Sharon Stone es un diminuto punto brillante en la inmensidad de AlUla, paraíso natural de Arabia Saudí donde ha viajado unos días para acudir al festival de cine, zambullirse en su apasionante comunión de culturas y crear nuestro impactante reportaje de portada, que fusiona pintura y Alta Costura. "Siempre he creído que la moda, al igual que el arte, son herramientas básicas para empoderarnos a todos", comenta. La explosión de colores, formas y volúmenes de este rincón del planeta se reflejan también en los vanguardistas diseños de sus creadores, y también en sus tejidos y patrones, y para Stone son semillas de inspiración en la búsqueda de su propia excelencia artística. Ahora dice que las dunas son como olas. Luego hace una pausa para reflexionar y añade: "Es increíble pensar que este paisaje ya existía bajo el agua hace unos 4.000 años y que, en realidad, estamos caminando sobre el fondo del océano". Su grácil cuerpo está envuelto en una gasa negra de formas orgánicas, como en una película futurista. "Dios mío, estos looks son tan bonitos", exclama. "Paris Libby es el estilista más increíble del planeta. Llevamos 30 años trabajando juntos y su talento es irreal. Además, compartimos la misma energía psíquica".

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Tras su regreso a Los Ángeles, días más tarde, se encierra en su estudio y va trasladando cada sensación, forma y color, a dos cuadros creados para Harper’s Bazaar. Uno de ellos se titula Desert, y es su personalísima visión de ese universo árido: "Me interesaba plasmar su extensión inagotable y abierta", explica. El otro se llama One Arabian Night, y "representa la cena que disfrutamos todos juntos, sentados en alfombras bajo las estrellas". De niña recibió clases de pintura de su tía Vonne, antes de estudiar Arte en la Universidad de Edinboro, en su Pensilvania natal. Pero no fue hasta el confinamiento cuando recuperó su pasión por este gesto creativo gracias a un kit de pintura por números que le envió una amiga. "Sucedió algo inesperado, empecé a encajar piezas usando los pinceles, me obsesioné y decidí que pasaría unas 10.000 horas antes de considerar que tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo", recuerda.

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Sharon Stone
‘DESERT’ 60 X 72”. Acrílico sobre lienzo 2023. El desierto interpretado por los pinceles de la actriz y artista.


Aquella profunda inmersión le tomó algo más de un año en el que aprendió a abrazar la soledad frente al caballete: "Descubrí que pintar me traía paz, consuelo, espiritualidad, integridad, y me transportaba a otros mundos". Hoy confiesa que a diario se encierra en su estudio entre cuatro y 15 horas y que, aunque el acrílico predomina en sus obras, "el arte va mucho más lejos de cualquier técnica: entras allí con una idea y luego la idea te envuelve y te conviertes en la idea moviéndote hacia el lienzo".

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Eric Michael Roy
Sharon posa con top encorsetado con volantes de organza de ASHI STUDIO COUTURE.

Tras casi 40 años de trayectoria en primera línea de fama, Sharon Stone ha demostrado ser la campeona invicta de los contorsionistas creativos: es actriz (ganadora de un Globo en 1996 por Casino), pintora, escritora (su autobiografía, La belleza de vivir dos veces, se vende en 22 países), compositora y una prominente filántropa que en 2013 recibió el Premio Cumbre de la Paz por su incansable labor en la lucha contra el VIH. A sus 65 años es, además, un contundente antídoto contra el edadismo y la invisibilización de la mujer a partir de los 40, encarnando por sí misma un role model tan activo como atractivo. Y eso hace de ella mucho más que una mujer: es la serpiente de algunos de sus cuadros, "creciendo y transformándome sin fin", e incluso aquel murciélago que de pequeña soltó en el recreo del colegio y empezó a golpear las cabezas de los otros estudiantes. "A veces hay que ir en busca de las personas, incomodarlas, hacerles reflexionar para que se despierten y actúen", protesta. "¿Se ha convertido con los años en el famoso picahielos de Instinto básico?", le preguntamos. "Por supuesto —responde—. Siempre que es necesario".

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Eric Michael Roy
Sharon posa con vestido de crepé de seda y capa de lentejuelas y pedrería con flecos de rafia, ambos de NAEEM KHAN ALTA COSTURA.
a woman with a horse
Eric Michael Roy
Sharon posa con vestido de crepé de seda y capa de lentejuelas y pedrería con flecos de rafia, ambos de NAEEM KHAN ALTA COSTURA.

HARPER'S BAZAAR: En 2001 sobrevivió a un derrame cerebral en cuya operación le daban solo un 1 % de posibilidades de sobrevivir. ¿Cómo cambió su vida aquel episodio?

SHARON STONE: Mi derrame me dejó una intensa sensación de paz. Hoy puedo decir que he conocido la muerte muy de cerca. En aquellos momentos sentí que mis amigos fallecidos venían a buscarme, y eso eliminó todo rastro de miedo. Perdí el pánico a intentar cualquier cosa. Cuando experimentas algo así, aprendes que nada en la vida es realmente importante y entiendes que el fracaso es tan sólo el comienzo del éxito.

HB: ¿Qué ve cuando se mira al espejo? ¿Está en paz consigo misma?

SS: Cuando empiezas a hacerte mayor, aceptarte a ti misma requiere un esfuerzo. Pero es necesario hacerlo. Envejecer no siempre es fácil. Imagina ver cómo tu cara se va yendo por el desagüe [ríe].

HB: Muy poca gente sabe que usted llegó al cine gracias a un casting para figurantes de Woody Allen.

SS: Sí. En aquella época buscaba trabajo como modelo y me movía por Nueva York en patines. Un amigo mío me avisó sobre la prueba y cuando llegó mi turno le extendí mi retrato a la encargada del casting, que se lo pasó a otra persona sentada a su espalda en lo que parecía una marquesina de autobús. El hombre le susurró algo y ella dijo: 'A Woody le gustaría que te sentaras'. Lo cierto es que fui seleccionada y, al día siguiente, una actriz no se presentó y me dijeron que Woody Allen quería reunirse conmigo para hablar de ese papel. '¿Cuándo?', pregunté. 'Ahora mismo'.

HB: ¿Se sintió intimidada en aquel momento?

SS: Puede sonar arrogante, pero no. En realidad sentí que aquello iba a suceder porque sencillamente era mi destino.

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Sharon Stone
‘ONE ARABIAN NIGHT’ 18 X 36”. Acrílico sobre lienzo 2023. La obra que la artista ha pintado para Harper’s Bazaar inspirada por los colores y sensaciones de este viaje.
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Eric Michael Roy
Entre las montañas del desierto de AlUla, Sharon baila con vestido de seda plisada tornasolada de TONY WARD COUTURE.

HB: Artista, escritora, filántropa... Hoy que su vida se desarrolla en muchos otros campos, ¿qué valor le otorga a su trabajo como actriz?

SS: El máximo valor. Me importa muchísimo mi carrera en cine y series, y me gustaría trabajar más, pero para ello tendrían que ofrecerme más personajes reales y no estúpidas caricaturas; y eso, lamentablemente, no está a la orden del día.

HB: ¿Cómo se relaciona estos días con Instinto básico, una película que con los años ha llegado a ser considerada pionera en términos de feminismo gracias a su personaje de una mujer bisexual y poderosa?

SS: Al igual que sucedió con la cancelación del #MeToo, ese papel fue tan impactante que la gente reaccionó a través de la ira y la burla. Trataron de empequeñecerme, de convertirme en una broma, de quitarme de en medio. Fue una época dura, en la que tuve que aferrarme durante mucho tiempo a mi lugar en la industria para que entendiesen que, simplemente, no iba a desaparecer. Los personajes que he interpretado en mi carrera son tan fuertes que asustan. Por eso no consigo muchos papeles.

HB: En su biografía, al referirse a su infancia, dice: "Me metía en líos todo el rato por hacer esa cosa nada femenina llamada pensar". ¿Ha seguido notando, a lo largo de su vida, e incluso recientemente, una respuesta incómoda ante su inteligencia?

SS: Sí, pero creo que todos debemos encontrar nuestra 'habitación más grande'. La mía está entre personas con agallas que luchan por lograr cambios reales en el mundo. No hay espacio para los que únicamente se quejan.

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Eric Michael Roy
Sharon posa en una tienda del desierto con top y botas, ambos de punto de seda con cristales, y sobrefalda de punto de seda, todo de YOUSEF AKBAR ALTA COSTURA.
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Eric Michael Roy
Sharon posa en una tienda del desierto con top y botas, ambos de punto de seda con cristales, y sobrefalda de punto de seda, todo de YOUSEF AKBAR ALTA COSTURA.

HB: Ha cumplido 65 años. ¿Tiene ahora una comprensión más clara que cuando comenzó del verdadero propósito de la fama?

SS: Sí, por supuesto. La fama es tan sólo un subproducto del éxito. Al igual que el dinero, puedes desperdiciarlo, invertirlo e incluso ignorarlo. El único valor que tiene es cómo lo usas, y yo decido invertirlo en derechos humanos.

HB: En tiempos tan difíciles como estos, ¿es usted de esos pocos elegidos que piensan que aún hay esperanza?

SS: Sí, absolutamente. Creo que siempre hemos vivido en el filo de la navaja y aunque estamos haciendo del mundo un lugar cada vez más difícil de solucionar, cuando cierro los ojos soy capaz de imaginar un futuro pacífico para la humanidad.

HB: Después de revoluciones o conquistas recientes como el feminismo y tormentas como el #MeToo, ¿son mejores tiempos hoy, al fin, para ser mujer en el mundo occidental?

SS: No. Al menos en Estados Unidos. Creo que los hombres se sintieron tan intimidados por el #MeToo que para castigarnos decidieron cancelar Roe vs. Wade [hace referencia a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de anular una sentencia de 1973 que garantizaba el aborto en el país]. El #MeToo les hizo comportarse como animales rabiosos.

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Eric Michael Roy
Primer plano de la artista en el desierto tras un top de gasa plisada de GAURAV GUPTA COUTURE.

HB: Cuando empezaron a hacerse públicos los casos de abusos en el mundo del cine, usted tomó un camino paralelo: escribió a aquellos que habían tenido un comportamiento inadecuado y les dijo que si aceptaban sentarse a hablar de ello no lo haría público. ¿Alguno dio la cara?

SS: Ninguno.

HB: Incluso un productor la llevó a su despacho y trató de convencerla para que tuviera sexo con su coprotagonista para tener química de verdad en la pantalla. ¿Sigue esto pasando?

SS: Estoy segura de que sí, pero ya no me sucede a mí.

HB: El oscarizado director de efectos especiales Rob Bottin le enseñó la respuesta al estilo Hollywood: "Sonríe, asiente con la cabeza y no digas nada". ¿Cuándo pudo liberarse de ese estilo?

SS: Nunca. Todavía hay veces en las que esta sigue siendo la mejor respuesta, especialmente con gente que sólo se relaciona a través de su ego.

HB: Hoy es madre de tres chicos adolescentes, ¿qué cosas le preocupan para ellos de la sociedad actual?

SS: Sin duda la pornografía en Internet. Si bien detesto la imagen que proyecta de la mujer, me parece aún más grave la manera en la que roba la intimidad y la alegría de esa intimidad.

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Eric Michael Roy
Los porteadores de camellos Sami Al-Balawi, Abdulh Al-Balawi y Asil Al-Mutairi.
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Eric Michael Roy
Los porteadores de camellos Sami Al-Balawi, Abdulh Al-Balawi y Asil Al-Mutairi.

HB: Ha dicho en ocasiones que en su pasado como modelo y actriz tuvo que lidiar a menudo con el síndrome del impostor. ¿Le ha sucedido también en la pintura?

SS: Nunca, porque creo mucho en mí misma como pintora.

HB: ¿De dónde saca la inspiración para sus obras?

SS: De la meditación, de mi vida, de mis deseos, de mis miedos. Me dedico a volcarlos sobre el lienzo.

HB: ¿Se siente usted más libre como artista que cuando era actriz y se debía a los mandatos de un director?

SS: Me siento más libre porque ya he experimentado antes como actriz y escritora, sé lo que significa que te critiquen o no te acepten de inmediato. Ya conozco ese viaje.

HB: ¿Pinta sus obras una a una o es capaz de trabajar en varias direcciones al mismo tiempo?

SS: Por lo general estoy inmersa al mismo tiempo en tres o cuatro cuadros.

HB: Supongo que su arte, como todo lo que ha emprendido en esta vida, no es simplemente algo estético.

SS: Es cierto: también hay filosofía, discusión, exploración, sensualidad, sexualidad, política y experiencias mundiales.

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Eric Michael Roy
Vestido de crepé de seda con escote abierto bordado con pedrería y top estructural de gasa plisada, ambos de GAURAV GUPTA COUTURE.

La carrera como pintora de Sharon Stone ha despegado de tal manera que en marzo de 2023 celebró su primera exposición individual en Los Ángeles y en noviembre tuvo lugar la segunda en Connecticut, pocos días después de vender dos obras por medio millón de dólares en una gala para el Instituto Neurológico Barrow. Hoy prepara un nuevo corpus de obras, Totem, para una exposición que anunciará próximamente. "Estará compuesta por cuadros que son como tótems de mis experiencias de vida. Yo la imagino como sentimientos apilados que se traducen en impactos visuales", concluye. Con Sharon, no esperábamos menos.

Peluquería: Alexandre Protti. Maquillaje: Giulia Caillaud. Producción: Laura Alho. Localización: Desierto Alula, Arabia Saudí. Portadores de camellos: Sami Al-Balawi, Abdullah Al-Balawi y Asil Al-Mutairi. Agradecimientos a Clinton Cowley.