Más allá del Algarve y Canarias: los mejores viajes para adelantarse al verano fuera de temporada

Con los naranjos en flor y el sol asomándose, sin llegar aún a elevar demasiado su temperatura, Sevilla se impone como un enclave ideal para disfrutar de unos días de buena comida, tablaos y paseos alrededor de su catedral, el barrio de Santa Cruz o la Plaza de España.

Si preguntas a los lugareños te dirán que el mejor vino de Portugal se encuentra en Oporto. Esta ciudad, como parte del país vecino, todavía conserva la magia de su tradición en sus rincones, pero la combina con una exquisita oferta en la que ningún atractivo falta: restaurantes a pie de río, un patrimonio histórico interesante, tiendas y cafeterías para todos los gustos y, también, una de las vistas más magníficas del país desde su Torre de los Clérigos.

Ciudad estudiantil de Andalucía por excelencia, famosa por su Alhambra y jardines de Generalife, rica en tapas, con gran oferta de ocio y con Sierra Nevada enmarcando el horizonte. Así es Granada, una de las ciudades más atractivas para escaparse en primavera y recorrer, no solo su núcleo neurálgico, sino también los pueblos costeros de su alrededor, como Motril, Salobreña o Almuñécar.

Con un clima que no suele rozar las máximas y resulta ideal para pasear, una de las playas más bonitas del norte de la península y la naturaleza rodeándole, no es de extrañar que San Sebastián se haya convertido ya en un reclamo para los turistas. Además, en primavera allí se celebran sus fiestas : la fiesta de San Prudencio y la San isidro son dos oportunidades perfectas para conocer bien su esencia.

Es uno de los enclaves cada vez menos escondidos de Almería. Si te gusta la naturaleza y la costa, pero la tranquilidad, el Cabo de Gata se erige como tu escapada idónea. Déjate llevar por la belleza de la playa de Los Genoveses, maravíllate con los acantilados, camina hasta su faro o visita el desierto de las Tabernas y el cautivador pueblo de San José. Te encantará.

En pleno Cantábrico se encuentran las islas Ons. Puede que hayas oído hablar de sus vecinas, las Cíes, pero las Ons son otros de los paraísos del que cualquier gallego de las Rías Baixas te hablará. Mantienen su esencia (ya que son más visitadas por locales), resultan un destino ideal para los amantes del senderismo, cuentan con varias playas de aguas cristalinas, actividades de kayak o paddle surf y, sí, también tienen algunos bares en los que alargar la noche hasta altas horas de la madrugada.

De Cadaqués a Palamós y a Begur. La costa más famosa de Cataluña, que fue en su día la preferida de grandes nombres de la cultura como Picasso o Dalí, es hoy en día también uno de los lugares más reclamados en las agencias de viajes. Y es que lo tiene todo: calas impresionantes con horizontes en los que parar el tiempo, pueblos medievales (como Pals) en los que conocer su historia en una inmersión plena, parques naturales con horizontes verdes que impactan y una gastronomía capaz de enamorar a cualquier paladar.

Es una de las ciudades que más está creciendo y una de las preferidas para vivir de nuestro país, pero también para viajar. En primavera puedes visitar la ciudad y dejarte maravillar en un road trip por la costa valenciana parando por sus impresionantes playas y pueblecitos. Si te gusta la naturaleza también te cautivará este destino. Apunta entre tus visitas los siguientes parques naturales: aa Albufera, el Montgó, y el Parque Natural de la Sierra de Espadán.

Con una amplia oferta de deportes acuáticos, paisajes naturales que dejan con la boca abierta y estampas de ensueño, Madeira es la opción ideal para visitar en esta temporada antes de que el turismo vuelva a apoderarse de la isla portuguesa. Un oasis atlántico para todo amante de la aventura y de la playa.

Los colores de la sierra de Grazalema son verdaderas obras de arte. En sus montañas se funden los tonos tierra y los verdes en una sintonía magnífica. Un envoltorio perfecto que acoge ríos, cascadas, rutas de senderismo y pueblecitos llenos de encanto a pocos kilómetros de su costa.