Diseñadora, química o farmacéutica. Las profesiones con las que Inés Bermejo soñaba cuando era pequeña distan mucho de la que ejerce hoy en día, pero comparten los mismos valores: creatividad, constancia y talento. "Mis padres siempre me decían que cada día tenía una idea nueva. Era una persona muy curiosa y quería tener un trabajo importante", cuenta a Harper's Bazaar en lo que parece una premonición. Tras más de 25 años trabajando en HP, ocupa hoy el puesto de directora general de España y Portugal. "No ha sido una carrera predeterminada, pero en un momento dado me planteé que quería llegar a gestionar el negocio dentro de un país y en la medida en la que me lo propuse, empecé a prepararme para luchar y poder conseguir lo que quería".
Ataviada con un vestido blanco de cuello Perkins y unas sandalias de tacón teñidas de rojo brillante –"el sonido de mis tacones es mi seña de identidad en la empresa", confiesa riendo–, Bermejo pisa con fuerza la moqueta gris y azul de la sede de HP en Las Rozas. La empresa apuesta por una política de puertas abiertas en la que no existen los despachos y en la que todos los trabajadores interactúan y cambian su puesto de trabajo según sus necesidades. Durante el encuentro, algunos aprovechan la terraza o la cafetería para hacer una videollamada, mientras que gran parte de la plantilla disfruta de una jornada de teletrabajo.
Tras un camino que Bermejo reconoce como "intenso e increíble", la directiva fue nombrada el año pasado como directora general en nuestro mercado de la empresa estadounidense convirtiéndose en ejemplo a seguir en una industria dominada tradicionalmente por hombres (según un estudio de McKinsey la presencia femenina en las empresas tecnológicas europeas se reduce a un 22%). "En los últimos años hemos andado un buen camino, pero queda todavía mucho por hacer. Creo que tenemos que impulsar que las niñas se atrevan a cursar carreras tecnológicas que les ayuden a entender que pueden causar un impacto", opina.
Para alentarlas, Bermejo pone el foco en cómo la tecnología se ha convertido en un medio indispensable para conseguir cualquier propósito en cualquier empresa, sector o proyecto. "Les diría que fueran curiosas, que soñaran en grande, que pensaran que pueden hacer aquello que quieran, que no se autolimiten", asegura. Y continúa: "También les diría que fueran ellas mismas, que no intenten ser nadie más, que luchen por defender sus ideas y que encuentren su sitio porque eso les hará sacar todo el potencial". Esos fueron, precisamente, los consejos que ella misma recibió cuando comenzó su carrera: la autenticidad y el tempo. "No hay que tener prisa. No se trata de ir rápido, se trata de llegar lejos", apunta.
Uno de los mayores retos que supone su puesto es, como para todas aquellas mujeres que son madres y también trabajan fuera de casa, la conciliación. "En mi caso concreto, el equilibrio entre lo personal y lo profesional ha sido uno de mis secretos del éxito. Pero he tenido que conciliar con una receta que a mí me funcionara. Yo defino cuándo es el tiempo de calidad para mi familia y cómo puedo integrarlo en mi vida profesional", confiesa señalanado la flexibilidad que HP permite a sus trabajadores como una de las ventajas que la ayudan en la tarea. "Es importante que sea un ejercicio muy personal. No habrá dos personas, dos directivos o dos mujeres que concilien de la misma forma, y todas están bien".
Orgullosa y agradecida de haber tenido la oportunidad de crecer dentro de la empresa en la que comenzó como becaria hace más de dos décadas, la directiva destaca el gran aprendizaje que ha hecho en este tiempo: "Aquí he descubierto que una de mis grandes pasiones es el desarrollo de talento y ser capaz de sacar el mejor potencial de las personas". Ahora que ocupa un puesto de liderazgo en el que "no hay dos días iguales", Bermejo mira el camino recorrido y se muestra orgullosa. "HP es una compañía que me ha permitido reinventarme. Siempre te ayuda a sacar lo mejor de ti mismo y tiene un buen equilibrio entre la motivación y el reto de poder siempre llegar un poquito más allá". Ella es el mejor ejemplo.
