El mercado de ropa y accesorios de segunda mano sigue imparable. La pandemia ha acelerado una tendencia que viene de lejos, pero que ha tomado fuerza en el último año y medio debido a los cambios en los valores y patrones de consumo. Alargar la vida de los productos está estrechamente relacionado con la sostenibilidad. Conscientes del auge de esta tendencia, algunas firmas de lujo, como Isabel Marant, se están animando a crear sus propias plataformas de compraventa de segunda mano.

Otras, como la estadounidense thredUP (que cotiza en el Nasdaq como TDUP), llevan ya algunos años dedicadas a ello. Esta compañía elabora y publica anualmente un informe con las tendencias que detecta en este mercado, gracias a un acuerdo con GlobalData, especializada en consultoría y datos y con sede en Londres. El resultado es uno de los informes más importantes en Estados Unidos sobre el pulso de la moda de segunda mano.

Los resultados de la novena edición del informe de thredUP, que ha abordado a un total de 3.500 consumidores, acaban de darse a conocer. Una de las conclusiones más relevantes de este año es que se prevé que el mercado de ropa de segunda mano se duplique en los próximos cinco años y que pase de los 36.000 a los 77.000 millones de dólares. El informe dice que para 2025 se espera que el mercado de segunda mano crezca 11 veces más rápido que el generalista. Por primera vez, el informe también incluye una sección sobre la misión de thredUP que de inspirar a una nueva generación de consumidores a pensar primero en la compra de segunda mano.

En 2020, el año en que estalló la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, 52,6 millones de personas vendieron ropa y accesorios de segunda mano, de los cuales 36,2 millones lo hicieron por primera vez. Además, el 76% de las personas que nunca han vendido ningún artículo se muestran dispuestas a probarlo.

El informe también apunta a que los consumidores e incluso los vendedores quieren que el gobierno incentive este tipo de consumo. El 58% de los ejecutivos minoristas dicen que sería más probable que probaran la reventa de ropa si hubiera incentivos financieros para hacerlo. El 44% de los consumidores piensa que el gobierno debería ayudar a promover la moda sostenible. El 47% dice que estaría más inclinado a comprar ropa de segunda mano si no hubiera impuestos sobre las ventas o si recibiera un crédito fiscal.

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Aun así, el informe indica que queda mucho por hacer en lo referido a sostenibilidad. Indica que cada año se tiran 36.000 millones de prendas y zapatos a la basura, de los que el 95% podrían ser reutilizados o reciclados. Unos 9.000 millones de artículos descansan en los armarios de los estadounidenses que se usan poco o nada.

Otro de los datos más impactantes del estudio es el que asegura que se espera que la reventa o venta de ropa de segunda mano sea más dos veces mayor que la moda rápida para el año 2030, y 2 de cada 5 encuestados dicen que están reemplazando las compras de moda fast fashion por ropa de segunda mano.

"Estamos en las primeras etapas de una transformación radical en el comercio minorista”, ha apuntado James Reinhart, cofundador y director ejecutivo de thredUP. “Los consumidores están dando prioridad a la sostenibilidad, los minoristas están comenzando a adoptar la reventa y los legisladores se están sumando a la economía circular. Las industrias contaminantes tienen el poder de transformarse cuando la innovación tecnológica choca con las motivaciones de los consumidores, las empresas y el gobierno. Lo hemos visto con los automóviles eléctricos y la energía solar, y creemos que la moda circular es lo siguiente. Con el Informe de reventa de este año esperamos arrojar luz sobre el poder positivo de la reventa y crear un catalizador para una mayor colaboración y acción en toda la industria ".