De mujeres y belleza: los iconos que han cambiado la historia
Se adelantaron a las tendencias... o las crearon. Del corte de pelo al grosor de las cejas: las preferencias estéticas de estas diez mujeres sentaron precedente.
Se adelantaron a las tendencias... o las crearon. Del corte de pelo al grosor de las cejas: las preferencias estéticas de estas diez mujeres sentaron precedente.
Marlene Dietrich, mirada infinita
Resulta intrigante que su popular estilo masculino fuera obra de uno de los grandes de la cosmética, Max Factor (sí, fue un hombre antes de una marca) para definir su maquillaje: ojos ahumados, cejas milimétricas e infinitas, pómulos marcadísimos con el colorete y unos labios cuya definición desafiaba el celuloide en blanco y negro. Se rumorea que sus pelucas estaban teñidas con auténticos destellos de oro.
Veronica Lake, la melena domada
Su perfecta melena con ondas, que ha inspirado a decenas de estrellas de generaciones posteriores (aún hoy en día, cuando Blake Lively busca glamourizar su estilismo, recurre a la Lake), fue un descubrimiento casual. Durante la producción de uno de sus primeros trabajos (hay quien dice que Sorority House, en 1939, mientras que otros apuntan a I wanted wings, estrenada en 1941) descubrieron que, cubriéndole un ojo con un mechón ondulado, ganaba misterio. El peinado recién acuñado recibió el nombre de Peek-a-boo (un juego infantil anglosajón que se podría traducir como el cu-cú).
Audrey Hepburn: Sabrina y la 'gamine'
Con su pelo corto (un poco masculino), mirada angelical y estructura ósea finísima, representó en los años 50 un estereotipo alternativo de deseo: la gamine. Este año, la National Portrait Gallery dedica una amplia exposición a su estilo, inmortalizado en películas como Vacaciones en Roma (1953), Sabrina (1954) o Desayuno con diamantes (1951).
Marilyn Monroe: bomba de relojería
La auténtica bomba del siglo XX. Sus labios rojos, su lunar al lado de la boca, su rubio a tope de peróxido, sus cejas en pico, su delineado de ojos infinito (ella aseguraba inspirarse en el maquillaje de Greta Garbo) sus escotes, sus susurros para cantar feliz cumpleaños y, por supuesto, esa campaña publicitaria, la más grande que cualquier perfume haya tenido jamás, con unas gotas de Chanel nº 5. Su neceser estaba poblado de marcas como Anita of Denmark, Erno Laszlo, Elizabeth Arden…
Brigitte Bardot: 'nouvelle vague' estética
Antes de convertirse en una octogenaria obsesa de los animales, B. B. excitó a varias generaciones de europeos con su escote Bardot (esto es, los hombros al descubierto) un inusitado descaro en biquini en las playas de Cannes y un pelo largo tan despeinado que solo podría haberse logrado a propósito (Farrah Fawcett consiguió en los 70, una década después, darle el toque organizado que caracterizaría a Los ángeles de Charlie).
Elizabeth Taylor: eterna Cleopatra
Olvídense de la melena de ébano, los ojos de color violeta o el magnetismo de las joyas que llevaba. La gran aportación cosmética de Elizabeth Taylor al imaginario colectivo tiene que ver con el antiguo Egipto. Si alguien nos pregunta sobre Cleopatra, absolutamente todos tomamos como referencia su papel protagónico en la cinta del mismo nombre rodada en 1963. Cabello recto con trenzas doradas, delineado de trazo grueso alrededor de los ojos y una imprescindible sombra azul capaz de cubrir todo el párpado fijo hasta la ceja. Por otra parte, la actriz también destacó en la perfumería, al ser una de las primeras estrellas con una fragancia a su nombre. Passion se lanzó en 1988 y, después de ella, han llegado 12 aromas más. Su línea es una de las más exitosas en Estados Unidos (con permiso de Queen Bey).
Twiggy: 'Swinging London'
Su pelo corto, las pestañas maquilladas por bloques y el delineador entre el párpado fijo y el móvil a modo de banana se convirtieron en el mejor estandarte que el Swinging London pudo encontrar. 50 años después, continúa luciendo la melena, un poco más larga, para las campañas publicitarias de L’Oréal Professionnel y se debate con Grace Coddington (a juzgar por la biografía de esta última) como inventora del eyeliner por debajo de las pestañas imitando la dirección de las mismas.
Madonna: convirtiendo a Susan en un icono
Pocas artistas con tantas aristas (rima consonante) como ella. La década de los ochenta no sería lo mismo sin su pelo frito -mechas incluidas-, labios rojos y cejas sin depilar. Referentes imperdibles: Buscando a Susan desesperadamente (1985) y el Blonde Ambition Tour (1989) para el que usó el labial Russian Red de MAC Cosmetics, uno de los más vendidos de la firma hasta la fecha.
Beyoncé: 'Bootylicious'
Con permiso del de Jennifer Lopez, el culo de Sasha Fierce es el más envidiado del planeta. En el año 2000, cuando todavía estaba en Destiny’s child, lanzó la canción Bootylicious (un término que combina boot+delicious: retaguardia deliciosa, en español). Los trajes ajustados y los videoclips subidos de tono también han aportado su granito de arena hasta convertir su retaguardia en leyenda.
Cara Delevingne: Cejas 2.0
Estandarte de una nueva generación de top models cuyo éxito se mide en seguidores a través de las redes sociales, Cara Delevingne es la culpable de que la ceja ultrapoblada (hay quien ha recurrido a trasplantes, otras tiñen el cabello, otras perfilan la zona) haya regresado a nuestros salones de belleza. ¡Ojo! Poblada no es sinónimo de descuidada...
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