Hailey Bieber es una de las mujeres mejor vestidas del planeta, en parte por su voluntad para probar cosas nuevas. “Miro atrás y veo algunos de mis looks y literalmente me da vergüenza. ¿En qué estaría pensando? ¡Vaya patinazo!», me cuenta divertida desde Idaho, donde ella y su marido-estrella-del-pop, Justin Bieber, se han ido de minivacaciones. Es una confesión sorprendente para alguien que proyecta tanta confianza en sí misma, ya sea yendo al gimnasio o a las fiestas de los Oscar, y cuyo estilo se analiza obsesivamente. Aunque avergonzarse no es lo mismo que arrepentirse: «Nunca tengo miedo a probar nada. Creo que eso ayuda a mostrar que evoluciono. Que no dejo de crecer.Y así es como quiero ser en todos los ámbitos de mi vida».
Bieber, de 25 años, se describe como «una persona reglamentaria y rutinaria». Creció en el seno de Hollywood, hija del actor Stephen Baldwin y la brasileña Kennya Baldwin, y se formó como bailarina. Y, aun así, una de las cosas que le han hecho ganarse su éxito es su capacidad para lidiar con los cambios. En el último año ha tenido que enfrentarse a un trauma de salud tras experimentar un episodio de pseudoinfarto a causa de un coágulo; después, en junio, Justin fue diagnosticado con el síndrome de Ramsay Hunt y experimentó una parálisis facial. Ese mismo mes, Hailey presentó su propia marca de skincare, Rhode (su segundo nombre), cuyo lanzamiento lleva preparando más de dos años y que ya se ha ganado el aplauso de los fanáticos de la belleza más exigentes.
Su visión del matrimonio es paradójicamente progresista. Mucha gente de su edad lo ve como algo que uno hace en la vida una vez tiene cierta estabilidad, pero Bieber, quien se casó a los 21, lo enfoca como un comienzo. No te organizas la vida y luego te casas, sino al revés. «La vida cambia constantemente –afirma–. Día a día, semana a semana, año a año. Creo que el claro ejemplo de eso es que, en los últimos seis meses, ambos hemos pasado por dos serios problemas de salud. Tienes que aprender a lidiar con la mierda según viene, ¿sabes? Por algo se dice ‘en la salud y en la enfermedad’. Es exactamente así».
Esa visión de ‘lidiar con ello cuando venga’ parece aplicarlo también a su forma de vestir. Dice que su estilo «evoluciona cada ciertos meses», pero lo que le hace destacar es su meticulosidad y su disposición para aprovechar oportunidades Su pelo, sus uñas y su piel siempre están a punto, lo que da una cierta elegancia contenida hasta al look más informal. Además, siempre está a la caza de nuevos diseñadores, y a menudo los viste mucho antes de que lleguen al radar de la industria. Es musa de ERL, la marca fundada por Eli Russell Linnetz, y fue una de las primeras seguidoras de Martine Rose, cuyo nombre suena como posible sucesor de Virgil Abloh en LouisVuitton (Abloh, por cierto, diseñó su vestido de novia).
«Es una de las mujeres más estilosas que conozco», dice la estilista Karla Welch, quien ha trabajado junto a Justin durante años y ha vestido a Hailey en alfombras rojas. “En un evento al que fuimos recientemente, todo el mundo la miraba. Así de poderosa e influyente es”.
Bieber destaca especialmente en sus estilismos de día a día, por la calle. Está fabulosa con los ‘uniformes influencer’, como los chándales coordinados o el look de inspiración Lady Di después del gym, de camiseta oversize, mallas de ciclista y deportivas. Pero también luce cosas que destilan estilo propio: un vestido de encaje de Coperni, vaqueros de Eytys o un look de los 90 de archivo de Jean Paul Gaultier. Su estilo no es el resultado del esfuerzo de un equipo bien armado, sino la divertida expresión de una verdadera amante de la moda que escudriña las secciones de hombre (así descubrió a Rose) y páginas web como Ssense.
Así son los nuevos iconos de Harper's Bazaar
Aunque los looks de Bieber sean hipercontemporáneos, su acercamiento es old school. Sueña con diferentes ‘vibes’ (su palabra favorita) para viajes y eventos, ya sea en una escapada o a la boda de una amiga. Su comportamiento es el de toda una icono de moda. De hecho, en ese sentido recuerda a Diana, quien también tomó decisiones de moda con inteligencia y sencillez. «Me inspira mucho el hecho de que fuera la mujer más observada de su tiempo; hacía lo que quería con su estilo –dice sobre la princesa–. Supo expresarse a través de las prendas a pesar de estar en la posición en la que estaba».
Ese estatus frente a los paparazis también resuena con Bieber, quien admite que vestirse a veces le genera ansiedad, a pesar de lo mucho que le gusta. «Me fotografían tanto que termino poniendo la presión en mí misma», confiesa. Es cosa de su autoperfeccionismo. «Incluso cuando apuesto solo por jeans y camiseta, quiero que sean los vaqueros y la camiseta más brutales».
Bieber se esfuerza mucho, tanto en la moda como en su vida amorosa. El día que hablamos celebra cuatro años desde su compromiso con Justin. «Sigue siendo la persona a la que quiero volver corriendo cada día. Cada vez que tengo que viajar por trabajo, no puedo esperar a regresar y hacer planes con él. Y siento que eso es gracias al esfuerzo que hemos puesto ambos en esto. Al final del día, sí, es mi mejor amigo, pero también eso requiere de mucho trabajo para que funcione. Y sé que, cuando entren niños en nuestra ecuación, va a ser un nuevo nivel de luchar para que funcione».
Pase lo que pase, siempre tendrá la actitud -¡y el look!- adecuados para hacerle frente.
*Entrevista del número de septiembre de Harper's Bazaar, #ICONSISSUE, a partir del 19 de agosto en tu quiosco.
