La belleza nupcial de Giambattista Valli conquista Barcelona con sus vestidos de novias de cuento

Pese a lo esperado, en Barcelona anoche hacía frío. Sin embargo, eran más las ganas de descubrir qué tenía preparado el diseñador italiano que de pensar en el clima. Más aún cuando la cita era en uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, la Llotja de Mar, cuya majestuosidad data del siglo XII y sus pilares han sido testigo de los vaivenes de de la sociedad catalana siglo tras siglo, para ser reformado por completo y convertirse en un espectacular espacio donde todo resulta aún más sofisticado y majestuoso. En un salón de techos infinitos, artesonado de madera y suelo de damero comenzó el show, un baile de novias etéreas que se deslizaban por esta suerte de tablero de ajedrez gigante de forma casi hipnótica. Tal era el nivel de delicadeza, que incluso la música elegida para esta puesta en escena era capaz de trasladar a los cerca de 450 invitados a un mundo onírico de ninfas, hadas y bailarinas envueltas en los tules, gasas y encajes más exquisitos.

La primera de las salidas ya advertía que las novias de Valli no son como las demás. Zapatos planos de raso, body con el pecho envuelto en rosas blancas y una larga capa transparente ponían el grado de teatralidad alto. Pero claro, en este desfile hablamos de costura y de Alta Costura, de piezas para soñar, para ser especial por lo menos un día en la vida, y eso el modisto italiano se lo ha tomado muy en serio. Porque lejos de centrarse en la novia clásica o romántica, de volúmenes maxi y velos infinitos, Valli se desliza por los estilos más diversos sin alterar sus códigos. Novias atrevidas, clásicas, modernas, innovadoras o recatadas, todas estaban presentes en las 30 salidas de un show que incluía diez vestidos de su tercera colección nupcial, Love Collection, diez diseños icónicos de la primera y segunda y diez creaciones de Alta Costura.

Como complementos, exagerados pendientes de lágrima plateados con perlas maxi que ponían el punto de atrevimiento a los looks más fluidos, lazos de raso en color marfil coronando la cabeza e incluso un bolso metálico con forma de tortuga que ponía el punto disruptivo a la propuesta.

"Elegí Barcelona y la Bridal Fashion Week para el debut de mi Love Collection 3 porque es un evento que atrae a un público diverso de entusiastas de la moda, diseñadores, compradores y medios de comunicación de todo el mundo, y me proporciona la máxima exposición global y oportunidades de éxito. Además, el ambiente romántico y cosmopolita de Barcelona encaja perfectamente con el tema de mi colección, que celebra el amor y el romanticismo”, ha explicado Giambattista Valli.