Las pasarelas de París vuelven a poner el foco en la provocación y los desnudos que triunfaban en los 90

Decía el dramaturgo Tennessee Williams que todo buen arte es una indiscreción. Quizá por ello, y reafirmando su condición artística, la moda busque en numerosas ocasiones ser indiscreta, pero también reveladora, controvertida y terriblemente provocativa. No hay más que pensar en la moda de los años 90, cuando el profeta de la provocación, Tom Ford, hizo del sexo el mayor emblema de Gucci durante su mandato. La sensualidad también ha formado parte del ADN de firmas como Calvin Klein, cuyas campañas con conocidos rostros en ropa interior han sido, en muchas ocasiones, objeto de polémica.

En los últimos años, la provocación sobre las pasarelas ha llegado en muy diferentes formas, muchas de ellas no tan vinculadas al sexo. No hay más que pensar en el desfile de Schiaparelli con grandes cabezas de animales sintéticas, que emulaban los trofeos de caza, el reciente desfile de Alta Costura de Margiela, en el que John Galliano creó, incluso, pelucas falsas de pubis con pelo natural o cualquier desfile de AVAVAV, firma en la que las modelos se tropezaban falsamente o donde el público les arrojaba basura mezclando desfile y una performance que casi recordaba a trabajos como Rhythm 0 de Marina Abramovic.

Sin embargo, todo en moda es cíclico y según apuntan ya los primeros desfiles de la semana de la moda de París, la provocación está volviendo a la moda de una forma muy similar a la que pro

El desfile de Vaquera que supone un homenaje a los de Jean Paul Gaultier en los años 90

Sujetadores cónicos, prendas con cut outs estratégicos que dejan a la vista el pecho y muchas transparencias han sido los claros protagonistas de este desfile de Vaquera que recuerda, inevitablemente, a los diseños más emblemáticos y al ADN de Gaultier.

Muñecos reborn sobre la pasarela

Si en desfiles como el de Schiaparelli era un muñeco con forma de bebé recubierto de chips y placas, en el de IFM Master of Arts ha sido un muñeco reborn hiperrealista el que ha llamado la atención de los allí presentes.

El desnudo como protagonista

La temporada pasada fueron las transparencias extremas y, de hecho, las braguitas saltaron a la calle como una prenda que no esconder, sino enseñar, en esta nueva ronda de desfiles, las pasarelas de París se vuelven más extremas y hacen del desnudo el elemento protagonista. Así se ha podido ver en Pressiat o Maison J.Simone.