Esta situación provocada por el coronavirus, repleta de cambios, de incertidumbre e incluso de miedo, puede llegar a superarnos. A pesar de intentar mantener una actitud positiva, mantener una dieta equilibrada o realizar ejercicio, como bien recomiendan los expertos, es complicado que este aislamiento, que ya excede los quince días, no afecte a nuestro estado emocional. Cambios de humor, episodios de ansiedad o estrés, ataques de nervios, bajadas de tensión...

Por ello, la Dra. Laura Ferrando, psiquiatra del Hospital Nuestra Señora del Rosario, considera fundamental tomar precauciones para cuidarnos ante este impacto emocional, que se prevé significativo, y en esa línea recomienda seguir una serie de medidas preventivas que cualquier debería tener en cuenta.

A la hora de explicar las pautas, Ferrando diferencia las recomendaciones para adultos y los niños. En el caso del primer grupo, la doctora aconseja:

  • Mantener una comunicación fluida con familiares y amigos, si no presencial, al menos a través de las vías de telecomunicación disponibles.
  • Seguir un estilo de vida saludable (alimentación, ejercicio, etc.)
  • Establecer rutinas que ayuden a mantener la actividad diaria.
  • Recurrir a las aficiones que cada uno tenga para sobrellevar los momentos difíciles.
  • Evitar el consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias con efectos psicoactivos para atemperar las emociones.

    Además, la psiquiatra apunta como una medida añadida la importancia de seguir el día a día de la pandemia. "Se ha observado que una información actualizada y precisa mejora los síntomas de ansiedad, por lo que hay que procurar estar siempre bien informado acerca de lo que sucede, sin entrar en una sobresaturación que pueda resultar contraproducente", explica.

    Play, Hand, Nail, Science, Child,
    Kelly Sikkema @kellysikkema para Unsplash

    En el caso de los niños, uno de los grupos que más pueden estar sufriendo durante este aislamiento, Ferrando aconseja:

    • Mostrar comprensión ante las reacciones que puedan manifestar.
    • Tener en cuenta que, en los momentos difíciles, los niños necesitan más atención.
    • Mantener las rutinas y los horarios habituales, o facilitar unos nuevos si se ha modificado el entorno, en particular en lo relativo a actividades escolares y de aprendizaje.
    • Jugar con ellos, cuando sea posible.
    • Explicarles con claridad lo que sucede, de manera y forma adecuadas a su edad.
    • Siempre que sea posible, que permanezcan con sus progenitores o con las personas que los cuidan habitualmente. En caso de que no se pueda evitar la separación de las personas allegadas, hay que procurar que el menor mantenga con estas un contacto fluido a través de los medios disponibles.

    Recomendaciones fáciles y sencillas que quizás habíamos pasado por alto y que sin embargo pueden resultar vitales para nuestra salud mental.