El crochet es una de las tendencias que más estamos viendo este verano. Firmas como Missoni, Jonathan Simkhai y Altuzarra subieron a la pasarela diseños tejidos con lana o hilo, propuestas con un claro aire vintage que han conquistado a las expertas en moda y se han dejado ver en las principales capitales de la moda.

Así, el crochet ha saltado a la primera línea de la moda, y la última cara conocida que se ha rendido ante él ha sido Amelia Windsor. La royal ha compartido en su cuenta de Instagram una imagen luciendo un vestido mini de crochet con tirantes y detalle de calados en la cintura de la firma Cro-chet, una firma fundada en Londres que tiene una historia muy especial detrás.

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El proyecto nació de la mano de Tacita Brown, que creía que una marca de moda tenía que considerar antes que cualquier otra cosa la forma en que se hace la ropa, y las personas que la hacen. Otra de sus grandes preocupaciones era la cantidad de desperdicio que produce la industria de la moda, así que decidió investigar de qué manera se podían crear prendas de la manera más sostenible.

Y se convenció de que el crochet es una de las técnicas más sostenibles de producir, porque se usan solo los materiales exactos y necesarios para cada prenda, sin necesidad de desechar nada. Para hacer sus diseños, Tacita recurrió a un grupo de artesanas repartidas por todo el mundo que tienen en común su talento para hacer ropa de manera completamente manual. A diferencia de otras trabajadoras de la industria textil, ellas no tienen que abandonar sus casas y familias para llegar a las fábricas.

La manera que ha tenido Brown de empoderar a estas mujeres ha sido permitiéndolas trabajar desde casa para facilitar su situación personal. Moda consciente y moda lenta, dos de las premisas que esta firma ha tenido en mente desde su nacimiento.

Su última colección lleva por título Sally Go Round the Roses, un tema del grupo musical femenino The Jaynettes que se convirtió en la canción favorita de Andy Warhol. La misma canción que inspiró a Warhol ha servido de inspiración para Brown, una letra que invita a descubrir el poder de la naturaleza y su capacidad sanadora. Prendas positivas y optimistas que se inspiran en las décadas de los 60 y 70.

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Cro-Che

Una idea que se ha plasmado en una colección compuesta por un conjunto de vestidos en tonos vivos con siluetas evasé, de tirantes, manga sisa o manga larga, que juegan con los colores lisos, con flores o lineas en zigzag. Además, la firma cuenta con accesorios como gorros estilo bucket tejidos y una línea protagonizada por uno de los estampados de la temporada, el tie-dye.

Los precios van desde los 38 euros de los gorros hasta los 200 o 250 euros que cuestan los vestidos y cada uno de estos diseños defiende la moda ética y sostenible y el zero-waste. Vestidos para llevar casi en cualquier momento del día y que encierran el esfuerzo de las manos que los han tejido, todo ellos con una historia detrás.