Si existe una persona en el mundo a la que sería inimaginable ver luciendo la tendencia que arrasa este otoño-invierno entre toda clase de celebridades, esa es Kate Middleton. Por razones protocolarias –y obvias–, parece imposible que la duquesa de Cambridge se sume al furor por las faldas y vestidos transparentes que esta temporada han dejado al descubierto las bragas de famosas tan dispares como Charlize Theron, Macarena García o Dua Lipa. Sin embargo, tirando de hemeroteca es posible comprobar que ella ya se atrevió con las transparencias mucho antes.

Corría 2002 y una jovencísima Kate Middleton estrenaba la veintena subiéndose a la pasarla en un desfile solidario organizado en la Universidad de St. Andrews, en la que entonces cursaba el primer año de Historia del Arte. Bajo el título de The Art of Seduction (El arte de la seducción) sobre la pasarela se vieron propuestas tan variopintas como el inesperado diseño que lució Middleton. La joven desfiló con un vestido totalmente transparente que en un principio había sido concebido como falda y bajo el que dejó al descubierto un conjunto negro de ropa interior formado por sujetador bandeau y bragas a juego. Entre el público estaba el mismísimo príncipe William, que también estudiaba por aquel entonces en la misma universidad, y dicen que fue en aquel momento cuando posó por primera vez la mirada sobre la que hoy en día es su mujer y princesa de Gales.

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Justin Downing/Netflix

El vestido y aquel debut de Kate Middleton como modelo han vuelto a estar de actualidad ahora que The Crown, la serie de Netflix sobre Isabel II y la familia real inglesa, ha recreado el episodio –y el vestido– en su sexta temporada. A pesar de que no está claro si William y Kate ya se conocían o no (comenzaron a salir oficialmente un año después del desfile, en 2003), muchos tabloides han situado el famoso show como el punto de partida de su historia de amor. De ahí que Meg Bellamy, actriz que da vida a la princesa de Gales, aparezca en uno de los capítulos luciendo una réplica del diseño transparente a cargo de la diseñadora de vestuario de la serie, Amy Roberts, y contribuyendo así a avivar la leyenda que rodea a la prenda.

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Ian Gavan//Getty Images

El vestido, diseñado por Charlotte Todd y cuyo valor original se estimaba en unos 50 dólares, acabó vendiéndose en una subasta en 2011 por la nada desdeñable cifra de 125.000 dólares. La diseñadora de la prenda ha asegurado que no pensó en ponérsela a Kate y que no sabe cómo la duquesa terminó desfilando prácticamente en ropa interior frente a toda la universidad. "Hay que tener mucha confianza para llevar la versión que llevaba Kate", aseguró la diseñadora en una entrevista concedida justo cuando decidió lanzar al mercado seis versiones – bastante menos transparentes– del vestido lucido por Kate.

A la espera de comprobar cómo queda inmortalizado este momento en la ficción (la segunda parte de la sexta temporada de The Crown verá la luz este jueves 14 de diciembre y se situará a finales de los 90 y principios de los 2000), si algo queda claro es que el detonante de la historia de amor entre los futuros reyes de Inglaterra podría ser un vestido palabra de honor transparente. Lo que la moda ha unido, que no lo separe el hombre.