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Cuando Wallis Simpson y Eduardo VIII se conocieron era enero 1931. En esa fecha ninguno de los dos se imaginaba lo que vendría después: una polémica historia de amor que estuvo en boca de todo el mundo y que fue objeto de atención y crítica para la prensa sensacionalista (el ex rey renunció a la Corona para poder estar con ella). Sin embargo, y aún a pesar de lo controvertida que resultaba esta relación, la pareja continuaba despertando simpatía entre sus allegados, y, aunque por imagen pública muchas personalidades podrían haberles dado la espalda, mantuvieron e incluso aumentaron su lista de amigos más cercanos. Para comprobarlo basta con repasar los libros de visitas de las múltiples residencias en las que vivieron juntos de 1935 y 1970.

Wallis Simpson y Eduardo VIII vivieron en Reino Unido, disfrutaron de su luna de miel en un castillo de Austria, y se exiliaron en Bahamas y en Francia. En todas estas mudanzas y viajes nunca estuvieron solos, pues tal y como vemos ahora gracias a la subasta de la compañía londinense Bonhams, fueron muchos los que visitaron al matrimonio en sus diferentes hogares, allá donde estuvieran. Y es que, Bonhams acaba de lanzar la subasta de, nada menos, que dos de los libros de visitas que ambos tenían en sus casas.

le duc de windsor, roi edward viii, et la duchesse de windsor wallis simpson sortant de l'abbaye de westminster
Keystone-France//Getty Images

En esta subasta, que comienza con un precio mínimo de 30 mil libras, vemos cómo, en dos libros forrados en cuero rojo que le regaló Wallis Simpson al que fuera rey de Gales unas navidades, el matrimonio registraba la fecha y hora de llegada y de salida, y la firma de cada uno de los visitantes con los que se reunían en sus aposentos. No fueron pocos, pues entre los nombres que encontramos en sus páginas hay una infinidad de nombres, entre los que destacan personalidades como Winston y Clementine Churchill (con quienes disfrutaron en la Riviera francesa en 1948), los condes de Portarlington, y los duques de Buccleuch, Sutherland y Marlborough, el príncipe Dmitri Alexandrovich Romanov o el biógrafo británico James Pope-Hennessy, entre otros muchos.

La persona que se lleve estos dos libros a su casa atesorará un magnífico testimonio de una de las historias más afamadas del mundo; un relato espectacular que narra las relaciones que mantuvieron, hasta que, la salud de Eduardo VIII les impidió recibir más visitas. La última registrada, de hecho, data de marzo de 1970, dos años antes de que falleciera.