Puntadas de pasión: los diseñadores españoles que llevan Andalucía por bandera

"Desde que aterricé en España, inmediatamente sentí que la tradición aquí sigue muy viva. Me reconocí a mí misma en este país, sintiendo una fortísima conexión con mi propia cultura", escribía Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, a la mañana siguiente al desfile Crucero 2023 de la maison celebrado en Sevilla el año pasado. La casa, que había puesto el ojo en Andalucía en numerosas ocasiones (especialmente en la era de John Galliano, de madre andaluza y obsesionado con el imaginario andalusí) culminaba su idilio con nuestro país con una impresionante puesta en escena y un aún más apasionante compromiso con la artesanía. La tradición y la cultura de la región. Con ese gesto, además, hacían más tangible que nunca la predilección del arte internacional por esta tierra, algo que los diseñadores Leandro Cano, Moisés Nieto, María Rodríguez, Ángela Aguado y Jaime Álvarez supieron desde que tuvieron uso de razón.

Moisés Nieto

Chaqueta y pantalón, ambos de doble crepé, pañuelo de tul con madroños y zapatos de piel en colaboración con Audley shoes, todo de Moisés Nieto. El diseñador lleva su propia ropa.

Abrigo de lana con capa de madroños, de Moisés Nieto.

Mans

Chaqueta de algodón estampada, camisa de seda, pantalón de lino y algodón, y pamela de rafia, todo de Mans. Jaime posa con su propia ropa.

Camisa de satén, pantalón de algodón estampado, sombrero de rafia y sandalias, todo de MANS.

No es raro escuchar a un andaluz que se dedica al textil decir que su pasión la lleva en la sangre desde pequeño. Leandro veía a su abuela y sus amigas bordar en el patio de su casa; Moisés creció entre alfareros en Úbeda, y Jaime, creador de la firma Mans, entabló relación con el tejido a los 5 años. Fascinado por el producto que tenía su abuela en su mercería de La Luisiana (Sevilla), su pueblo. “He tardado en darme cuenta de cómo Andalucía se colaba en mis diseños, porque nunca lo ha hecho de manera obvia. No soy andaluz de clichés, de volantes y lunares, pero con la edad y la experiencia he ido aferrándome cada vez más a mi tierra, metiendo los colores que ella me ha enseñado, así como las formas de trabajar la prenda. Bordados, encaje, azabaches…, apunta Álvarez. Ángela Aguado, cofundadora junto a su hermana de la marca Vanderwilde, sí que ha bebido mucho de ese imaginario: “Sevilla ha marcado al 100 % nuestra identidad. Todas las experiencias que vives allí desde pequeña, todas las tradiciones, te marcan inevitablemente y te educan la mirada de una determinada manera”, confiesa. Moisés, por su parte, admite que siempre lo ha inspirado la Andalucía “más austera, regia, más racial. La silueta, la arquitectura, Lorca... Su lado más oscuro, que asocio mucho con mis primeras colecciones”.

Vanderwilde

Vestido de crepé de seda de Vanderwilde. Ángela, cocreadora y diseñadora de la marca, lleva su propia ropa.

Top y falda, todo de algodón, de Vanderwilde.

Leandro Cano

Vestido de lana con maximangas de Leandro Cano y sandalias de piel de Jimmy Choo. El jienense luce su propia ropa.

Vestido armado de seda, de Leandro Cano.

María, creadora de la marca Reveligion, se siente identificada con esto último. “Uno de los conflictos que tengo en mi carrera como diseñadora es demostrar que Andalucía no es únicamente folclórica. Lo que yo hago es descontextualizar técnicas artesanales ancestrales de aquí y las llevo al tul”. La artesanía, qué duda cabe, es uno de los principales activos de esta tierra. Su capacidad para preservar oficios y tradiciones a pesar del paso de los años y de los cambios en la cultura es única, y eso es algo que Leandro Cano sabe bien. Su lema, 'De Andalucía para el mundo', lo ha llevado a vivir cosas que jamás habría soñado, como participar en un concurso en Berlín con una de sus colecciones y terminar ganando una beca para aprender junto al equipo de diseño de Marc Jacobs en Nueva York. “Se quedó alucinado con las técnicas que habíamos aplicado en la colección, y para mí eran el pan de cada día: mi abuela me enseñó a hacerlas, y ella, a su vez, lo aprendió de su madre. Creo que ese fue mi gran valor para ganar”, concede.

Reveligion

Vestido con maxivolantes de tul de Reveligion. María, la diseñadora, posa con su propia ropa.

Vestido de tul, de Reveligion.

Moisés, ferviente defensor de lo hecho a mano, ha hecho de la artesanía el 50 % no sólo de su obra, sino de su propio ser. “¡Totalmente! –exclama rotundo–. Me veo con el compromiso de hacer todo lo posible para que no se pierda: difundirla, crear conexiones con artesanos, diseñadores, productores. Hasta hace muy poco la artesanía andaluza era un souvenir menospreciado, y ahora tiene un valor increíble, real y al precio que se merece”. Cano lo secunda: “Hace diez años, aposté por la artesanía cuando pocos lo hacían. Me han llegado a decir cosas como: ‘¿Quién te va a comprar eso de croché, que parece un cojín?'. Pero yo seguí fiel a esa apuesta que hoy me ha dado la razón y me ha hecho ser caballo ganador”, cuenta. Un sentimiento que se extiende cada vez más entre la gente joven ya que, hasta ahora, el amor por esta tierra ha sido casi más ferviente desde fuera que desde dentro. “Para un extranjero es un tesoro venir a Andalucía y ver nuestras tradiciones –añade Leandro–. Pero nosotros somos nuestro peor castigo. Quiero pensar que nuestra generación se está quitando ese lastre y se lo está empezando a creer. Somos una maravilla, pero no sabemos vendernos bien”. La historia de siempre. Por suerte, parece que hay esperanza: María, con 30 años y una marca propia afincada en Sevilla, es uno de los ejemplos: “Siempre he visto a mi abuela de Huelva cosiendo, a la tía de mi padre bordando y frunciendo, a la de mi madre trabajar en una sastrería. Lo llevo en la sangre. ¿Cómo no voy a valorarlo? He crecido con un patrimonio incalculable”.

Peluquería y maquillaje: Helena Liébanas (Cool Producciones). Producción: Beatriz Martínez Velasco. Asistente de fotografía: Sara Guillén. Asistente de estilismo: Eduardo Cuevas. Modelo: Mayka Merino (Uno Models). Vídeo: Gilded Lizard.