Dentro de las muchas reivindicaciones del colectivo LGTBIQ+, las voces de las personas trans, y sobre todo de las mujeres trans, han ganado fuerza durante los últimos años. Lo han hecho después de muchos años de discriminación y humillación en todos lo ámbitos, desde su representación en los medios de comunicación (tradicionalmente residual y asociada a la prostitución) hasta el laboral (hoy, los índices de paro de las mujeres trans rozan el 85% de media en España). De hecho, la manifestación estatal con motivo del Orgullo LGTBIQ+ que tendrá lugar en Madrid el próximo 3 de julio llevará como lema 'Los derechos humanos no se negocian, se legislan: Ley Integral Trans Ya'.

La revolución trans es ya un hecho. Y está teniendo lugar gracias a una multitud de personas que contribuyen a esa lucha desde diferentes áreas y con distintos puntos de vista. He aquí tres mujeres trans de diferentes generaciones que lo viven de maneras dispares, aunque con puntos en común. Topacio Fresh (Rosario, Argentina, 1973), galerista; Daniela Santiago (Málaga, 1982), actriz, y Eva Vildosola (Pamplona, 2002), modelo e influencer, nos cuentan cómo viven ellas uno de los movimientos sociales más relevantes de nuestro tiempo.

local caption  con amigos topacio fresh con capa de pedro del hierro, vestido de wolford, zapatos de gianvito rossi y joyas de bvlgari  bulgari  fernando iglesias con traje de briono, camiseta de lanvin y zapatillas de nikeharper's bazaar 126 01032021 p174
Santiago Belizon
Topacio Fresh y Fernando Iglesias posando para un reportaje del número de marzo de Harper’s Bazaar.

En España estamos en plena efervescencia de la lucha trans. El Orgullo Estatal LGTBI 2021 llevará por lema 'Los derechos humanos no se negocian, se legislan: Ley Integral Trans Ya'. ¿Cómo estás viviendo tú este asunto?

Topacio Fresh: Es algo que, más que una petición, es una exigencia. Yo estoy un poco harta de que nos utilicen en determinados momentos, y lo que quiero es exigir una ley necesaria que lo que implica son los Derechos Humanos, reparación histórica, despatologización, una Sanidad pública acorde a nuestras condiciones… Quiero que dejen de manipularlo todo y que nos dejen de utilizar como si fuésemos bombas atómicas. Parece que el tema da mucho de sí y es muy jugoso, pero no olvidemos que a la hora de la verdad estamos hablando de vidas de personas, de gente que necesita igualdad de derechos. Me encuentro con esta ley a punto del enojo. Yo ya no pido, sino que exijo que nos traten igual a todo el mundo. Yo ya tengo una edad, no puedo esperar, y necesito saber que por ejemplo voy a ir a la Seguridad Social y me van a tratar como corresponde, voy a ir al Registro Civil y me van a anotar como corresponde, y que no voy a tener que pelear por la autopercepción de mi género. Llega un momento en que ya estás cansada de ir por las buenas. Yo vengo de un país (Argentina) que ya está un paso por delante, porque está trabajando en una ley de inserción laboral. Han superado legalmente lo de la autopercepción.

Daniela Santiago: Yo soy activista, pero empiezo a estar cansada de la palabra trans. Yo empecé un proceso para ser mujer. La palabra 'trans' parece que es la etiqueta que nos tienen que poner para definirnos. Respecto a la ley, estoy muy de acuerdo con ella, porque va a ayudar a muchísimas personas que necesitan cambiar su documentación sin tener que operarse. Yo cuando me operé tenía 22 años, y vino un forense. Tuve que bajarme las bragas para que verificase que yo tenía una vagina. Eso me pareció bochornoso. Sé que eso ahora no pasa, pero lo que tuvimos que pasar las anteriores era horrible.

Eva Vildosola: Creo que la gente no acaba de entender por qué es necesaria esta ley, o es que no quiere entenderlo. Dar derechos a un colectivo de personas no va a hacer desaparecer los que ya existen, ni los tuyos, ni los de nadie. Sólo va a ayudar a romper con los moldes de género que nos oprimen a todos y todas. Los derechos trans son también Derechos Humanos. Suman, no restan.

Se ha abierto una brecha dentro del feminismo con respecto a las mujeres trans. ¿Por qué crees que está ocurriendo este cisma?

EV: No creo que haya ningún cisma. Simplemente hay mujeres feministas (la mayoría), y luego por ejemplo están las TERF que tienen de feministas lo que una mujer trans de hombre: nada. Si no incluye a todo tipo de mujeres, no es feminismo, es vergüenza.

TF: Yo un feminismo transexcluyente no lo considero feminismo. Lo considero un radicalismo, y a mí todos los extremos me parecen malos. Sobre todo porque mantiene unas elucubraciones y unas teorías que rozan lo delictivo: lo de que vas a entrar en un baño de mujeres para violarlas, o vas a ir a la cárcel y vas a pedir que te reduzcan la condena… entrando en un terreno de ciencia-ficción. Hablar de la biología como si fuésemos un escarabajo o de delitos de agresión sexual… Las transodiantes no se pueden considerar feministas. Si en una sociedad machista una mujer ya está un escalón por debajo, imagínate una mujer trans… está como cinco escalones por debajo. Y yo soy una privilegiada, pero no hay que hablar de entidades individuales sino de un colectivo que está dañado.

DS: Yo me considero feminista. Quien no me considere una mujer y crea que no estamos juntas en esto, el problema es suyo. Yo voy a seguir viviendo como he vivido hasta ahora. Bastante tengo yo con luchar por mi vida y por ser feliz como para preocuparme lo que puedan decir.

¿Cuándo ha sido el momento en que más discriminada te has sentido en España?

TF: Salvo alguna situación que he vivido con el Registro Civil porque Topacio era un nombre poco común… no me he sentido discriminada. No fue algo social, sino temas que tenían que ver con algún trámite. Pero yo soy una privilegiada, un caso entre un millón. Siempre he estado cobijada, con amigos que ya estaban en una situación social, tuve a mi marido y a su familia, mi galería era mi propio trabajo y no tuve que exponerme a la mirada de un jefe o de compañeros de trabajo… soy privilegiadísima. Cuando me fui de Argentina, si me dicen que iba a tener lo que he tenido, no me lo hubiese creído. No tiene que ver con cosas materiales, sino con un apoyo.

DS: Al principio, cuando estaba empezando. He tenido la suerte de que encajaba en el ideal de mujer guapa; de hecho, eso me abrió las puertas para trabajar en moda o en restaurantes y salas de renombre en Madrid. Pero sí es verdad que no siempre fue así. Cuando empecé con el cambio, a los 16 años, pasé la fase de patito feo. Me insultaban, me pegaban, tenía que irme por calles donde no iban los niños de mi escuela porque siempre eran peleas, nadie ayudaba, malmiraban… era otra época. La gente sabía que estábamos ahí, pero si no nos pronunciábamos no molestábamos. A la que queríamos reivindicar nuestros derechos, es como si no nos los mereciésemos. De los 17 a los 20 años fue mi época más dura. Pero siempre he tenido el apoyo de mi familia.

¿Crees que las mujeres trans estáis ganando al fin el espacio que os corresponde?

TF: Ganar es una palabra muy grande. Yo lo he vivido de manera personal, pero no lo vivo de manera colectiva. Cuando me reúno con compañeras, cuando voy a Transexualia, a COGAM, cuando encuentro a amigas… no siento que hayamos ganado ninguna batalla. Siento que nos está dando voz y visibilidad, y que tenemos mejor tratamiento mediático… pero estamos muy lejos de sentirnos ganadoras.

EV: Creo que aún queda muchísimo por recorrer, pero poco a poco se van viendo cambios y la gente cada vez está más informada. Creo que cada vez somos más y más fuertes y que nada nos para ni nos va a hacer callar. Cada día tenemos más voz.

DS: Más que se esté ganando, es que lo llevamos peleando muchos años. Empezaron las veteranas, las que hoy ya no están, lo continuaron las que hoy son mayores, y luego las que somos las generaciones medias y las nuevas. Es una lucha que viene de hace muchos años, y queda mucho camino por recorrer. Pero estamos ganando terreno. Las que estamos en el punto de mira, como son mis hermanas Lola [Rodríguez], Jedet, Alex Saint… que somos conocidas y nos tienen como referentes, no nos callamos y peleamos por nuestros derechos. Y gracias a esa ayuda estamos consiguiendo más cosas. Cuando yo me reuní con el presidente y con Irene Montero el 8M, hablé con ellos y se lo dije, les pedí la ley trans estatal. No ya por mí, que soy una mujer aceptada en la sociedad, pero sí que hay mucho que mejorar respecto a las nuevas generaciones.

processed with vsco with kc25 preset
The 32nd Annual GLAAD Media Awards / Getty Images
Daniela Santiago

¿Cómo ves la representación de las trans en los medios de comunicación en la actualidad?

DS: Creo que se ha avanzado mucho en eso. Las mujeres trans que estamos ahora en el foco somos mujeres con unos perfiles muy cuidados, muy bonitos, y ahora estamos reivindicando de una manera muy educada y pacífica lo que realmente nos corresponde por ley. Ahora la gente empieza a despertar y a posicionarse de nuestra parte, y encontramos más apoyos, eso sí que lo noto.

TF: Ahora no tiene nada que ver a cómo se nos miraba y revisionaba 20 ó 30 años atrás. Ha cambiado mucho la forma de representarnos. Antes aparecíamos desalmadas, en una calle, prostituídas, drogadas, haciendo trapicheos, en el mundo de la noche… aquello no tenía alma. Ahora hay personas detrás de esos personajes. Hay situaciones, hay familias… esa humanización permite que la sociedad comprenda las cosas de otra manera. Es didáctico y desestigmatizante. Creo que es muy positivo. Que una señora en un pueblo pueda ver una serie y se pueda solidarizar y sentir el dolor y las situaciones por las que pasamos, eso antes no ocurría. Necesitamos más historias así, que tengan que ver con lo cotidiano y con la visibilidad real. Yo quiero ver personas trans médicas, ocupando cargos públicos…

EV: Creo que ha cambiado enormemente, creo que se nos empieza a dar nuestro lugar y que cada vez vemos a más personas trans en las pantallas o las revistas de moda. No hay más que ver la serie Veneno y a sus maravillosas actrices y todo lo que están logrando.

eva vildosola
D.R.
Eva Vildosola.

Los índices de paro entre las mujeres trans rozan el 85% en nuestro país. ¿Cómo crees que puede empezar a solucionarse eso?

EV: Sin ir más lejos, la ley trans estatal sería de gran ayuda. El hecho de no tener cambiados los datos del DNI es una de las mayores dificultades para encontrar trabajo, situación que se agrava si eres mujer trans y migrante.

DS: Me da mucha pena que haya tantas hermanas que se vean obligadas a entregar sus cuerpos, a trabajar en la prostitución, en la noche… porque la gente no le quiera dar una oportunidad. La discriminación laboral, que todavía es peor si te pilla en el proceso de patito feo, que te toman como una burla. Creen que no eres seria o no eres formal por estar haciendo una transición. La sociedad va avanzando en ese sentido, pero todavía se siguen encontrando con muchas puertas cerradas.

Los datos dicen que en España está habiendo un repunte de las agresiones LGTBIfóbicas. Además, Eva, tú sufriste una terrible agresión el pasado noviembre. ¿A qué crees que se debe todo esto?

EV: Fue difícil, la verdad. Como siempre he dicho, no era la primera vez que me pegaban y sé que no será la última, y no fue ni mucho menos la vez que más fuerte me habían pegado. Siempre me he levantado y he seguido con mi vida, solo que esta vez todo el mundo hablaba de ello y no pude levantarme tan fácilmente. Es difícil pasar página cuando todo el mundo te pega las siguientes con pegamento. Pero bueno, con el tiempo me dije a mí misma: “si no puedes pasar página, cambia de libro”. Ahora mi vida es totalmente distinta y aunque fue la vez que más suave me pegaron, fue la vez que más marca se me quedó y de la que más aprendí. ¿Por qué ocurren? Es la gran incógnita. Pero supongo que cada vez más personas se atreven a señalar a quien atenta contra sus derechos y libertades. Significa en parte que nos sentimos más fuertes, valientes y más seguros para denunciar y decir lo que sucede. Es un reflejo del empoderamiento del colectivo.

TF: Hay una fuerza tan grande de un lado, que llevamos 30 años conquistando derechos como el matrimonio igualitario o la ley trans, o avanzando en visibilidad en los medios de comunicación, que del otro lado también existe un hilo que tira. Es como una respuesta: frente al amor, el odio. Son herramientas destructivas; es una parte de la sociedad que siente que pierde ese machismo, y que quiere recuperarlo con violencia o con robo, como es el caso de la ley trans. Porque tratar de evitar una ley es robar un derecho.

DS: Porque sigue habiendo mucha gente tránsfoba y homófoba. En España hay muchas agresiones al colectivo, y eso es porque todavía la gente necesita más información. Nosotras que tenemos voz para darla no nos podemos callar, tenemos que seguir peleando por las que no pueden hacerlo. No hay nada más bonito que la diversidad, que el ver que el otro es distinto a ti, y respetarnos todos. Luego viene una pandemia y nos barre a todo el mundo, ¿y qué nos llevamos de esto? Yo espero que llegue el día en que podamos vivir felices sin tener que pelear por los derechos LGTBIQ+.

Siempre se dice que la educación es un aspecto clave. ¿Cómo crees que podemos ejercerla cada uno de nosotros con nuestro entorno?

DS: Tenemos que hacerlo. Nos toca a todos. Si queremos que un día dejen de existir las etiquetas y dejen de señalarnos con el dedo, ya seas homosexual, trans, una persona de color… si queremos llegar a una convivencia donde prime el respeto, tenemos que empezar desde casa. Desde hablar los unos con otros, para que seamos más abiertos de mente y empatizar con el prójimo. Es un trabajo de todo.

EV: Los niños aprenden de lo que oyen y lo que ven, yo de pequeña en la calle sólo escuchaba palabras malas para el colectivo y nunca vi nada sobre el colectivo en ninguno de mis libros de clase, y eso que tengo 19 años, salí hace nada del instituto…. Ya que en clase no se enseña nada del tema, al menos en casa hablas de ello de forma natural, dejad que vuestros hijos experimenten sin juzgarlos.

TF: Sobre todo, tratando de que las cosas sean más fáciles para todos. No haciendo esas preguntas incómodas que son como de manual, como esa tía que te viene preguntando por tu novia sabiendo que eres gay… ya está, ya estamos en el año 2021; pasemos página, tratemos de no tocar temas que nos conviertan en una carnada para que esa situación familiar se transforme en un caos. Y, sobre todo, red de contención: una persona en tu familia que seguro que te va a entender.

¿Cómo ves el futuro en el terreno de los derechos LGTBIQ+ e España?

TF: Estamos en una situación en la que va a ser muy difícil que toquen nuestros derechos adquiridos. Estamos bastante bien a nivel general, pero hay detalles que no podemos dejar fuera. Hay que cerrar el tema de la ley trans, hay que cerrar el tema de la Sanidad con la Seguridad Social… La situación mundial es catastrófica por la pandemia, pero creo que España es un país de referencia en materia LGTBI. Tenemos que seguir siendo pioneros en calidad y en derechos sociales. Yo desde que estoy en España no he tenido miedo, y no voy a tenerlo ahora. Por eso se van a encontrar con alguien guerrera.

EV: Debemos seguir luchando, no podemos dejar que los conservadores frenen o reviertan las políticas de igualdad, no podemos retroceder y tampoco estancarnos, hay que seguir adelante como hasta ahora. Ya vemos que se puede, solo hay que continuar lo que ya se ha empezado. Con ayuda de todos.

DS: Siempre he sido optimista respecto al futuro, y ahora más que nunca, porque es cuando estamos rompiendo barreras y haciéndonos notar. La ley trans ya existe en Canarias, y si existe allí puede existir en el resto de España. Y con eso me quedo.

¿Qué le dirías a una persona joven trans que viva en un sitio muy pequeño o en un entorno que no le permita ser quien realmente es?

TF: Hoy por suerte hay aliados, que antes no teníamos. Antes, los aliados eran la cárcel y la prostitución. Ahora, los aliados son las redes sociales, los libros, las instituciones… es la red que ahora tiene que antes nosotras no teníamos. Son herramientas. Y hay comités escolares para que no haya bullying, por ejemplo.

DS: Le diría que sea real, transparente, fiel a sí mismo, que sólo él o ella va a vivir su vida. La gente no va a venir a pagarte el alquiler ni a ponerte un plato de comida sobre la mesa, y la persona a la que tienes que hacer feliz cada día es a ti misma. O sea, que sea fiel a él o ella.

EV: Vivir en un sitio pequeño no puede hacerte pequeño también, hazte grande, piensa que gente mala hay en todas partes, pero que gente buena también. Puedes ser quien quieras ser y puedes amar a quien quieras amar en cualquier parte, nadie puede arrebatarte el hecho de ser tu mismo. No te frenes, no te rindas. Aunque parezca difícil, la calma siempre llega y no todo va a ser malo siempre. Sólo piensa que lo que siembras, recoges. Tu céntrate en ti y en ser una buena persona, que es lo único importante, y todo lo que des, la vida te lo devolverá.