de la cintura, un clásico que ha logrado saltar de padres a hijos.
Por ella ha abogado en las últimas semanas, por ejemplo, Taylor Hill. La modelo estadounidense se decantó por un look a medio camino entre rockero y college formado por una falda de cuadros british, una camiseta de grupi cortada y una perfecto de cuerpo. Acierto de manual. Lo mismo que la también modelo Ondria Hardin, aunque ella apostó por una cazadora con Mickey Mouse en la espalda (que para eso estamos aún en la celebración del 90 cumpleaños del ratón más famoso del mundo) y cuajada de tachas. Naíf, sí, pero muy transgresora.
Y es que no hay normas para llevar la perfecto, ya que se puede combinar con absolutamente todo. Sí, repetimos: con todo. Tan pronto la puedes mezclar con vestidos de inspiración lencera como con looks más deportivos (ahora que se destila eso de llevar el chándal 24/7) o conjuntos románticos. En arriesgar, dicen, está la mayor de las glorias.
