No hay una semana tranquila para la familia real inglesa. Tras unas Navidades en familia en las que Carlos III va sentando las nuevas tradiciones de su reinado, una nueva biografía sobre el monarca se ha encargado de remover aspectos que pasaron inadvertidos sobre los últimos años de Isabel II y dar a conocer nuevas revelaciones sobre el actual rey. El autor de dicha biografía es Robert Hardman, un conocido periodista especializado en la realeza que escribió el libro Isabel II. Vida de una reina, 1926-2022 y que ahora firma Charles III. The inside story, que sale a la venta el 18 de enero y del que el Daily Mail ya ha adelantado algunos fragmentos.

Entre los muchos datos y anécdotas que recoge este nuevo volumen, el Daily Mail ha puesto el foco en el sobrenombre que su familia y amigos pusieron cariñosamente a Camilla antes de ser reina: Lorraine. Se trata de la versión francesa de Lorena y es un juego de palabras para referirse a 'La Reina', 'La Reine' en francés, y que a ella siempre le pareció divertido. El libro recoge como para muchos de ellos la transición de plebeya a reina no ha sido fácil de asimilar, y les resulta extraño hacerle una reverencia o llamarla Majestad.

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Hardman destaca en el libro cómo Camilla se ha convertido en ese elemento capaz de aportar equilibrio a Carlos III y habla así sobre quienes le rodean: "Ahora, a la gente le preocupa molestar al Rey. Saben que puede enfadarse mucho por cosas menores y todavía tienen que descubrir cómo reaccionará en determinadas situaciones. Al mismo tiempo, saben que la reina Camilla es una fuerte voz de sentido común en ese sentido".

"Tiene un gran brillo y se le manifiesta muy fácilmente", dice de ella la marquesa de Lansdowne, una de sus amigas más antiguas, según publica el Daily Mail. "Hace que la gente se sienta cómoda muy rápidamente... Sabe cuándo guiñarle un ojo a un obispo, y cuándo no, lo cual creo que es una cualidad bastante entrañable".

Otro tema que toca el libro es el enfado de Isabel II por el hecho de que Meghan Markle y el príncipe Harry pusieran de nombre a su hija Lilibet. El libro recoge que la reina estaba más que enfadada porque Harry dijo que ella les había dado su bendición para llamar a su hija con el nombre con el que la llamaban a ella en su infancia.

Meghan y Harry amenazaron con emprender acciones legales para quienes afirmaran lo contrario (como fue el caso de la BBC), e incluso intentaron que el Palacio de Buckingham reforzara sus palabras con un comunicado, algo que nunca consiguieron.

Cómo murió Isabel II

El libro también revela cómo fueron lo últimos minutos de vida de Isabel II gracias a los escritos de su secretario privado, Edward Young. "Con mucha paz, mientras dormía. Se apagó. Por su avanzada edad. No pudo haberse enterado de nada. Sin dolor", cuenta quien fuera una de sus personas más cercanas. La reina era muy consciente de que se encontraba en el final de sus días, y dejó dos cartas, una para su heredero y otra para Edward, cuyo contenido no ha sido desvelado.

El libro también recoge cómo Carlos III estuvo con la reina poco antes de su muerte, y cómo se encargó de avisar a sus hijos por teléfono. Con el príncipe William sí pudo hablar pero no así con el príncipe Harry, que volaba desde California, pues había sido avisado de que a su abuela le quedaba poco tiempo de vida.